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El local que Lu Han había alquilado era bastante amplio. El espacio era importante para una librería, pero a la vez complicado. En ningún momento dejó de dar órdenes a los tres hombres que había contratado para que le ayudaran a instalar todo.

—Coloquen ese estante a la derecha —Ordenó, palmeando la espalda de uno de los trabajadores. Era la sexta vez que hacía cambiar de posición el estante. Una cosa era cuando lo imaginaba, pero cuando lo veía, no se veía igual —Aquel que es más pequeño en aquella esquina ¡Por allá! –Le señaló a otro, exasperado cuando el trabajador lo llevaba a la esquina contraria. Mierda. Estaba perdiendo la paciencia. Tenía que calmarse.

Se tomó unos segundos para intentar respirar, pero no sirvió de nada en cuanto vio que otro trabajador ponía la mesa donde los niños podían sentar a leer en el sector incorrecto.

—La mesa no va a ahí. Cambiamos de lugar esa sección hace media hora, va por allá. Por allá. —Señaló.

Llevó su mano a su cabello y lo revolvió. Estaba terriblemente agotado y estresado, y lo peor era que aún no terminaba. El pedido de libros para su local estaba hecho y llegaría en tan sólo un par de horas. Nada estaba donde debía.

Mierda. Mierda.

Lu Han no pertenecía al campo de las letras ni la lectura. Es más, los libros que había leído estaban contados con los dedos de una mano, pero la razón por la que decidió abrir una librería fue porque uno de sus amigos, Do KyungSoo, profesor de Economía en un prestigioso colegio, había logrado conseguirle un contrato exclusivo. El contrato establecía que él sería el proveedor oficial de los libros impuesto por los docentes, y eso significaba clientes asegurados. Lu Han no podía perder una oportunidad así.

—Papá —Gritó su pequeño hijo, SeHun, levantándose del suelo, donde había estado dibujando —Mira lo que hice para tu nuevo lugar de trabajo.

Si bien era viernes, Lu Han había ido por su hijo el día anterior a pedido especial de MinSeok, dado que tenía su primer día de trabajo como docente ese mismo día.

Lu Han trató de sonreír y mirar el dibujo de su hijo. El talento del pequeño era evidente, pues podía distinguir perfectamente tres figuras sobre el papel, por ello, orgulloso, se agachó hasta quedar a la altura de SeHun y besó su frente.

—Es muy bonito ¿Desde cuándo dibujas tan bien? —Su hijo esbozó una sonrisa enorme. Estaba emocionado por el elogio.

—¿Te gusta? Somos papi, yo y tú.

Hasta ese momento, Lu Han no había hablado con el niño para explicarle las razones por las que no vivía con él. Ni tenía idea cómo hacerlo, por ello se había dedicado a esquivar el tema, esperando que su ex esposo solucionara el problema, o que su hijo simplemente se olvidara de ello.

Sí, era un cobarde.

Y un mal padre.

***

Era el primer día como profesor de MinSeok y estaba terriblemente nervioso. De tan solo pensar que en 10 minutos debía enfrentar una clase de 30 alumnos, de 13 años, sus manos se llenaban de sudor y se ponían a temblar.

Trató de decirse que todo iba a estar bien. Que todo lo que tenía que hacer era parecer imponente.

Observó la puerta del salón de clases y respiró profundo cuatro veces. Necesitaba calmar los latidos desenfrenados de su corazón. Así, cerró los ojos y se dijo: Todo va a estar bien, son sólo un grupo niños, los volvió a abrir y entró.

La asignatura que dictaría sería Música, su gran pasión desde niño. Y para lo que había estudiado.

***

Love Again [XiuHan/ LuMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora