Te confieso que sin ti no se seguir

6. Y ahí esta ella...

Y ahí estaba Erica, aquella niñita graciosa y mellada de la foto a la que recuerdo que me gustaba tirarle de las coletas, se había convertido en la chica más guapa que había visto en años. Y ahora... me estaba abrazando. A mi, al chico al que no veía desde hace más de diez años. Entonces, me dejó de abrazar y me miró, sonriente, esperando a que dijera algo. Pero, por alguna razón, mi voz se negaba a salir. Y, después de muchos intentos, solo conseguí decir:

-Ho_hola- Vaya, acabo de quedar como un idiota

Ella reaccionó con una risa fresca y contagiosa que me puso nuevo los pies en el suelo. Nunca había sentido esto con ninguna de las chicas del instituto. De repente, su madre la llamó y Erica fue para ver lo que quería. Mientas se iba, me fijé en que mi madre estaba hablando con Haley (¿Como es que acabo de recordar el nombre de la madre de Erica?) y seguramente llevaban un buen rato hablando.

Erica volvió sonriente y me dijo:

-Bueno, Robbie- Ya tenía un mote más- ¿Que tal la vida?- me dijo temblando de frío

Entonces me acordé de los abrigos, los cogí y se los pasé.

-Otro día te lo cuento, pero ahora deberíais abrigaros o cogereis una neumonía.- dije sonriendo levemente

-De acuerdo- cogió un abrigo y se lo puso. Para ir un poco más abrigada, se soltó la melena, que le caía liso hasta la mitad de la espalda. Así estaba guapísima. Robert, controlate...

Se fue donde sus padres estaban y les dio los abrigos, pero esta vez volvió para decirme:

-Ya me voy. Ya nos veremos por la calle- me dio la mano amistosamente y se alejó con su família.

Entonces mi madre se volvió a acercar a mi y me dijo:

-¿Nos vamos a casa?

-Si, aquí no hay más que hacer.

Nos fuimos del aeropuerto y, en una hora, estaba en casa. Dejé mi abrigo colgado del perchero y subí a mi habitación. Al llegar allí, me eché en mi cama a lo largo, cogí el móvil y llamé a Chad:

-Chad, necesito hablar contigo urgentemente