Pastel

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POV RIN
Abrí los ojos cuando sentí la luz del sol en mi cara, al hacerlo me quedé desconcertada al mirar el lugar, no era mi habitación, me senté de golpe aun confusa, ahí frente de mí estaba él, su sonrisa y ojos rojizos que lo caracterizaban, recordé entonces lo sucedido por la noche, pasé la mano por mi rostro para despabilarme, no sabía que decir o hacer, la situación era muy comprometedora por donde lo vieras.
- ¿Por qué me odias? -pregunto serio.
-no lo hago-conteste, de que rayos hablaba.
-entonces porque me ignoras como si tuviera lepra-insistió.
-no lo hago-exclame sin mirarle.
En realidad, sí lo había hecho, desde que supe que de verdad estaba comprometida con él, lo evitaba, no quería verle, temía volver a sentir esas cosas raras como el día que le conocí, además estaba en una nube rosa en compañía de Sesshomaru.
-te ves hermosa por la mañana-dijo Naraku y le mire seria.
-mentiroso, nadie se levanta viéndose bien por la mañana, mi cabello está alborotado y de seguro tengo baba en la cara-conteste para cambiar de tema.
-bueno sí tienes un poco-menciono riendo y me pase la mano por la boca-aun así, te ves hermosa.
-estoy segura que sueles decirles lo mismo a tus conquistas-mencione.
-ellas no se ven tan hermosas como tú-respondió.
El cínico no se molestó en contradecirme, eso quería decir que solía tener una gran cantidad de mujeres en su cama, baje la mirada, pretendían que sea esposa de un hombre cuyo lívido era muy activo.
-Rin-alce al escucharlo.
Lo vi pararse, caminar a mí, su mirada parecía más intensa y roja que antes, me asusto la forma en la que me miraba, retrocedí en la cama temerosa de lo que pudiera hacer, sonrió de forma atrevida, me vi acorralada en la cabecera de la cama, él subió lentamente como un felino acechando a su presa, tan cerca lo tenía que podía sentir su aliento en mi rostro, estaba alarmada, sabía que pretendía, su rostro empezó a acerarse a mí, cerré los ojos, no era mi primer beso, pero las emociones que sentía ante la situación eran muy confusas, no llego el momento, la puerta se abrió de golpe y al mirar vi como Sesshomaru lo jalaba del brazo con brusquedad y lo lanzaba al piso lejos de mí.
- ¿Qué hace Rin en tu habitación? -cuestiono.
-no tengo porque contestarte-respondió Naraku parándose con una sonrisa.
-ella tenía miedo-bufo Sesshomaru encarándolo.
-si no hubieras llegado, se hubiera relajado-burlo Naraku.
-basta los dos-hable parándome, odiaba verlos enfrentarse y más por mí-aquí no pasó nada-mencione y hui de la mirada de Sesshomaru.
-Gracias Rin-antes de salir escuché la voz de Naraku y no pude evitar mirarle sin decir nada, asentí y me fui.
Debía odiarle, repudiarlo por su arrogante forma de tratarme, pero por más que lo pensaba me resultaba imposible, me mire en el espejo del baño, lave mi cara con agua fría, no quería estar a su lado, la razón me decía que debí estar lo más lejos, pero mi estúpido corazón me gritaba que no lo dejara solo, que me necesitaba.
Fui a la cocina, Kaede y el abuelo Jaken habían ido al pueblo por suministros, imaginaba que también se fastidiaban de estar encerrados y aprovechaban para distraerse, me coloqué el mandil cursi solía usar Kaede, ese de Kitty y me hice un chongo, la ve mis manos y después saque lo necesario para hacer un pastel, con ayuda del recetario me fui guiando, pero de verdad era un desastre con los postres, había tanta harina por todos lados, no pude evitar recordar el día que termine en el piso con Sesshomaru bañados de harina, sonreí ante el recuerdo, después de luchar con el bendito pastel, por cierto termine con el dorso de la mano quemada por sacarlo con desesperación del horno, la decoración estaba para llorar, decidí mejor volver a hacerlo así que necesitaba la palita para quitar todo el decorado, se supone que era un lobo y parecía un cerdo, estaba buscando la pala cuando una voz grave me asusto provocando que golpeara la cabeza en la alacena.
-perdón no fue mi intención-Sesshomaru se veía preocupado.
-tranquilo no fue nada-conteste sobando mi cabeza.
-tu mano-exclamo agarrándola y examinándola.
-fui algo torpe al sacar el pan del horno-comenté avergonzada.
-déjame curarla-fue por el botiquín, con delicadeza me coloco una crema y una gasa.
-gracias-murmure.
- ¿Qué haces? -pregunto mirando el pastel-bonito cerdo-menciono.
-se supone era un lobo-me miro con la ceja levantada.
-jajaja-escuché su melodiosa risa y me uní a él.
-ya deja de burlarte, te dije que era un desastre con los postres.
-déjame te ayudo-pese a lo sucedido me miraba como siempre.
-bueno, pero debes usar el mandil-dije quitándomelo.
-ya dámelo-contesto después de pensarlo, en realidad solo bromeaba, pero bueno-que Kaede va a llegar y debemos limpiar este lugar-agarro el mandil se colocó y se puso un pañuelo en la cabeza, le mire muy mono con ese atuendo.
-vaya, Kitty te sienta bien-comente.
-el rosa es mi color-bromeo mientras se disponía a decorar el pastel.
-ya veo que panda no es la única niña-murmure, le escuche reír sin dejar de decorar.
Me acerqué y vi el hermoso lobo negro que estaba haciendo, al terminar se quedó mirándolo con el ceño fruncido.
-para quien es el pastel-pregunto mirándome.
Estaba tan cerca, que solo pensaba en besarlo, dios quería besarle, él abrió los ojos ante la idea, genial lo había leído, sin pensarlo más avance y justo cuando iba a besarlo.
-que desastre-la voz de Naraku nos hizo separarnos.
-qué bueno que está aquí joven-dije y este me sonrió.
-vaya hermanito te ves muy linda-menciono burlón y Sesshomaru se lo quito.
-feliz cumpleaños-dije agarrando el pastel y enseñándoselo.
Abrió los ojos, me miro sin saber que decir, me sentí orgullosa de dejarle sin palabras, escuché un gruñido y vi que era Sesshomaru.
-le mentiste con ello-reclamo-si más no recuerdo nuestro cumpleaños fue hace dos meses.
Le mire como estúpida, cierto eran gemelos, y ese idiota, le mire molesta, estaba tan enojada que le termine lanzando el pastel en la cara, todo mi esfuerzo para nada, me vio la cara de tonta para que pasara la noche con él.
-solo así logre mantenerte conmigo toda la noche-hablo por fin, quitándose el pastel de la cara y tomando un poco lo metió a su boca-rico.
-hiciste que se lastimara por nada-reclamo Sesshomaru molesto.
Me miro la mano que tenía gasa, pareció arrepentido, pero algo había aprendido con todo ello, a no confiar en él, Naraku Taisho no era un hombre con el que me gustaría pasar la vida, y si me obligaban a ello, juro que escaparía, me di la vuelta y salí de la cocina, los deje, estaba tan enojada, con toda esta situación, que solo quería alejarme de ellos, olvidar esa estupidez, subí a mi camioneta destartalada y maneje alejándome de ahí.
Continuara…

Mi querido guardián *FinalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora