Secuestrada.

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P.O.V. Alejandro.

-¿¡QUE!?- pregunto Ana sobresaltándonos a todos.

-Sí, fui a su casa a decirle que ya habíamos vuelto y su madre me dijo que estaba aquí en tu casa, que le había dejado una nota, la llame de camino para acá y me lo cogieron, me dijeron que te querían a ti a cambio de ella- dijo llorando y mirando a Ana, ella se mantenía con el ceño fruncido y los puños cerrados.

-Vale, Noah trae tu portátil, Arabelle prepara las armas, si me quieren me van a tener- empezó a dar ordenes, yo la cogí por los hombros, ella me miro con rabia sabiendo lo que le iba a decir y yo con el ceño fruncido negué con la cabeza- esto ha pasado por mi culpa, no me intentes detener por qué no lo vas a conseguir- profundice mi ceño, esta niña me iba a dar muchos dolores de cabeza.

-No vas a ir y punto, estas malherida, si vas te mataran, déjanos esto a nosotros- dije poniéndome enfrente de ella.

-Yo me quedare aquí contigo- dijo Bea todavía con las lágrimas en los ojos.

-De acuerdo- dijo en un gruñido, no me sonó muy convencida pero me conformo.

Salimos de la cocina para dirigirnos al despacho donde estaban Noah y Arabelle, él con el ordenador y ella metiendo armas en una mochila, pistolas de todas clases, cuchillos, bombas de humo etc.

-Déjame tu móvil Bea- el pidió Noah cuando entramos a la habitación.

Ella le dio su móvil y él enchufo un cable que se conectaba desde el ordenador hasta el móvil. Ana estaba un poco alejada de nosotros hablando por teléfono.

-No quiero que Ana salga, te la dejo a tu cargo, si ella va allí seguramente saldrá herida, así que por favor, por lo que más quieras no la dejes salir de la casa- le dije a Bea que solamente asentía.

-Descuida- dijo sonriéndome levemente.

-Ya los tengo- dijo Noah haciendo que todos nos acercáramos al ordenador. En la pantalla se veía un mapa con un punto rojo encima, el cual no paraba de parpadear.

-Vale, ahora prepararos todos, en cinco minutos salimos- dije separándome del ordenador.

-Pero, ¿no vais a hacer un plan para entrar por lo menos?- nos preguntó Bea.

-No tenemos tiempo- le dije saliendo del despacho.

Fui hacia el garaje, me monte en mi Ferrari y arranque hacia la puerta donde estaban Noah, Arabelle y Luciano esperándome. Se montaron y arrancamos hacia el lugar donde tenían a Inma secuestrada.

Aparcamos en la puerta trasera del almacén donde supuestamente la tienen.

-Tened cuidado con dañar a Inma, si Ana se entera de que le pasa algo me cortara las pelotas- les dije sacando mi arma y cargándola.

De una patada tire la puerta abajo, apunte con mi arma, pero para mi sorpresa no había nadie, ellos se quedaron con la misma expresión que yo al no ver a nadie ahí posicionado.

-¿Nos habremos equivocado?- pregunto Arabelle.

-Lo dudo, mirad- dijo Luciano señalándonos hacia una puerta que había a nuestra izquierda, la puerta estaba entreabierta y había sangre en el suelo.

Todos nos quedamos callados y seguimos el camino de Luciano entrando por la puerta.

Al mirar al frente lo único que vi fueron cuerpos, unos siete u ocho cuerpos sin vida desparramados por todo el almacén, en el centro había una silla en medio de tantos cuerpos, una silla nada más rodeada por cuerdas.

-Ana- dije apretando la mandíbula. Me fui directo al coche seguido por Noah, Arabelle y Luciano.

Cuando estábamos todos montados arranque y con toda la rabia del mundo me dirigí a nuestra casa. 

Dispárame. (NPSA2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora