POV RIN
Tu aroma se filtra en mi nariz, soy consciente de tu colonia varonil, tu voz recorre mi sistema nervioso enviando una corriente de emoción nunca antes conocida para mí, tu mano en mi mejilla crea una sofocante necesidad de sentir más, tu respiración y aliento sobre mi piel provocan una calidez extenderse sin control, soy perfectamente consciente de tu acelerado corazón y la forma que tu respiración se hace más y más pesado, mis ojos se vuelven inquietos en la oscuridad detrás del pañuelo, quieren mirarte, saber que eres real.
Y un algo en mí explota, la oleada de deseo se expande de pies a cabeza, me siento asfixiar, tu aroma me enloquece, lanzo un gruñido desde lo más hondo de mi ser, me arrebato en tus brazos, es difícil detenerme, necesito de esto, mi cuerpo reclama prepotente, siento un cambio en tu actitud, tal vez asombro por mi reacción, pero no puedo, no quiero, me siento morir sin ti, mis manos desanudan el pañuelo y este cae en mi regazo, te observo expectante, tus ojos brillan, tu boca sonríe de forma provocativa, paseo la lengua por mis labios, observando los tuyos de forma indebida, ilegal tal vez, estas ahí hincado frente a mí.
No hay duda, tú lo has dicho, tú y yo nacimos para estar juntos, puedo sentirlo aquí en mi corazón, lanzo un largo suspiro al mirarle tan atractivo, me incorporo sobre la gran cama matrimonial, avanzando hasta quedar frente a ti, mi mano tiembla al avanzar hacia a ti, se posa en tu mejilla con delicadeza, tu calor traspasa mi piel, y ese, ese sencillo toque, provocan que de nuevo mis sentimientos se transformen en un torbellino en todo mi ser, jadeo sin darme cuenta con solo sentir tu piel, y ya no puedo aguantar más, me inclino para besarte, y esta vez no seré gentil.
Te unes a mí, de forma natural nuestros labios bailan, conociéndose, amoldándose, saboreando, disfrutando y cuando nuestras lenguas deciden participar, todo se vuelve más ardiente, dios, ardiente no es la palabra para todo esto que me está provocando besarte, seriamos capaces de derretir toda la cueva, mientras mi mano rodea tu cuello atrayéndote más a mí, tu mano me aprieta de la cadera y pega a tu pecho, nos besamos, nos devoramos, dejando atrás el beso inicial para dar paso a una hambre desesperante y mis ideas se nublan con la idea de tocarte.
-TOCAME-ordenas sin dejar de besarme.
Estamos conectados, leyéndonos, ahora sé lo que piensa, me sonrojo al escuchar su pensamiento sobre mí, me desea como yo, mueres por besar cada parte de mi piel, mirarme desnuda, perderte entre mis piernas, comprobar cuanto puedo aguantar hasta correrme, probar cada pezón, dios, me está haciendo el amor y aún seguimos vestidos, eso es… uff…
-perdón debería dejar de pensar en ello, pero me tienes loco, muy loco por ti-comenta.
Pero no respondo, solo me separo para mirarlo, mis manos lo empujan y ante su sorpresa cae de espalda en la cama, subo en él, sin dejar de mirarle, sus manos se sitúan en mi trasero de forma firme, su duro miembro choca con mi intimidad, lanzo un suspiro ante aquel contacto íntimo.
-esto apenas es el inicio-dice divertido, pero no durare si sigues así.
Entonces soy consciente de lo que estoy haciendo, y me detengo perpleja.
-sigue, me gusta, Rin… por favor-suplica.
Y yo, me froto en su miembro, me muevo de adelante atrás, sintiendo esa presión, estoy mojada, mi ropa íntima me resulta molesta y la de él peor, mis manos van abriendo los botones, pero estos parecen no querer cooperar o yo estoy tan excitada al sentir esa rica fricción en mi entrepierna, que no puedo hacer nada más, entonces impaciente le arranco la ropa, dios, le arranque la ropa, la tela quedo hecha trizas en mis manos, su sonrisa se ancho ante mi acción.
-creo que caperucita quiere devorar al lobo-habla con diversión.
Rio ante su comentario, y cuando nuestras miradas conectan de nuevo, el ambiente vuelve a cambiar, la diversión deja sus ojos, sus pupilas se dilatan, brillan con una intensidad nunca antes vista por mí, casi parece desnudarme con ella, gimo ante la sensación que envía en mí, y de nuevo este deseo vuelve a cobrar vida, vuelve con fuerza cuando su aroma taladra mi sentido, aspiro profundamente dejando que su aroma ingrese en mi cuerpo y todo se torna diferente, me inclino para besarle, esta vez no tardamos en unir nuestras lenguas, muerdo su labio, disfrutando de su carnosidad, me recuesta en la cama y esta vez es quien me rompe el vestido, la brutalidad con la que hace añicos mi prenda de vestir no me asusta, al contario me hacen mojarme más.
-eres hermosa-murmura separándose un poco para admirarme.
-el lobo siempre ha deseado a caperucita en secreto-comenta.
Jalo de él para besarnos de nuevo, su cuerpo se aprieta al mío, su mano desabrocha mi sostén y deja libres mis modestos senos.
-modestos-menciona-solo un ciego no lanzaría una mirada a estos ricos senos.
Sus palabras me agradan, me hacen sentir sexy, deseada, dios su mano masajea uno, pellizca mi pezón y no puedo evitar arquearme, su boca atrapa uno y siento su lengua lamer mi piel, el pezón erecto se vuelve sensible ante sus caricias, lanzo un sonoro suspiro o tal vez sea un gran gemido, da igual, él me está llevando por un peligroso camino, del cual no quiero apartarme. Deja mi piel húmeda ante su contacto, mientras su boca crea un sendero entre estas y baja al elástico de mi diminuto cachetero, su mirada me observa cuando su mano es quien toca la tela húmeda y presiona formando círculos.
Un gruñido escapa de su boca cuando mi cara se contrae al sentirlo ahí, hace un lado la tela para introducir dos dedos, ¡OH, DIOS! grito al sentir mi cuerpo vibrar por sus movimientos, está tocándome, está dándome un placer que nunca imagine, él esta… ¡ahahah!... cierro los ojos e intento cerrar las piernas ante la desesperación del sin fin de emociones que surgen y no sé identificar, mi cabeza está hecha un lio, sin entender si quiero que pare, llorar, reír, gritar, maldecir, que siga o le odio por detenerse, frunzo el ceño y le miro con enojo.
-ten paciencia, esto apenas empieza-murmura jadeando.
El cachetero baja por mis piernas, sus manos acarician mi piel en el proceso, cuando quedo denuda totalmente muerdo mi labio al sentirme vulnerable, pero no hay tiempo para analizar la situación, mis piernas son separadas por sus manos, y sin aviso previo veo como su hermoso rostro se pierde en ellas, grito, ¡DIOS!, grito al sentir su lengua recorrer mi clítoris, es áspera y fuerte, entra con seguridad, como si lo hubiera hecho antes tantas veces y esa idea me descoloca.
-jamás, yo siempre te espere-responde ante mi incertidumbre, y le creo.
Despejo las absurdas ideas, mientras su lengua continúa robándome largos jadeos, la emoción me sobrepasa, esta felicidad que se apodera de mi es tan sublime que creo ver fuegos articúlales cuando exploto en un múltiple orgasmo, respiro con dificultad, mi cuerpo parece que ha corrido kilómetros y kilómetros, el cabello se pega a mi rostro por el sudor, y aunque estamos bajo cero, mi cuerpo arde con violencia, ante su mirada puesta en mí, tomo un largo respiro cuando le veo desnudarse, el resto de la camisa cae en el piso, sus pantalones son arrojados al piso, y su abultado miembro salta con regocijo cuando es liberado, trago saliva al ver su tremendo miembro, grueso, erecto, lleno de venas y no puedo más que pensar en probarlo para descubrir a que sabe.
-ven entonces, soy todo tuyo-contesta ante mis pensamientos.
Le veo recostarse y me levanto para llegar junto a él, mi lengua humedece mis labios, clavo la vista al descomunal miembro, vaya que eres grande, pienso y escucho su risa musical acariciarme, me inclino y mi boca se abre para presionar un segundo después sobre su erección, bajo y subo de forma rápida, succionando a mi paso, quiero meterme todo en la boca pero apenas y logro introducir la mitad, sin embargo eso basta para casi atragantarme al llegarla a la garganta, succiono, succiono, y sus gestos me enloquecen, quiero ver más e intensifico mis movimientos perdiéndome en su rostro excitado, en sus ojos cerrados, yo misma estoy de nuevo mojada, mi entrepierna grita por él, por sentirlo más cerca.
Abre sus ojos ante mis pensamientos, y sin más me veo rodando, quedando bajo a él, muerde mi labio, para después acariciar mi cuello con su nariz, su rodilla me abre las piernas mientras sigue jugueteando con mi piel, se separa para mirarme y mis piernas son sostenidas por él, se acomoda entre ellas, contengo la respiración cuando su miembro rosa mi entrada, de nuevo todo se nubla en mí, solo le deseo con desesperación, ya no puedo esperar, dios ya te quiero en mí.
-perdón-susurra.
- ¿por…?
Pero la pregunta queda sin terminar cuando lanzo un grito al sentirme llenar por completo, ha sido violento, pero malditamente placentero, nos perdemos, nos olvidamos de las delicadezas, somos uno, nos fusionamos, y ambos ardemos de deseo, su cuerpo se mueve, entra y sale sin detenerse, yo misma le sigo el ritmo, aprieto su brazo , mientras su miembro me embiste sin parar, la cama se mueve antes sus salvaje penetración, pero me importa poco, porque yo lo estoy disfrutando, porque sus testículos chocando en mi trasero me hace consiente de lo profundo que esta él en mí, eleva levemente mi cadera y se hunde más, nunca imagine disfrutar tanto del sexo, nunca, lo juro, pero tal vez tiene mucho que ver que nosotros nos amamos.
-RIN-grita mi nombre y yo le sigo, caemos en un placentero mar de orgasmos.
Estamos recostados con la respiración acelerada, y debería sentirme totalmente satisfecha, pero…
-caperucita aún tiene hambre-pregunta.
-es posible esto-contesto sin terminar de comprender esta sed que tengo de saciarme con su cuerpo.
-soy lobo y créeme yo también lo deseo-responde.
Muerdo mi labio al ver que no miente, apenas hemos terminado y su miembro está de nuevo listo para la batalla, sin dudarlo subo en él, comiendo el mástil duro del lobo, mi estrecha vagina le aprieta, me muevo lentamente saliendo y entrando, marcando el ritmo, pero duro poco cuando se atreve a posar su mano en mi cadera y su boca succiona mi seno, entonces es quien toma el control y me pierdo de nuevo en este torbellino mar de placer, al sentirme penetrar sin parar.
Continuar…
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Mi querido guardián *Finalizada
Hayran KurguUn amor prohibido, una mujer nacida para uno de los hermanos y un protector enamorado sin derecho al amor.