Capítulo 8

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Len

Había llegado a mi clase correspondiente. Por lo general, no solía llegar temprano, pero en esta ocasión dejé mis cosas en el pupitre y decidí ir al patio de la escuela a tomar un poco de aire. Mientras me sentaba, algunas chicas se acercaron a mí. Podría decirse que éramos algo así como "amigos" con beneficios.

Una vez que se sentaron junto a mí, comenzaron a conversar. No me importaba charlar con ellas, pero la verdad es que resultaban ser conversaciones muy aburridas. 

Preferiría pasar tiempo con otros chicos, pero me veían como una especie de rival, así que no tenía muchos amigos.

— ¿Te enteraste de lo que pasó? — mencionó una de ellas mientras me miraba, junto con otra chica.

— ¿Qué sucedió? — respondió la otra.

— Resulta que Len está en problemas — dijo la primera con picardía.

En respuesta, solo arqueé una ceja, sin entender a qué se referían.

— Len, ¿recuerdas cuando te acostaste con esa chica de segundo de secundaria? — preguntó una de las chicas.

Asentí.

— Pues resulta que su novio se acaba de enterar y ha dicho que vendrá a buscarte al final de clases.

— ¡No puede ser! — exclamó la otra chica que estaba a mi lado.

— Ajá, Len, eres todo un problema — se burló.

En realidad, no le di importancia. 

¿Qué tenía que ver yo en eso?

 Ni siquiera sabía que esa chica tenía novio. Las dos chicas con las que hablaba eran Seeu e Ia. Seeu era rubia y tenía el cabello excesivamente largo y ondulado, lo cual a veces me molestaba. Ia, por otro lado, tenía el pelo largo y lacio, y a menudo se lo teñía de blanco. Solían acercarse a mí para hablar de cualquier cosa, pero preferiría que no lo hicieran, ya que me disgustaba la forma en que lo hacían.

— A Len no parece importarle — comentó Ia.

— ¿Qué le va a importar? — dijo Seeu — Incluso si lo amenazaran de muerte, seguiría acostándose con la misma chica.

— Eso no es cierto  — respondí.

— Ay, de todos modos, Len, quería decirte que hoy nos veremos a las siete de la noche en mi casa — dijo Seeu con una expresión pervertida.

— ¿Qué? — exclamó Ia — No es justo, la semana pasada te lo llevaste tú, ¡ahora me toca a mí!

— No, cariño, gana quien se lo lleva primero, debes ser más astuta — dijo Seeu.

— Ay, Len, ven conmigo, ¿sí? ¡No nos hemos visto en mucho tiempo! — suplicó Ia.

No respondí. Realmente

 ¿Cómo llegué a esto?

 Rin tenía razón, a veces ni siquiera yo sabía cómo terminaba acostándome con tantas chicas. Aunque no les demostraba interés, ellas seguían haciendo este tipo de cosas, lo cual era bastante extraño.

Por suerte, sonó la campana, indicando que las clases comenzarían pronto. Sin decir nada más, simplemente me levanté de la silla y me fui de allí. 

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