Capítulo 15

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Corbyn sujetaba a Jade de la cintura mientras los dos se miraban los ojos intensamente

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Corbyn sujetaba a Jade de la cintura mientras los dos se miraban los ojos intensamente.

Estaban en el pasillo de la casa del rubio, pero no tenían ni idea de cómo habían llegado allí.

Jade estaba tranquila, sabía lo que iba a pasar y solo esperaba a que Corbyn consiguiera reaccionar. Pero él no podía creer que eso fuera verdad, todavía.

La chica se cansó de esperar y unió sus labios con los de él. Corbyn reaccionó al fin y apretó las caderas de Jade contra las suyas.

Sus lenguas comenzaron a enrollarse salvajemente y cada vez con más frecuencia sus respiraciones se estaban descontrolando.

Corbyn amaba cada beso que la chica le proporcionaba. Era lo que más le gustaba de ella. Una mala fortuna por el reto, pero no hubo otra mejor manera con la que él hubiera querido perder.
El sabor de la boca de Jade era algo increíble, una adicción que probablemente le llevaría a la muerte al no poder dejarla.
Pero no le importaba morir de esa forma.

Los dedos de Jade se enredaron en el pelo rubio de Corbyn y él comenzó a levantar la camiseta de la chica acariciando su espalda lentamente.
Hasta que por fin se la quitó.

La arrinconó con precisión en la pared y presionó su miembro en la intimidad de ella. Jade soltó un suspiro y Corbyn sonrió.

Se acercó a su oído y rozando los labios con su oreja le susurró;

- Te va a encantar. Cuando esté dentro de tí ya no habrá marcha atrás, no pararé en toda la noche y tú tampoco querrás hacerlo. - Jade tragó saliva - Lo haremos de diferentes maneras, y te aseguro que en todas llegarás al orgasmo antes de lo previsto. Ninguno de esos chicos con los que estuviste se podrán comparar conmigo.Te torturaré y tú me harás lo mismo, porque sé que te gusta tomar el control y me encantaría verlo. - mordió el lóbulo de su oreja y ella gimió. - Pero es tú decisión, - sonrió alejándose de ella para mirarla a la cara - ¿Quieres?

Jade agarró la camiseta de Corbyn en un puño y lo besó con desesperación como respuesta.

Corbyn

Entramos a mí cuarto sin dejar de besarnos y cerrando la puerta en el camino. Mis padres no estaban, pero era mejor prevenir que curar.

Las prendas iban desapareciendo mientras caminábamos hacia la cama, hasta que la tumbe en ella solo con la ropa interior estorbando.

Sus mejillas estaban sonrojadas por el momento y no me pudo parecer más inocente. Aún sabiendo que no lo era.

Tenía que esforzarme para ser mejor que los otros, pero sus ojos parecían decirme que eso le daba igual. Solo quería estar conmigo.

Le sonreí de lado y me acerqué a ella dejando un camino de besos desde su hombro hasta sus clavículas.
Deslicé los tirantes del sujetador por sus hombros, evitando las ganas que tenía de arráncarselo. Pero no quería parecer desesperado.

- Ven. - oí un susurro de su parte cuando nuestras miradas se conectaron y la obedecí.

Me recosté a su lado cuando nuestros labios se unieron. Mi mano acariciaba la suavidad de su piel desde su clavícula, pasando por en medio de sus pechos, bajando cada vez más y más hasta que mis dedos se perdieron bajo su última prenda interior.

Sentí como se tensó por un momento para luego arquear su espalda y dejar salir un gemido. Besé su cuello para seguir observando sus gestos.

Mis dedos se movían ágilmente por su centro, introduciendo uno de ellos en su interior y toqueteando en círculos su clítoris con mi dedo pulgar. Jade entrecerró los ojos sin dejar de observarme, su boca se abría de vez en cuando para dejar escapar un gemido.
Apoyé mi frente con la suya adorando cada expresión que me brindaba. Besé sus labios nuevamente.

Retiré mis dedos cuando sentí que iba a dejarse llevar.

No, todavía no era el momento.

La miré divertido cuando puso un puchero.

Me levanté rápidamente de la cama para ir a por el preservativo que tenía en el bolsillo desde que el curso comenzó, y hacía solo unos instantes que recordé que lo tenía.

Al regresar, y cubriéndose sus pechos, sus ojos no perdían detalle de lo que iba a hacer.
Desenvolví el preservativo y me quité los boxer bajo su atenta mirada.

Cogí los extremos del plástico y, con cuidado, lo coloque alrededor de mí miembro.

Miré a Jade al oír como tragaba saliva y sus mejillas se tornaron rojas. Sonreí y me coloqué entre sus piernas.

Volvió a tragar saliva cuando mis dedos sujetan el borde de sus bragas
para deslizarla por sus piernas. Pronto los dos estamos completamente desnudos.

Introducí de nuevo un dedo dentro de ella para prepararla para mí. Ella se removió como hacía solo un rato.

Podía ser que Jade no fuera virgen, pero yo era algo diferente a los demás chicos con los que estuvo.

Me posicioné encima, de ella sin dejar de torturarla con mis dedos, ahora dos en su interior. Nuestras frentes estaban casi pegadas y nuestros ojos fijos en los del otro. Me perdí en el caramelo de su mirada.

- Corbyn... - gimió mi nombre y cerré los ojos.

Esa fue la señal de mí perdición.
Mi miembro, duro como una roca, rozaba su abertura, amenazando con entrar de forma exigente, deseando su calor. Volví a mirarla a los ojos y asintió.

Comencé a penetrarla lentamente, pero lo suficiente como para que Jade arqueara su espalda mientras ahogaba una exclamación.

Entonces llegué a un punto en el que empujé más fuerte, extremeciéndome al sentir las vibraciones alrededor de mí miembro.

Respiraba con fuerza a medida que iba embestiéndola y el deseo aumentaba a tal punto que ninguno de los dos lograría aguantar hasta que nos dejáramos sumir por el orgasmo.


THE KISS LIST; 𝗖.𝗕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora