Capítulo 17: Una fiesta y un secuestro (Parte 2/Final)

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Mike caminó en silencio y asustado con el hombre rubio de ojos verdes detras, quien sostenía un arma calibre 38 directo en su costilla y apresado de ambos brazos. Las personas que estaban en la fiesta no se percataron de lo que estaba pasando en la propiedad mientras se divertían. Caminaron hasta la cerca que limita con el bosque. Ahí estaba Justin, de rodillas en el césped con sus ojos cubiertos en lágrimas de terror, con un arma apuntando a su cabeza. A como Mike lo sospechaba, el hombre alto de ojos azules y piel morena era quien estaba de tras de todo.

- Quien eres y que quieres de nosotros? - pregunta Mike con cautela.

- Me llamo Ricky. - responde inexpresivo.

- Déjalo ir, por favor, no le hagas daño, te lo pido - suplicó Mike pidiendo que dejaran a Justin.

- Porque lo haría? - Ricky se agachó y le dio un puñetazo a Justin en la cara. Empezó a sangrar.

- El hombre viene en camino - dijo el tercer secuestrador de ojos cafés y traje blanco.

- Que quieren de nosotros? - volvió a preguntar Mike.

- Son mis rehenes, no es nada personal, pero quiero ver a Víctor Morgan - respondió Ricky.

- Que quieres con mi papa? - pregunto Justin con voz entrecortada.

- Que te lo diga el mismo, ahí viene.

El Señor Víctor y Jenna caminaban con nerviosismo acercándose a ellos, rogándoles al hombre que los escoltaba que dejara en paz a Justin y Mike.

- Pero miren la rata que tengo frente a mí! - exclamo Ricky con cara de satisfacción al ver lo vulnerable que todos estaban en ese momento.

- Ricardo Méndez? - dijo el Señor Víctor con sorpresa.

- Exactamente, en vivo y en persona, aunque prefiero que me llamen Ricky - sonríe con malicia.

- Porque haces esto?

- Porque crees tú que hago esto?. Sabes, no sé cómo desperdicie tantos años trabajando para ti. Te fui leal por más de 10 años, trabajando en tu empresa, siendo tu mano derecha. Hasta el día que me despediste.

Mike y Justin estaban sorprendidos, no tenían ni idea que lo que estaba pasando.

- Recuerdas ese día? - Añadió el hombre. Tu arruinaste mi vida Víctor!. Cuando me despediste, mi hijo acababa de nacer, nació con Displasia broncopulmonar, sus pulmones no se desarrollaron bien - sollozó. - Murió porque no tuve el dinero suficiente para pagar su tratamiento, incluso cuando te pedí un préstamo de colegas y me lo negaste. Cuando mi hijo murió, mi esposa entró en depresión, estaba triste, teníamos problemas económicos y..... se....se suicidó - grito con ira.

El Señor Víctor bajo la cabeza de vergüenza y pena ajena, se quedó en silencio pues no tenía palabras para expresarse.

- Tu arruinaste mi vida por completo! Me despediste porque creíste que renovar el personal y trabajar con personas más jóvenes le haría bien a tu compañía! Yo trabaje para ti más de 10 años, y me pagaste dándome la espalda. Ahora es tu turno de sufrir la muerte de tu propio hijo, y de tu esposa.

- Ellos no tiene la culpa de nada, déjalos en paz - rogo con llantos el Señor Víctor.

- No, no, no. Sabes cuánto tiempo planee este momento? Desde la vez que robaron en tu casa. A los pocos días contrataste a tus dos guardaespaldas. Lastimosamente solo tengo a uno, el otro... no lo sé, aproveche que se distrajo para traerlos a ustedes aquí, tal vez después me encargue de él.

Mike observo que junto a él estaba al hombre rubio de ojos verde, quien sostenía una pistola en su mano derecha, muy cerca de su cabeza. Ágilmente le vigilo para atacarlo en algún momento en que se distrajera. Mientras Ricky seguía infundiendo el miedo entre los presente, el hombre se distrajo al ver unos segundos el estrellado cielo. Mike se levantó con rapidez y con su rodilla golpeo al hombre en la entrepierna y con agilidad le arrebato el arma de la mano. Ricky y los otros dos criminales parados junto a él apuntaron hacia Mike mientras este apuntaba hacia Ricky.

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