(A/N: Algo tarde pero llegó de todos modos eve En este capítulo utilizo en m-dash o "—", que es una interrupción en el diálogo. Lo digo por si hay alguien que tenga esa duda. Espero que les guste :,D no se olviden de comentar pls!)
Manuel le da una calada larga a su cigarrillo. Le duele el ceño por todo el rato que lleva haciendo hígado. Martin se mantiene en silencio, aún tratando de comprender que demonios hizo para merecer amigos así.
Manuel murmura maldiciones. Llevan ya bastante tiempo en esa pausa incómoda, y con un aire tan pesado en medio que, el rubio se imagina, aplasta el alma lentamente. Martin bufa, y tira su cabeza hacia atrás.
-¿Para qué lo quieres, de todas formas? Es un libro de recortes y ya. Y ustedes ya terminaron, ¿para qué conservarlo?
Manuel lo mira por el rabo del ojo.
-¿Qué?¿Miguel lo botó a la basura o algo?
-No creo.
-Pues bien. Porque es mío. En ningún momento le dije a ese huevón que podía llevárselo.
-Él lo hizo...
-Sí, pero me lo regaló. A mí. Uno no se lleva cosas que le regala a los demás. ¿O qué demonios es esto?¿Anarquía total?
-Y, digo, ni sabía que te acordabas...
-¿Qué le parece a él si me meto a su casa y me llevo todos sus libritos de cocina de mierda? ¿O qué te parecería a ti si me robara ese peluche viejo de Maradonna que tienes desde primaria, huevón?
-Ya, para con eso. Es un libro, boludo—
-¡No se trata de eso, Martin!
-¡Es que es un libro, boludo, un libro! Todo este escandalo por una receta. Voy y la saco del condenado libro, te la traigo y listo. ¿Podes parar ya con el tema? Me están volviendo loco.
Manuel se para de la banca, dejando caer la cola de su cigarrillo. Observa al rubio con ferocidad. Y es que no puede creer que esté ahí sentado, creyendo que no hizo nada para despertar su ira.
-Eres un Judas de amigo, huevón. Un Judas.
-¿Que te hice yo? Vos sos el que vino y—a ver, en primer lugar yo no tengo nada que ver en esto. Yo no he terminado con nadie, ni me he robado nada. Y que sepas que soy un puto ángel. Un ángel, ¿me escuchas?
Manuel lo fulmina con la mirada. Martin se relame los labios.
-Si queres que Miguel te devuelva el libro, ve y decile. Para ya con el drama, Dios mío.... Todo por una receta.
Manuel saca otro cigarrillo de su bolsillo, lo prende y se vuelve a sentar a su lado. Inhala y exhala despacio, botando el humo en dirección contraria a su amigo. Aún así, Martin arruga la nariz con molestia.
-No es por la receta.
-No, boludo, si me doy cuenta de que no es por la receta...
Martin pasa una mano por su cabello. Ninguno dice nada por un rato. La tensión del ambiente se disipa, y atrás quedan las ganas de agarrarse a golpes en pleno parque. En medio de ese breve silencio, Manuel ahoga un suspiro.
-¿Por qué no me dijiste que se iba a mudar?¿Por qué nadie me dijo nada?
Martin hace una mueca y se encoge en hombros. No esta seguro de que es lo que quiere oír Manuel. Se dice que, de todos modos, nada que le diga lo hará feliz. Así que apunta a dar la respuesta más concreta que tiene para dar en ese instante.
-Es que tú le terminaste...

ESTÁS LEYENDO
Par de Idiotas
General FictionDonde Manuel y Miguel terminan, y la convivencia en el apartamento es un infierno.