Acerca de esta historia:
Intentando huir de la persona que te atormentaba, obtienes un nuevo trabajo cerca de la casa de tu tío Nick, este te ofrece quedarte mientras encuentras un lugar independiente.
Ahí te vuelves a encontrar con tu prima Deliah...
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La llegada de una nueva habitante en la casa no habría sido del total agrado de Springtrap. Entre más personas supieran de su existencia, más peligro corría de ser delatado ante su mejor amiga.
Pero la curiosidad también le ganaba, o tal vez el hecho de controlar con quién interactuaba su mejor amiga habría sido su motivo para empezar a interesarse por ti.
Es por eso que a pesar de las amenazas de Nick sobre no contarte nada sobre el peculiar animatrónico, Springtrap habría convencido a Deliah de presentarse.
No parecías en realidad una amenaza para su secreto, pero nunca hay que bajar la guardia.
₍ᐢ..ᐢ₎
Después de un rato corriendo por la casa, encontraste un lugar lo suficientemente aceptable como para esconderte del conejo. Habría sido confuso ubicar un buen lugar de escondite, pues la casa no era del todo reconocible para ti, y tampoco querías ser inorportuna en alguna de las habitaciones que no eran tuyas.
Es por eso que optaste por una alacena vieja de metal que permanecía vacía en el garaje. Pasaste ahí unos minutos, escuchando atentamente qué sucedía en el exterior.
En un momento, escuchaste una especie de rugido robótico, después, un grito de Deliah, seguido por una carcajada de ella. Ya la había encontrado.
"Una menos" la voz de Springtrap sonó, peligrosamente, cerca de donde te encontrabas. "¿Dónde estás (t/n)....?" empezó a entonar mientras sus fuertes pisadas merodeaban la casa.
Te removiste en tu sitio, intentando pegarte lo más posible al fondo de las cuatro paredes metálicas, como si eso fuera a ocultarte más.
Entonces, el frío recorrió tu cuerpo al escuchar las pisadas entrar en el garaje.
"(T/n).... Sé que debes estar por aquí~" canturreó, con un tono más grave, haciendo erizar tu piel. No recordabas que jugar a las escondidas fuera tan aterrador.
El lugar permaneció en silencio un buen rato, los segundos pasaban tortuosamente lentos y hacías lo posible por no respirar de un modo que te delatara.
"Huh, creo que no está por aquí" habló el conejo para si mismo, y acto seguido escuchaste la puerta del garaje cerrándose.
Suspiraste pesadamente en alivio, ya se había ido.
Apenas notabas lo fuerte que estaba palpitando tu corazón-
"¡Te encontré!"
El repentino rugido de Springtrap y las puertas abriéndose de par en par habían hecho que pegaras un grito, sobresaltada. Pero también, hizo que te estamparas con la pared de atrás.