Acerca de esta historia:
Intentando huir de la persona que te atormentaba, obtienes un nuevo trabajo cerca de la casa de tu tío Nick, este te ofrece quedarte mientras encuentras un lugar independiente.
Ahí te vuelves a encontrar con tu prima Deliah...
Si callas la verdad y la encierras, acabará creciendo y acumulará tal potencia explosiva que el día que reviente arrasará todo lo que esté en su camino. —Émile Zola
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El sonido de la ambulancia y los gritos de los curiosos que habrían presenciado la tragedia no parecían distraer a la chica que permanecía expectante de la escena ante ella.
A pesar de la distancia a la que se encontraba, el calor y el olor de lo que restaba de la casa aún eran perceptibles para la joven. Estaba cubierta de ceniza y polvo. En sus mejillas se dibujaban los trazos del camino que habrían recorrido las lágrimas desde sus ojos.
"(t/n), ¡(T/n)!" una voz femenina le gritaba, agitada por la conmoción.
La menor solo hizo el esfuerzo por devolver la mirada, mas no para responderle. Era su querida tía, que estaba siendo llevada por los paramédicos en una camilla. Lucía cansada, sus heridas le habrían generado un gran daño, pero habría hecho un último esfuerzo por hablar con la joven. Y aunque la muchacha estaba contenta de saber que al menos seguía con vida, ya no le quedaban más fuerzas.
Ambas se miraron, sabiendo que las dos se habrían equivocado. Habrían confiado en una persona que solo buscaba hacer daño, y ahora solo quedaban restos carbonizados que alguna vez habrían sido cuna de una familia feliz.
"Vete a donde nunca te encuentre."
Y eso fue lo último que la joven escuchó de su apreciada tutora. Quedándose con piezas de sus sentimientos sin resolver.
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Un fuerte estruendo de la maquinaria del autobús al frenar habría impedido que continuaras tu no tan plácida siesta. Era como si no importara que tanto evitaras pensar en ello, los recuerdos seguían apareciendo como si de una plaga se tratase.
El día permanecía tranquilo, el clima era agradable para tus sentidos y, en general, te encontrabas en un lugar cómodo en el transporte. Pero el paisaje natural con el que estabas siendo entretenida y todas las demás ventajas con las que gozabas en este momento, no bastaban para apaciguar los fuertes latidos de tu corazón.
