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30 de marzo del 2012

Ella se estaba abrazando las rodillas viendo el cielo cuando le vio aparecer entre los árboles. Él le sonrió con simpatía y ella le dedicó una pequeña sonrisa improvisada. Hacían al menos dos semanas que no se veían, ya que ella había tenido que visitar a su abuela a un par de horas de distancia, y sentía que llevaban dos años sin verse.

No sabía si contarle lo que había pasado en su casa, no sabía si contarle lo que había visto.

Ella palmeó el asiento a su lado en la banca y él se sentó a su lado, fijando su vista en el cielo y en la ciudad a sus pies, antes de dirigirla a ella—. ¿Qué pasó?

—¿Qué pasó de qué?

—¿Cómo que "qué pasó de qué"? —soltó Gustavo entre risas—. Llevamos meses de amigos, ¿vos creéis que yo no te conozco? Te estoy preguntando qué te pasa.

—Creo que mis padres se van a separar.

La sonrisa de Gustavo desapareció de inmediato. Frunció ligeramente el ceño y se colocó de lado en la banca, con su brazo izquierdo en el respaldar. Ella lo miró de reojo, sabía que estaba esperando una explicación. El problema era que ni ella misma sabía con seguridad qué estaba pasando, porque aparentemente nadie quería explicarle algo a una niña de su edad.

—Creo que fue precisamente por eso que me mandaron a casa de abuela Rubia. Yo sí había visto que discutían, pero me pareció que eran las discusiones normales de padres. No sé exactamente qué es lo que está pasando, lo único que sé es que todo se está rompiendo... o ya está roto. Puedo sentir que algo malo va a pasar.

—Coño, mi amor, pero si te pones a pensar en que va a pasar algo malo...

—No, pero es que las cosas cambiaron demasiado rápido. En un momento éramos una familia feliz y después hay peleas, y mi madre llorando en su cuarto y mi padre volviendo en la madrugada a la casa... ¿Qué tal si le está siendo infiel? ¿Qué tal si mami ya se enteró y por eso son las peleas y no se han separado es por mí? ¿Qué tal si...?

Algo hizo callar a Nicole súbitamente, y tardó un par de segundos para darse cuenta que habían sido los labios de Gustavo los cuales le habían hecho callar. Se quedó congelada en su lugar, hasta que despertó y lo empujó ligeramente. Ella lo miraba con una cara que él no lograba descifrar, y él comenzó a pensar que había hecho algo malo.

—Maldición, lo siento, lo siento, lo siento. Es sólo que estabas allí hablando y no quería que siguieras haciéndote daño, y te veías tan linda... Y, Dios, me gustáis mucho... —él también respiraba con dificultad—. Lo siento.

Como siempre, ser impulsivo le estaba trayendo consecuencias. Se detuvo un segundo a pensar si un beso había sido la mejor respuesta a "mis padres se van a divorciar". Nicole aún lo miraba fijamente sin hablar, con los ojos aguados por haber querido llorar hacía unos segundos, con su mano en su pecho sosteniendo el collar que él le había dado y la boca semi abierta. Pero nada salía de allí.

Cerrando los ojos y exhalando con fuerza por la nariz, Gustavo vio su amistad tirada por el sanitario por haber actuado sin pensar. "Lo siento mucho", "Estoy seguro de que tus padres te aman y lo están solucionando", "Tal vez no es lo que piensas"... De tantas cosas que pudieron salir de su boca en lugar de ser el tipo más egoísta que pudo haber conocido.

La había cagado, había cagado la amistad más linda que tenía sólo por un maldito impulso

Cuando Nicole ya no pudo sostenerle la mirada, Gustavo se levantó rápidamente y decidió que era momento de irse. Un par de pasos más abajo en la colina y unos suaves brazos se enrollaron alrededor de su cintura, estrechándolo con firmeza contra su cuerpo. El chico dejó salir todo el aire que tenía sostenido y cerró los ojos fuertemente.

¿Cómo lo haces? «Big Soto»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora