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"Hey, ¿qué harás mañana?" —leyó Samuel con el celular de Gustavo en la mano—. Verga, este mensaje tiene todas las señales de un booty call.

—¿Un booty qué? —preguntó la rubia que estaba con Jefferson en el restaurante, que aparentemente había agarrado mucha confianza con el grupo.

Todos estaban reunidos alrededor del celular de Gustavo, en la habitación de hotel de Samuel.

—¿En serio no saben que es un booty call? Es cuando llamas o le envías a una persona por sexo casual, mano.

—Nicole la fuckgirl. —se burló Jefferson, subiendo los pies a la mesa.

Samuel lo señaló y le lanzó una mirada de advertencia—. Bájame esa verga de ahí.

—Ay, verga, ¿ahora no puedo subir los pies?

—Te los voy a subir de un coñazo* si...

—Ajá, ¿qué coño hago? —interrumpió Gustavo, al borde de un colapso.

—Escribile. —dijo la rubia, encogiéndose de hombros.

—Pero es que ella me envió eso ayer. Literalmente soy el coño más salado, que después de tanto tiempo ella quiere verme y yo ni siquiera estoy allá. Estaba que estrellaba la mierda esa contra el piso. —dijo haciendo un ademán hacia el celular.

—Bueno, mañana puedes volver a Caracas. —Fernando era el único que no había hablado hasta ahora, porque estaba muy pendiente de su propio celular.

–Pero si nos falta dar una presentación.

–Ajo, decime que toda esa gente va a decir: "Coño, no está Soto, vámonos de esta mierda" –intervino Jefferson, burlándose.

–Mamaguevo, así deben pensar tuyo también.

—Mira –habló Samuel, bajando de un manotazo los pies de Jefferson de encima de la mesa–, ella va a entender que tuviste una presentación y que estabas ocupado. Le escribes que lo sientes por no responder, que andabas burde* ocupado y que llegarás mañana. Y no es mentira, en estos días no nos dio tiempo de casi nada. Ayer estaba cagando y uno de los malditos asistentes esos me vino a tocar la puerta, porque ya íbamos a salir a escena. La maldita puerta del baño en el que estaba cagando, güevón. Qué de cojones*. No, ¿por qué se ríen? Esa mierda no se hace.



***

Más tarde, en su propia habitación, Gustavo volvió a tomar su celular. Vio el mensaje y se decidió de escribir:


Nini <3

Hey lo siento por no contestar. Estaba en margarita por una presentación. 8:35 pm.


Sí, supe que tuviste que salir. Tranqui, yo entiendo, no era la gran cosa. En realidad, era solo para que pasaras por la cafetería y habláramos un rato. 9:00 pm.

Mi día libre es mañana. 9:00 pm.


Bueno yo estoy llegando a caracas mañana. 9:02 pm.

Como a las 5 am. voy llegando. 9:02 pm.

Aun queres que nos veamos?? 9:04 pm.


Lo había pensado unos minutos antes de mandar el último mensaje, esperando que ella lo mandara a comer mierda por haber tardado tanto. Hasta que su celular sonó un par de minutos después y se leyó un "A las once, en la cafetería" entre las notificaciones.

—Maldita sea. —dejó salir en un suspiro.

No entendía qué le hacía esa mujer, lo tenía nervioso por un simple mensaje.



***

La campanilla sonó cuando él entró por la puerta, lo sabía porque eran exactamente las once de la mañana y por la forma en la que los ojos de María Gabriela fueron directamente a los suyos, una mezcla de advertencia y anticipación en ellos.

La morena se levantó, dándose vuelta para encontrarlo allí parado, tan lindo como siempre.

—Hey.

Él levantó su mirada de su celular y ella pudo jurar que sus ojos se iluminaron al verla—. Hey.

—¿Quieres dar una vuelta?

No sabía si era el destino el que quería que ella hablara con Gustavo, pero la fecha en la que él volvía de Margarita había coincidido con su día libre.

Maga vio cómo su amiga se alejaba, y pocos segundos después de su salida, un chico entró por la puerta. Al trabajar en atención al cliente y ver a tantas personas al mismo tiempo, es algo difícil recordar a alguien. Pero, por alguna razón, siempre queda la impresión de aquellos clientes con los que se tuvo algún conflicto. Es por eso que Maga reconoció al chico del café descafeinado en la taza de princesas en lo que cruzó la puerta.

Él le dedicó una sonrisa de lado—. Hola, ¿me recuerdas?

–Claro, el de la diabetes.

–Sí, supongo que soy yo. –él rio mirando al suelo–. Mucho gusto, Héctor —se presentó.



***

Él no sabía qué hacía en su casa, pero allí estaba, sentado en la sala esperando que Nicole colocara la película.

—¿Y por qué 'El Señor de los Anillos'?

—Porque es una película demasiado buena. Dígame los libros. —respondió Nicole sentándose a su lado. Gustavo sólo hizo una mueca y se encogió de hombros—. ¿No leíste 'El Señor de los Anillos' en bachillerato?

—No, yo en bachillerato estaba ocupado tirando.

—A diferencia de los que sí lo leyeron, quieres decir.

—Creí que estaba implícito. —dijo él con una pequeña sonrisa pícara en su rostro.

—Yo lo leí en bachillerato.

—Yo sé, por eso tuve que llegar y quitarte la virginidad para salvarte de ese mundo.

La risa de Nicole no se hizo esperar, mientras abría la boca con una expresión de sorpresa en su rostro—. ¿Cómo que "ese mundo"?

—Sí, es como esa escena de 'Bajo la misma estrella' de los círculos y los vírgenes y la güevonada. Es básicamente lo mismo. Están los vírgenes, luego los vírgenes con una pierna y en un circulito más pequeño están los vírgenes que leyeron 'El Señor de los Anillos'.

—Sinceramente no sé qué es peor: que no leyeras 'El Señor de los Anillos' o que hayas leído 'Bajo la misma estrella'.

—Es que me lo pidieron en la escuela.

—¡Claro que no, maldito embustero! —exclamó Nicole riendo. Él rio también, en la forma más linda que ella había visto.



Coñazo/s: Golpe/s.

Burde (Burda de): Mucho, bastante.

Qué de cojones: Expresión que denota incredulidad ante algún evento o alguna acción. Normalmente es para decir que alguien tiene "los suficientes cojones" como para hacer X cosa.


¿Cómo lo haces? «Big Soto»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora