XX.

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¿Por qué demonios le sorprendía que Miguel se mudara sin decirle nada?¿A caso había esperado que se quedara a vivir por siempre en su apartamento, incluso cuando ya no eran nada? Por supuesto que no. De cualquier manera, por lo menos podría haberle avisado, ¿no?

Tan pronto como cruza la puerta del apartamento, empieza a examinar la sala con atención. A simple vista todo se ve normal, todo esta en su sitio. Miguel llevaba ya un buen tiempo en el sillón, pero sus cosas deberían seguir donde siempre habían estado.

Sin embargo, todo lo que tiene que hacer es entrar al cuarto y abrir uno de los cajones del peruano para notar que, de hecho, Miguel ya no vive ahí.

Pasa una mano por su cara, presionando su entrecejo en un intento por aliviar el dolor de cabeza que crece rápidamente. Maldice bajito, y se sienta en la cama a pensar. ¿En qué momento?¿Cómo es que no se dio cuenta antes?

Ni modo.

Si lo que Miguel quiere es sacarlo por completo de su vida, no va a poder detenerlo. Tampoco tiene mucho que reclamarle: fue él quien decidió terminar su relación. Pero, mierda, de verdad que nunca quiso que las cosas terminaran así.

Le manda un mensaje rápido a Martin antes de dejarse caer de espaldas sobre la cama. Clava la mirada en el techo, sintiendo como su cerebro se va llenando de ese ruido blanco tan molestoso.

Par de IdiotasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora