Capítulo 16: La paz es relativa.

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Mi brazo me dolía, la adrenalina había bajado, Jira vendaba mi brazo, Jack y Marco le reclamaban a Sarah el hecho de dispararme, Blas y otras 5 personas estaban cargando las camionetas con lo que encontraban en el almacén, otros llevaban los cuerpos al patio para cremarlos. Valentín se acercó a mí para ver como estaba, respondí que me habían pasado cosas peores, con él estaba otra persona, esta tenía una máscara de gas algo extraña porque contaba orejas de conejo y estaba pintado entre rosados y azules y en la parte que protege a los ojos era de un color rosado, Valentín me comento que ella era Vanessa su para-médico y quería ayudar.

Ella se quitó la máscara, tenía una cabellera dorada por el hecho de que el sol que atravesaban las ventanas hacía de una extraña forma que brillara, era muy hermosa la verdad, tendría como unos 25 más o menos, aunque si no se hubiese quitado la máscara, jamás pensaría que era mujer porque las ropas que cargaba la disimulaba muy bien.

Ella me sonrió, yo quede maravillado por su rostro y no respondí, Jira golpeo mi hombro herido, me queje del dolor y reaccione, le dije mi nombre, pero le comente que me podía llamar Zar, Vanessa río y le pregunto a Jira que le diera un reporte de lo que me paso, le comento que la bala que me dio en el brazo me atravesó pero la que me impacto en mi hombro no salió, Vanessa se agacho sacando un botiquín de un bolso que le cruzaba el hombro, miro a Jira y a Valentín como pidiendo ayuda, ellos me sostuvieron y ella me dio un pedazo de plástico para morder, sabía lo que se venía. Ella saco de un estuche una pinza esterilizada, mientras Jira y Valentín me sostenía, introdujo la pinza en la herida.

Traté de no moverme, pero dolía mucho, mordía el pedazo de plástico y gritaba como podía, después de unos 2 minutos buscando la bala y sacándola, ella vendo la herida y reviso la del brazo, quedo sorprendida del vendaje de Jira y la felicito, agradeció alagada y me dijo que iría a ver como estaba Eco, tratando de controlar el dolor asentí, ella se retiró y Valentín también ya que Marco lo había llamado.

Quede solo con Vanessa y ella me pregunto si Eco era mi hija;

- De cierto modo si – conteste sonriendo,

- ¿Cómo así? – pregunto sentándose a mi lado.

- Pues sus padres murieron y yo les prometí que la cuidaría –

- Sé que la pregunta puede ser algo obvia, pero ¿de que murieron? –

- Los jinetes, ellos los mataron – le conté la historia de lo sucedido mi primer encuentro con ellos.

- Eso es muy interesante y pensar que casi matas al chico que te ayudaría a encontrar a tu hija –

- Pues si – Jack se acerca

- Hablando de él, sabes dónde está, ese ¿idiota? – se detuvo en frente nuestra y se cruzó de brazos.

- No hables así de quien los ayudo, Jack – critico Vanessa.

- nos pudo haber ayudado, pero es un idiota de todas formas- refuto de una manera altiva.

Me levanto – creo que se dónde está, yo lo buscare – Jack no tuvo problema y se retiró, Vanessa en cambio se propuso acompañarme.

- Sé que te puedes cuidar solo, pero no es bueno que estemos solos, mejor son dos que uno, ¿no crees? – le di la razón y caminamos.

- De verdad sabes ¿dónde está? –

- No, le dije eso a Jack para que no pusiera reproche – caminamos unas dos habitaciones y ella me detuvo.

- Quiero pedirte perdón por el comportamiento de mi hermana, sé que puede parecer dura y algo ruda pero cuando agarra confianza es amigable –

La Leyenda del Lobo: Nuevo mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora