La Leyenda del Lobo: Nuevo mundo

Capítulo 11: Una triste petición.

Bueno, yo vengo saliendo de uno de los puntos de vida, no te mintieron, eso era un reclusorio y yo te despejara un poco esas dudas, los militares son los que han matado a los civiles – el decir esto él se quedó sorprendido, no podía creerlo, él bajó la mirada, al saber la suerte que corrieron todas esas personas-

Y pensar que nosotros creíamos que los monstruos eran esas bestias o los criminales que lograron escapar – decía una voz femenina detrás de nosotros, al voltear era la mujer de Tomás, que con cara de sorprendida salía del depósito-

¿Cómo está Deciree? – pregunto Tomas-

Bien, se quedó dormida, está muy agotada – ella caminó hasta sentarse en el suelo estando cerca de mí y de Tomas-

¿Y cómo lograste escapar? – preguntó ella rascándose la herida-

Gracias a unos soldados renegados, que entraron al campamento a rescatar a todos los civiles que están dentro, yo buscaba a mi grupo, ayude que escaparan y yo me quede atrás iba a salir a buscarlos cuando escuche tu llamado y no pude evitar venir a ayudarte, tengo mis planes, pero eso no evitará que ayude a alguien.

¿Estoy de acuerdo contigo, y cómo haremos para salir de aquí? ¿Afuera está plagado de esos monstruos y cómo llegaremos al lugar donde se encuentra tu grupo? – decía Mary un tanto preocupada-

Tengo un mapa, y si vamos a pies tardaremos al menos dos días – ella y Tomas estaban pensativos, en eso ellos se ven las caras, yo levanto una ceja – ¿qué pasa?

Por aquí cerca hay una concesionaria, debería haber algunos autos con gasolina suficiente – decía Tomás – eso claro si ya no habrán saqueado ese lugar.

No es mala idea, pero ahora no podemos salir ya – decía Mary señalando las cortinas metálicas – ya hicimos mucho ruido por hoy.

Tienes razón, abrir esas puertas será muy mala idea, son muchos para nosotros. Y con suerte no nos atacaran los grandotes o los de ojos azules – decía Tomás –

Yo he visto a los grandotes, pero ¿los de ojos azules? ¿Primera vez que oigo eso, que hacen exactamente? – decía rascándose la cabeza y con un tono de voz muy interesado –

Los de ojos azules son muy peligrosos, más que los grandotes, ellos son más veloces y por lo que pude notar puede manejar a los demás zombis, claro que no todos a la vez, solo puede hacerlo con uno a la vez, para que hagan el trabajo sucio y después ellos comer sin problemas – decía Tomás con un tono intelectual –

También ten en cuenta que los de ojos azules y los grandotes de ojos rojos nos pueden ver, en cambio los normales solo escuchan, puedes pasar al lado suyo y no se percatarían de tu presencia – hablaba Mary con si de una discusión científica se tratase, creo que Miranda estuviera feliz aquí –

¿Y cómo saben tanto, además, ustedes eran científicos o algo asa? – decía en tono de duda viendo a Mary y después a Tomás –

Ellos se miran y sueltan una pequeña sonrisa. Tomás decía con un tono de orgullo - yo soy Profesor de biología y tengo doctorados y maestrías que ahora no vale la pena nombrar, mi esposa es una gran científica, tan bien con doctorados y esas cosas, pero antes de todo esto era la directora de un importante hospital, que se vino abajo mucho antes de que salieran estas bestias a la luz.

Mi esposo y yo nos habíamos tomado dos años sabáticos para estar más tiempo con Deciree y que bueno que lo hicimos – decía con una sonrisa de satisfacción, en eso Tomas se le venta –