Dulce

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Voy regresando de la universidad cuando en el camino me sale un gran lobo rojizo, me quedo de piedra al ver lo descomunal que es, me gruñe con sus ojos azules amenazadores, ¿Qué diablos está pasando? Cierro los ojos al frenar de golpe a un lado de la carretera, tal vez lo más inteligente sea seguir conduciendo, pero me aferro a la idea de que estoy soñando de nuevo, siento un movimiento en la camioneta, está aplastando mi parte delantera, maldición necesitare de mucho dinero para dejarlo bien, abro los ojos y le veo babear, quiere matarme, al parecer seré comida, vaya que cómico, y pensar que justo a eso me dedico, hacer comidas, tengo ese absurdo pensamiento histérico antes de ser comida.
Le veo abrir la boca y sus filosos dientes me hacen gritar, apenas soy consciente del momento que un gran lobo blanco se lanza contra él, los veo dar girones entre los árboles, derribando algunos, me quedo hipnotizada ante semejante escena, no puedo creer que unos grandes lobos estén ahí a unos metros de mí, me rio histérica, estoy quedando loca, necesito un descanso o diablos sabía que inhalar canela tarde o temprano terminaría dañando mi cabeza, juro que matare a Sango la próxima vez que me incite a hacer algo así, regreso la mirada esos dos al escuchar un fuerte gruñido, veo pasar a dos más, el lobo blanco parece estar en problemas, estúpidos lobos montaneros, eso es injusto, aprendan a pelear parejo, quiero gritar pero me contengo.
-bien Edward Collen soy tu bella, ven y rescátame-murmuro entre risas-los lobos están aquí y solo faltas tu vampiro-sigo murmurando como demente.
Veo como el lobo blanco logra hacer retroceder a los tres, parece que ha lastimado al rojizo, los veo alejarse y mi lobo, claro que es mi lobo, camina hacia mí, se detiene frente a la ventana, cuando eleva su vista no puedo sorprenderme al admirar una vez más los ojos dorados.
-vaya sí que creciste-murmuro-te extraño.
-perdón Bella, pero en esta historia no hay vampiros-le veo sonreír, diablos, sonrió y eso, ¿fue una broma? El lobo bromeo.
- ¿Qué eres? -pregunto acercándome a la ventana.
Pero antes de contestar sale corriendo por el bosque, un auto se detiene junto a mí, le veo quitarse los lentes, me sonríe de esa forma que me hace estremecer.
-hola Rin, de regreso a la casa-pregunta.
-buenas tardes joven Naraku, usted de nuevo va a beber-pregunto, estos días ha regresado algo tomado, lo cual le desagrada al abuelo.
-estoy por casarme y antes de atarme debo vivir como rey-contesta.
-podre de su futura esposa-comento sin poder evitarlo.
-créeme será la mujer más feliz cuando le ponga las manos encima-dice seductor y mi piel se eriza-como sea nos vemos-murmura y se va.
Excelente un lobo bromista, un rico egocéntrico, una amiga afortunada por tomar clases con él, puff, de verdad que todo está de locos, me bajo de la camioneta y voy a la cocina, escucho el grito de Kaede y corro a su encuentro, me asusto al verla en el piso.
-Kaede que ha pasado-pregunto.
-mi reuma, estúpida enfermedad, de repente se me engarroto el pie y caí-menciona mientras la ayudo a pararse.
-y porque tantas cosas-pregunto al mirar el caos en la cocina.
-hoy llega el hermano gemelo del joven Naraku, él sí que es encantador, buen chico, esperaba prepararle algo a su altura-hala bebiendo agua-pero me siento tan mal que ni tomando un frasco de diclofenaco estaré al cien.
-no se preocupe, yo le cocinare algo, llegara a la hora de cenar imagino-comento.
-así es, pero el joven Naraku no estará, salió y dijo que hasta mañana.
-ve a tu cabaña, recuéstate y descansa, déjame la cena, le prepara algo digno a tu querido amo-digo riendo.
-sí Rin, él es el amo bonito, y no solo porque es muy guapo, sino porque posee una personalidad muy gentil.
-muero por conocerlo-digo con sarcasmo.
-te tomare la palabra e iré a recostarme.
La acompaño a su cabaña, entro a la nuestra me doy un baño y pongo ropa cómoda, arremango la blusa de mangas largas, me pongo el mandil y me dispongo a cocinar, así que le gemelo, dos iguales que miedo, me imagino ver la cara del joven Naraku, mientras corto las verduras para una rica ensalada, no dejo de pensar en si de verdad será mejor, aunque debo aceptar que siempre hay un gemelo bueno y uno malo en las historias, al final termino asando un filete, dado que es viernes, los hombres de la mansión suelen ir por tragos al pueblo, incluido mi abuelo, por ello no es necesario hacer más cena que para él, suspiro cuando veo que he terminado en tiempo estoy bebiendo un vaso de agua cuando una voz me hace girar.
-linda noche señorita Soy Sesshomaru Taisho.
No es como imagine, no tiene nada que ver con el egocéntrico de Naraku, solo hay que verle su sonrisa, su porte elegante, su cabello en plateado, y sus ojos, me quedo mirándola como boba, el vaso se me resbala de mis manos al ver los ojos de mi lobo en él, dorados, brillantes como una luna llena, no sé en qué momento se ha movido, pero el vaso está en su mano.
-todo bien-pregunta preocupado.
-disculpe, solo me ha asustado-miento-siéntese voy a servirle su cena, ha de estar hambriento.
-muero por unas costillas-comenta.
-perdón, pero me temo que solo tengo filete-digo sin comprender porque quiere comer aquello.
-no importa, disfrutare de la comida de Kaede igual-menciona sin moverse.
-disculpe, pero la cena la he hecho yo-le veo abrir los ojos y sonreír.
-en ese caso créame que no solo disfrutare de ella-dice con una voz tan familiar- ¿Qué hace? -interrogo al verle ocupar una butaca en la cocina.
-no me apetece comer solo en un comedor enorme-dice mirándome.
-vaya sin duda no es como el fresón de su hermano-hablo de nuevo sin poder evitarlo y me siento enrojecer cuando escucho su risa profunda.
-fresón es un término que nunca se me hubiera ocurrido para Naraku-menciona.
-amo espero disfrute su comida y disculpe mis palabras sobre su hermano-comento avergonzada.
-llámame Sesshomaru-dice probando el filete-rayos esto esta-dice mirándome.
-tan mal-pregunto, tal vez debería dejar esa carrera.
-magnifico, tiene un marinado y una cocción al punto, vaya eres muy buena-menciona-dime Rin porque no estás en mi clase de repostería.
Me quedo mirándolo, mi nombre en sus labios ha sonado, vaya, y le miro de nuevo, Sesshomaru Taisho, abro los ojos al hacer clic, oh dios mío, es él, el Chef famoso, el buenote del cual Sango no ha dejado de hablar, es Ratatuill rencarnado, y lo tengo aquí frente de mí.
-soy mala para la repostería-confieso.
-una chica dulce como tú nunca sería mala en repostería.
- ¿Cómo sabe que soy dulce? Su hermano ha dicho eso de mí-pregunto.
-déjame enseñarte y veras como serás el hada del dulce-dice mirándome y evitando mi pregunta.
-no quiero ser causante de diabetes o caries-menciono sonriendo.
-pero si de provocar infartos con tu sonrisa-comenta después de tragar otro bocado.
- ¿es un alago? -cuestiono.
-es una verdad-menciona y una calidez me inunda, ese hombre es.
-espero no interrumpir-Naraku ingresa a la cocina y nos mira a ambos.
-hola hermano-Sesshomaru le mira con una sonrisa amigable.
-acaso tratas de cazar en mi territorio-pregunta este, estará borracho.
-sería difícil hacerlo, has meado tanto que tu olor está en todas partes-contesta Sesshomaru.
-no trates de hacerte el gracioso-dice tambaleando Naraku.
- disculpa Rin, pero puedes irte a descansar yo me encargo de todo-Sesshomaru me retira y me quito el mandil.
-no puedes darle órdenes a mi mate-gruñe Naraku y me quedo mirándolos.
¿mate? En mi sueño ese tipo me llamo así, Sesshomaru evade mi mirada y Naraku está que se cae de borracho, y algo me dice que esos dos me ocultan algo, miro de nuevo a Sesshomaru y al ver de nuevo sus ojos estoy segura que es mi lobo.
Continuara….

Mi querido guardián *FinalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora