16. En el instituto

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~Robert~

Me despertó mi madre a empujoncitos. Normalmente ella no hacía eso, pero hoy si. ¿Porqué? La respuesta era sencilla: se libraba de mi. A ver... no penséis mal. Es que hoy empezaba el instituto y tendría más tiempo para estar en casa en vez de estar en la comisaría.

-Venga cielo, llegarás tarde...-susurró

-Pues vale.-me volví a intentar dormir, pero entonces sonó una voz que no había oído en mucho tiempo:

-Tu lo has querido.-de repente, noté un cubo de agua fría cayendo sobre mí.

-¡Joder, Leah! ¡Eres muy bruta!-le grité saliendo de la cama de golpe.

-Ohhh... Pero seguro que mi hermano pequeňo me ha aňorado mucho, ¿verdad?-dijo, haciendo un puchero

-Afirmativo. ¿Permiso para dar un abrazo?

-Permiso concedido-entonces vino y me abrazó sin reparo alguno

Leah Brown, mi hermana, tenía 21 aňos y vivía en Liverpool por motivos de trabajo pero la habían trasladado a Londres otra vez así que volvería a vivir en la misma casa que yo y nuestra madre. Ella tenía el pelo castaňo oscuro de mi madre y lo llevaba bastante largo y los ojos eran de un color tirando a verdosos, como los de mi padre. Solía llevar camisetas anchas y pantalones ajustados. Se separó del abrazo y me dijo:

-Hoy te voy a llevar yo al instituto

-Ah no, de eso nada. Iré en el autobús como siempre he hecho

-Oh venga ya, Robert. ¿Que te cuesta si en el autobús irás apretujado?

-Vaaaaaaleeeee-le dije bufando

-Bien, voy a por mis llaves. Venga coge tus cosas y desayuna, que en unos minutos nos vamos.

Hice lo que me dijo y, diez minutos después, ya estabamos saliendo de casa.

-Oye Robert. ¿Esa que va andando no es tu amiga Erica?-me dijo en un momento dado.

Asomé la cabeza por la ventana y, si, era ella. Iba a fingir como si no la hubiese visto, hasta que Leah se puso a gritar.

-¡¡ERICA!!-gritó tan alto que seguramente todas las Ericas del mundo se giraron buscando a quien las había llamado

Ella se giró y nos saludó. Luego se acercó, se asomó por mi cristal y dijo:

-Hey, ¿que tal?

-Bien, aquí llevando a mi hermanito al Instituto. Erica, ¿tu a cuál vas?

-Me he matriculado en el instituto Scottdale

No... Que no haya dicho ese nombre, que no lo haya dicho...

-Robert también va a ese-un gesto de sorpresa se cruzó por la cara de Erica-¿Quieres que te llevemos?

Que no le haya ofrecido eso, que no le haya ofrecido eso...

-Vale.-y se subió al coche. Definitivamente hoy el mundo se ha puesto contra mi

Hoy iba guapísima. Llevaba una sudadera rosa con una A negra con el borde blanco, unos vaqueros ajustados y unas Vans negras. Además se había alisado el pelo y ahora le llegaba por la cintura. Mi corazón no pudo evitar acelerarse.

Después de 5 larguísimos minutos, llegamos al Scottdale. Era un edificio con varias alas con aulas y un patio muy ancho. Leah casi nos saca a patadas, se despidió con la mano y se fue. Entonces me encontré con Becca(que le había crecido el pelo un poco por la zona rapada) y a Chad(un curso superior a mi).

Les presenté a Erica. Chad le respondió con un abrazo y Becca con un ataque de miradas fulminantes. Entonces se alejaron y vimos a un feliz Shane y a una feliz Kylie sonriendose y besándose. ¡Que suerte tenían! Yo tenía que comerme las ganas de besar a Erica...

Entonces se me acercó una persona con una voz muy chillona que conocía bien:

-Hola, cari. ¿Que tal estas vacaciones? Seguro que me has aňorado-dijo, frotandome la espalda y dándome un beso en la mejilla, sintiendo las miradas furibundas de Becca y...¿Erica?

Me giré y la vi. Cynthia Gordon era la chica con más ligues del instituto. Tenía el pelo rubio alisado y sus ojos eran azules. Casi todo su cuerpo estaba operado, ya que sus padres eran ricos. Solía llevar ropa ligera para conquistar a los chicos. Habíamos estado saliendo durante unos meses. Ella me incitó a hacerle la jugarreta que le hice a la pobre Kylie. Por suerte, unos meses después, Kylie conoció a Shane y comenzaron a salir a la semana de conocerse. Después de hacerle la jugarreta, Cyhntia me había dejado. La verdad, me sentía más aliviado sin ella.

-No, la verdad es que no te he aňorado para nada.-dije con una sonrisa en el rostro.

Ella, indignada, se fue airadamente. Erica se puso a reír y aquel sonido era lo que necesitaba para alegrarme el día. Becca se enfadó aún más, le dio una amarga sonrisa a Erica y se fue airosa también.

-Bueno, viendo mi horario y viendo el tuyo, tenemos las mismas clases, salvo la de química.-dijo ella alegre

Definitivamente, el mundo hoy estaba en mi contra.

FOTO DE LEAH BROWN EN MULTIMEDIA

HASTA OTRA:3

Te confieso que sin ti no se seguirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora