~Robert~
Maldita Erica. No podía dejar de pensar en ella por mucho que intentase sacarmela de la cabeza. Tenía que ir a verla para quitarmela de la cabeza. Así que, a hurtadillas, cogí mi móvil, bajé al salón y cogí las llaves para irme, pero me frenó una voz:
-¿A donde te crees que vas?-mierda, me han pillado.
-A casa de Erica-le contesté.
-¿Porqué?-me preguntó mi madre, impacientemente.
-Porqué es mi amiga-le solté.
-Vale, vale...-dijo riéndose y levantando las manos en forma de rendición.
Salí de mi casa y cogí el autobús hacia la calle de la casa de Erica. Cuando bajé, miré la casa. Era como hacia varios aňos, sólo que ahora estaba habitada de nuevo. Me acerqué a la puerta y toqué el timbre. Me abrió Haley, la madre de Erica. Ya se había vestido adecuadamente para vivir aquí, osea, con un jersey y unos vaqueros.
-Hola Robert. Cuanto tiempo. Y que grande estas-dijo su madre amistosamente
-Si, la verdad es que si-le dije con media sonrisa en la cara
-Si buscas a Erica, está en su habitación-me dijo, señalando hacia arriba
-Gracias-pase y me fui a su habitación
Cuando entré, me encontré a Erica con una camisa blanca llena de pintura, unos vaqueros desgastados y su pelo recogido en una coleta alta. A su lado, se encontraba una chica pelirroja de pelo ondulado con un peto también lleno de pintura. Las dos estaban guapas pero, como siempre, Erica era la que destacaba de verdad. Entonces, toqué dos veces la puerta y las chicas se giraron. Erica me dedicó una gran sonrisa, mientras que su amiga Kylie me dedicó una mirada llena de odio.
-Hola, preciosas-dije, apoyándome en el marco de la puerta
Erica se lo tomó como una broma y empezó a reír. Otra vez aquella risa... Al mismo tiempo, Kylie me miró con más odio(si eso era posible).
-Hola Robert- dijo Erica con una sonrisa(como siempre, amistosa y eso me molestaba)
-Hola Erica-le dediqué mi mejor sonrisa -Y tu eras... Kayla, ¿verdad?-dije, mirando a la pelirroja
-Es Kylie-dijo la pelirroja dedicándome una falsa sonrisa
-Si queréis, os puedo ayudar a pintar la habitación-dije, señalando la pintura
-Brown, no necesitamos tu ayuda-escupió Kylie. Vaya también había incluido a Erica -Nos las apaňamos bien sin ti
Miré a Erica y fingí un puchero. Ella se puso a reír ligeramente. Entonces vino hacia mi y me agarró del brazo. Cada toque suyo hacia mi era como pequeñas descargas en mi piel
-Oh, venga Kylie. Vamos a dejarlo ayudar. Además, no entiendo porque sois así el uno con el otro.-le dijo a la pelirroja
-Eso Kiara, ¿porque eres así conmigo?-dije, enfatizando el nombre que había dicho
-Primero, es Kylie y segundo, tu tendrías que saber porque soy así contigo, maldito ligón-dijo exasperada
Sonreí, triunfante. Me gustaba ver como se exasperaba cada vez que decía otro nombre que no era el suyo
-Venga Robert. Coge una brocha y empieza a pintar-dijo Erica con media sonrisa en el rostro.
Cogí la brocha y empecé a pintar. Cuando terminé, dejé el rodillo en el suelo y, en ese momento, Erica iba a salir de la habitación para cambiarse cuando se tropezó con el rodillo, chocó conmigo y caímos al suelo. Su rostro estaba a pocos centímetros del mio y podía sentir su dulce aliento a canela. Podía haber estado asi para siempre si no hubiese sido por la pelirroja que nos observaba perpleja.
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Te confieso que sin ti no se seguir
Storie d'amoreRobert, un chico despreocupado y un poco pasota, se reencuentra con Erica, una amiga a la que no veía desde hacia mucho tiempo, y el amor nace entre estos dos amigos, aunque son de mundos totalmente diferentes y no comparten los mismos gustos... ...