Vamos a fingir.

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P.O.V. Alejandro.

-Te quiero- me dijo al oído mientras que yo la tomaba del culo.

Me quede congelado, ella me miro con una pequeña sonrisilla y yo enseguida me lance a sus labios, quería a esta chica, con todas sus locuras, con todos sus defectos, con todo, la quiero a ella entera.

-Y yo- le dije cuando nos separamos para coger aire, ella amplio su sonrisa y me volvió a besar.

-Oh que bonito- escuche que decían detrás de nosotros, se me olvidaba que Bea, Inma y Kyan venían detrás de mí, hoy se quedarían a comer, teníamos que hablar sobre que íbamos a hacer cuando mañana Ana entrase al instituto.

-Hola chicos- les dijo Ana cuando poso los pies en el suelo.

-Hola- saludaron uno por uno.

-¿Cómo esta tan loco tu novio?- dijo Inma señalándome.

-¿Por qué?- pregunto Ana poniéndose a mi lado, a mi lado ella parecía tan frágil que me daban ganas de envolverla en papel de burbujas.

-Por el tatuaje que se ha hecho- dijo Bea abriendo mucho los ojos como si ella no se hubiera dado cuenta.

-El SI se lo puse yo- dijo mirándome directamente a los ojos- pero la verdad es que estás loco- dijo dándome dos golpecitos en brazo.

La verdad es que fue una buena idea hacérmelo, dicen que los tatuajes te los haces cuando es algo importante para ti, ahora sé que ella lo es y siempre lo será, también sé que no será fácil, pero en mi vida nada lo es.

Comimos entre risas y buenas noticias por parte de Arabelle y Noah, los futuros papás de la casa, estaban muy felices, se les notaba, por otro lado también estaban tristes, las cosas no pueden ser peores, no sabemos nada de los Collins, van a por Ana y no me quiere decir quien, la han intentado matar, secuestraron a nuestra amiga y además siempre saben dónde estamos, de momento las cosas se han calmado pero nunca te puedes fiar.

Después de comer subí a cambiarme ya que cuando llegue a casa nos fuimos a comer directamente.

Subí a mi habitación y me fui directo al vestidor, cogí un pantalón de chándal junto a una camiseta y una sudadera, baje las escaleras hasta el salón donde se escuchaban los gritos de todos.

-Al final nos ha acabado echando a las dos- dijo Inma haciendo que rieran todos.

Me senté en el sillón que estaba solo y Ana se sentó encima de mí.

Me cogió por el cuello y me acerco a sus labios.

-Contadle el plan- les dijo a los demás.

-Esto va a ser así- empezó a hablar Noah- me han contado que antes de que empezaran las vacaciones de Navidad vosotros no os llevabais nada bien, bien, pues ahora os tenéis que llevar peor que antes- eso hizo que los dos nos miráramos.

-Vale, ¿eso es todo?- pregunte, estaba un poco enfadado, acabábamos de empezar en esta relación y ya nos querían separar, pero todo sea por que esto se acabe pronto.

-Sí, de momento eso es todo- dijo Noah.

-¿Vamos?- le pregunto Arabelle.

-Vamos- dijo Ana asintiendo.

-¿Dónde vais?- preguntamos Noah y yo al unísono.

-Vamos a llevar a Arabelle al ginecólogo- dijo Ana levantándose de encima de mí.

-¿Y por qué tenéis que ir todas?- pregunto Kyan al ver que Inma se iba de su lado.

-Yo también tengo que revisarme- dijo Inma tocándose la barriga, la cara de Kyan era un poema, le paso de color rojo a color blanco en segundos- es broma- dijo Inma riéndose haciendo que todos riéramos.

Después de irse las chicas nos quedamos nosotros cuatro hablando, jugando a la Play y tomándonos unas cervezas.

-¿Qué te pasa tío?- me pregunto Luciano al verme callado.

-Estoy pensando en que Sergio va a intentar ir a por Ana otra vez- le dije mirándolo con el ceño fruncido.

-¿Quién es Sergio?- pregunto él también frunciendo el ceño.

-Su ex- dije apretando los puños.

-No te preocupes tío, ella te ha dicho que te quiere, y por lo que me ha contado, que ella te lo haya dicho ya es un paso muy grande para los dos- dijo Kyan dándose la vuelta para mirarme mientras jugaba.

-¿Y qué es eso que te ha contado?- pregunte haciéndome hacia delante.

-Que te lo diga ella- dijo, eso me dejo con curiosidad, yo sé que a ella le cuesta o le costaba manifestar sus sentimientos pero que le hubiera pasado algo para tener ese problema no.

-Y oye tío cambiando de tema, me ha gustado tu amiga Bea- dijo Luciano haciendo que Kyan y yo nos miráramos- ¿Qué pasa?- pregunto mirándonos alternativamente.

-Es la novia de Pablo- dijo Kyan- o por lo menos hace poco lo eran- dijo mirándome y encogiéndose de hombros.

-Bueno, yo no soy celoso- dijo Luciano levantando las manos y haciéndonos reír a los cuatro.

-Alejandro, ¿vamos a ir a la carrera que hay este fin de semana?- me pregunto Kyan.

-Sí, porque seguro que mi novia va y el inútil de Sergio también.

A las ocho y media de la tarde las chicas todavía no habían venido por lo tanto estábamos muertos de hambre así que pedimos pizza, media hora después la pizza ya estaba aquí y las chicas seguían sin aparecer, mire a los chicos que me miraban con el ceño fruncido y decidí llamar a Ana.

-Dime- dijo cuándo me lo cogió.    

-¿Qué os queda?- le pregunte desesperado.

-Poco, es que hemos venido al centro comercial a comprar algunas cosas ya que Arabelle tenía antojos de comprar ropa de bebé.

-Pues no tardéis que la cena se enfría.

-Vale, en tres cuartos de hora o así estaremos allí, te quiero- dijo haciendo que todavía me sonara raro.

-Y yo- dije y colgó- lo que te espera tío- le dije a Noah quien iba a llevarse un trozo de pizza a la boca.

-Pues tu ten cuidado- me dijo advirtiéndome y riéndose.

Cuando vinieron las chicas todos empezamos a cenar, entre risas y chistes malos de Noah hacia mi terminamos de cenar y nos fuimos todos al salón, lo que sí que me pareció raro fue ver a Bea muy cerca de Luciano, tan cerca que hasta estaba sentada en su regazo, de vez en cuando veía como Ana me miraba como preguntándome que, que era lo que pasaba entre esos dos y yo lo único que hacía era encogerme de hombros.

Sobre las doce o así, Ana y yo empezamos a echar a gente de la casa, ya que ella empezaba el instituto mañana y tenía que descansar, subimos los dos las escaleras, ella a mi espalda dándome besos por todos los lados donde pillara y yo riéndome y haciéndole cosquillas por debajo del muslo, donde primero la deposito es en la cama y ella con un tirón de mi sudadera hace que me caiga encima de ella produciendo risas por su parte, empezamos a besarnos hasta que solo estamos en ropa interior.

-Te quiero- es lo último que le digo antes de llegar al clímax.  

Dispárame. (NPSA2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora