Capítulo 12: Una triste suerte

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Capítulo 12: Una triste suerte

Él había enmudecido, vio a la pared y después a mí, sonrió y puso su mano en mi hombro – no importa, estoy de acuerdo con ella, me molesta que te lo haya dicho a mis espaldas, pero eso no tiene gran importancia, lo que importa es saber que nos ayudaras.

Claro que los ayudare, no te preocupes, haré lo que esté en mis manos para que todos estemos bien.

Todos lo haremos, somos un equipo, ahora voy a guardar la comida para mañana, pero si quieres ve a llamar a Mary y a mi hija, para que coman – yo asentí y sonreí, con que esto es una familia, lo más cercano a un padre fue David, y algo parecidos a hermanos fue Lira y Kaz. Por otro lado, Miranda sería como mi mejor amiga, bueno, algo así. Me dirigía al almacén, un ruido extraño me llamó la atención, el ruido provenía de una de las cortinas de metal, me acerque por que no se veía nada, lo que logré ver era un caín golpeando la cortina con su cabeza, no entendía ese comportamiento, como es que este todavía intentaba entrar cuando los otros ya se habían ido, este seguía insistiendo, será que nos está escuchando, puede que alguno de ellos tenga los oídos aún más agudos que otros. Me perdí en mis pensamientos cuando escucho una voz, era la de Mary-

¿Estás bien? – decía ella, voltio a verla –

Si, Tomas dijo que la comida ya está lista, para que nos sentemos

Qué bueno, ya me estaba sonando el estómago, del hambre, voy a despertar a Deciree –se dio la vuelta y se dirijo al almacén-

Yo me senté en la silla más cercana, medite en todo lo que me avía pasado, las guerras en las que participe, las veces que rete a mis autoridades por seguir mi sentido de justicIa y cada vez que David defendía mi causa. También el día que comenzó todo este desastre, la muerte de los compañeros de Marco, lo triste que estaba, que será de él, espero allá sobrevivido a todo esto. Recordando todo lo que pasó ese día, me acuerdo que el chico, el que escapó, dijo algo que hasta los momentos no entiendo, ¿a qué se refería a que él no quería que la bomba explotara, o que no quiera que sus amigos murieran, a quien se refería, A sus compañeros abatidos o a Lok y a Ehlina? Eso me causa muchas preguntas, pero me las haré en otro momento, ya que Tomas y Mary empezaron a servir la mesa. No te que la puerta del almacén se abría, del allí salía una figura de pequeña estatura, era Deciree, ella se estrujaba los ojos, de verdad que tenía una cara de sueño, ella se acerca a su madre, Mary le sonríe y habla con ella, después de eso ellas se acercan a mí.

Él es Zar, él es un amigo nuestro, nos ayudará a salir de aquí – yo sonreí, la niña se acercó a mí con cautela, me miro a los ojos, sus ojos eran marrones como marrones o miel muy claro – anda saluda.

¿Por qué te llamas Zar? – decía ella con inocencia – es muy gracioso

Deciree – dijo Mary en un tono de regaño –

La niña vio a su madre y después a mí – lo siento – ella baja su cabeza muy apenada –

Tranquila, me llamo así gracias a una persona a la cual le tengo aprecio, ese nombre me lo puso por sobrenombre y a mí me gusta – que bueno Miranda no está aquí – mi nombre de verdad en Santiago, un gusto – le extendí la mano a la niña y ella me la estrechó –

Es como yo, mami es como yo – decía emocionada –

Le sonreí y le pregunté con un tono d interés – ¿cómo?

Bueno, yo me llamo Deciree, pero me dicen Eco porque me parezco a mi bisabuela y en honor a llaman me dicen así – en ella se notaba cierto tono de emoción -

La Leyenda del Lobo: Nuevo mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora