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OMNISCIENTE

George junto a Justin están sentados en la terraza de la habitación de Monet, después de un arduo trabajo de buscar a Monet y organizar los encargos.

―No puedo creer que después de tantos errores, mi castigo lo esté pagando la que tanto dañé. ―susurra George con la voz opacada, tiene muchas de ganas de llorar como todas las noches desde que se la llevó, siente que han sido años.

―No sigo destruyéndose, en una manera su dolor es compresible, sin embargo, no necesitamos la cabeza del equipo cayéndose en pedazos. ―contesta a su lamentación, levanta su botella de cerveza para empinársela entera.

―Oh, hijo, no soy la cabeza del equipo, eso son tu padre, tu hermano y tu padre, yo tengo la cabeza en el culo desde tiempos inmemorables. ―toma un sorbo de su café, después de la reunión con Lounie dejó de tomar, se dio cuenta que el alcohol empeora todo lo que siente.

Antes de que Justin le diga algo, la puerta es abierta con rapidez, entra a la habitación uno de sus chicos, Roland Heinz.

― ¡jefe, hemos encontrado el posible paradero de Monet! ―exclama con seriedad, George y Justin se levantan de un salto, el trío sale corriendo hasta llegar a la sala donde la mayoría de sus hombres tecnológicos yacen trabajando día y noche.

― ¡Ojalá no sea una broma! ¡Muéstrenme!

Roland se sienta en el sofá, busca en los archivos de un hospital.

―Hemos encontrado a una chica llamada Monet Tommer, 17, su tipo de sangre y el número de tarjeta de crédito con que fue pagada la clínica. Hemos buscado los archivos de las cámara, pero al parecer tiene cámaras de cd o casete ya que no tienen algún dato de su existencia. ―explica mientras le muestra los datos y el notario del porque fue llevada. ―Ingresó por una intoxicación de fenciclidina. Le hicieron un lavado estomacal, estuvo internada tres días. En la madrugada del día que se encontró con Lounie. Un tal Chris H. la ingresó, no sé si pueda ser un nombre falso o algo. En los diagnósticos está también que cuando fue ingresada tenía dos heridas de bala en la pantorrilla, golpes, rasguños en sus piernas y algunas cicatrices. Las heridas estaban casi sanadas. Puso al final del expediente, sospecha de violación. ―musita lo último con un poco de incomodidad, están hablando de la hija de su jefe. ―En las preguntas que le hicieron a Monet ella contestó: fue diversión.

― ¡Maldito bastardo! ¿Dónde fue eso? ―pregunta dando vueltas por la sala con sus manos en el pelo.

―Vaxjo, Suecia.

―Nos vamos, ya.

[Dos semanas después]

Monet juega junto el par de chicos al basta, lleva siete de diez y eso está inflando su autoestima, a su lado hay una caja de jugo de arándanos y a su alrededor botellas de cerveza, es muy temprano, las seis, ayer durmieron toda la tarde y se levantaron en la madrugada con mucho ánimo, más porque Monet dejó de estar tan débil.

―Oh, ya no quiero jugar. ―dice Chris aventando el cuaderno con sus pocos puntos, ha ganado una ronda y el resto la chiquilla y el idiota. Ríe la de ojos verdes mientras termina de escribir Ottawa en ciudades.

Monet Strain

Dejo sobre la mesa mi cuaderno junto el lápiz, me recargo en el hombro de Lounie quien divertido y satisfecho toma su cerveza.

―Eres un bobo. ―digo con diversión mientras tomo la caja de jugo y bebo un par de sorbos.

―Cállate, no había jugado este juego desde la escuela. ―ríe, se levanta del suelo y se sienta en el sofá, prende el televisor y busca una película.

Sharing Lives → Justin BieberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora