Rin
Desperté con un inmenso dolor de cabeza y una oleada de mal humor. No había podido dormir nada bien gracias a el fuerte ruido que hacían esos dos.
UGH, maldito...
¡Cómo te odio!
Al menos era sábado, pero para mi mala suerte, él siempre se quedaba en casa. Odio los fines de semana solo por tener que lidiar con ese idiota...
No entendía por qué Len optaba por quedarse en casa, es decir, los sábados y domingos son los días perfectos para salir a conquistar chicas, pero bueno, allá él.
Descendí las escaleras y me dirigí a la cocina en busca de algo para comer. Abrí la nevera, pero para mi decepción, no había nada más que unos fideos instantáneos. La verdad, no tenía ganas de comer eso...
Rayos...
Detesto tener que salir a comprar.
Mientras bostezaba, Len en ese momento se estaba deslizando por las escaleras.
— Vaya que si te inspiraste ayer — comenté mientras exploraba el interior del refrigerador.
— Déjame adivinar, no hay comida — respondió Len con sarcasmo.
— Le diste justo en el clavo — cerré el refrigerador con un portazo.
— ¿Tanto comes? Con razón estás gorda...
— Calla y muévete, ¿sí? — Me senté en el sofá, agarré el control y encendí la televisión.
— Ya regreso entonces... — Sin decir más, se dirigió directo a la puerta.
Hasta que por fin me deshice de él, pero un segundo
¿Qué pasó con Gumi?, es decir
¿ya se habrá ido o aún sigue aquí en la casa?
Para despejar mis dudas, me adentré lentamente en su habitación, intentando no hacer ruido para no despertarla ni encontrármela...
Al entrar, observé todas las sábanas desordenadas y el cuarto sumido en la oscuridad. Entre todo ese desorden, traté de localizar la cabellera verde, pero no la encontré. Supongo que ya se habría ido.
Luego de despejar mi duda, regresé al sillón en el que estaba y me quedé viendo la televisión por un tiempo, sin embargo, el hambre empezó a apoderarse de mí, a parte que estaba de muy mal humor, ahora debía agregarle la hambruna que sentía.
Habían pasado al menos unos treinta minutos y él aún no ha vuelto. En mi mente, pensé que seguramente estaba coqueteando con la cajera o cualquier chica que se haya cruzado en su camino. Demonios, tengo mucha hambre y él se pone a coquetear...
Mi mente se estaba volviendo en un torbellino de emociones, hasta que escuché un ruido en la puerta, obviamente era él. Corrí hacia la puerta para ver qué había traído para comer.
— ¿Y qué trajiste? — pregunté emocionada.
— Toma — me entregó una cebolla — con esto bajarás considerablemente de peso.
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SPICE ! [RinxLen]
FanficLen es un chico bastante serio, frío y sin sentimientos, algunas chicas creen que no tiene corazón, es por eso que intentaran ganar su amor, sin embargo, lo que estas chicas no saben es que él jugará con ellas por diversión, sólo para intentar olvid...