Prólogo

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Len

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Len


Eran aproximadamente las tres de la madrugada y me encontraba recostado en una cama ajena, mirando el techo. 

Al lado de mí dormía Miku, una chica con cabello de color azul marino, era bastante largo, tanto que parecía seda y sus ojos eran del mismo tono.  

Ella yacía dormida boca abajo, con una de sus manos descansando sobre mi abdomen. Habíamos pasado pocas horas involucrados en actividades íntimas, pero sinceramente, me había aburrido. Habíamos terminado alrededor de las once de la noche. Me sentía agotado, así que accedí a dormir junto a ella. Sin embargo, pocas horas después mi sueño se había esfumado por completo.

Rara vez accedía a pasar la noche con ella, por diversas razones. La primera era que carecía de experiencia en este ámbito, y mi paciencia no era la mejor cuando se trataba de enseñar. Prefería no verla con tanta frecuencia, unas dos veces al mes eran suficientes para mí. La segunda razón era que Miku se tomaba nuestra relación demasiado en serio.

Ella tenía la firme convicción de que yo era su "novio" y de que nos casaríamos en un futuro. Sin embargo, no sentía un verdadero interés en ese tipo de compromisos, al menos no con ella.

Si de vez en cuando iba a verla, era por una única razón, y no tenía nada que ver con el sexo...

Mientras me sumía en mis pensamientos, el sonido de mi teléfono rompió el silencio de la habitación. Suspiré, un poco molesto por la interrupción, pero tomé mi celular y respondí. 

Una voz sensual y desesperada resonó al otro lado.

"Len, te necesito ahora..."

— Ahora no puedo, preciosa. Estoy bastante ocupado en este momento — Respondí sensualmente, intentando lograr deshacerme de ella.

— No me importa... ¡Dije que te necesito! —gritó molesta

— Parece que no hay forma de negarte, ¿verdad? Llegaré en treinta minutos.

— Está bien, te esperaré... — dijo Luka con su tono de voz bastante cambiado.


Me vestí rápidamente con cuidado para no despertar a Miku. No quería lidiar con un posible escándalo, para mí ya era bien sabido que ella se molestaba cuando me levantaba temprano.

Miku insistía en considerarme su "novio" y esperaba que me quedara con ella hasta el amanecer, eso era totalmente absurdo, como ya mencioné, no éramos pareja, simplemente nos encontrábamos ocasionalmente para otros asuntos.

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