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Omnisciente 

[Dos semanas después] 


Monet golpea con dureza el muñeco de entrenamiento, se perdió la más esperada misión gracias a que su padre, Justin, Jaxon y Zayn hicieron un plan para sacarla de ella, no querían que se sintiera mal y recayera su salud pero la hicieron enojar bastante cuando se percato que la dejaron a mitad de la madrugada mientras descansaba. Había sido suspendida la misión pero vieron otra gran oportunidad en esos días, justamente ese.

Stephen Rollings les había robado una embarcación muy valiosa, más para Monet quien fue la que la preparó y dio todo de sí para lograr llevarla intacta. Quería una venganza pero los propios del equipo se la arrebataron. El caso es que Stephen iba a llevar su embarcación ahora, y en la madrugada donde nadie los viera los atacarían por los cielos. 

Sostiene la cabeza del muñeco y la retuerce con violencia, pero al ver que el muñeco de por sí es un ser sin vida la suela y lo patea con todas sus fuerzas tirándolo al suelo. 

 —Ya déjalo estar, Monet. Te digo que lo hicieron por tu salud.—entra Moira a el almacén, ha venido con calma a ver como se encuentra su hija después de lo hecho por los chicos. Le habla con cariño y suavidad.

  —¡No se vale, mamá!.— reniega como niña chiquita, se le hincha el corazón al escucharla llamarla mamá.—¡Era mi revancha contra ese estúpido!.— suena aún más infantil al decir eso, mientras la veo con el ceño fruncido y un puchero enojada se da cuenta el escándalo que arma de una manera tan infantil y suspira relajándose, cambia el rostro por una más suave y trata de no hablar como una niña.—Era mi turno de cobrarme lo que me hizo.— suena más madura al hablar con la voz más gruesa.

—Lo sé, corazón, tu padre y tus amigos lo hicieron sin intención de dañarte o hacerte menos, solamente quieren tu salud.— dice suave escuchando el eco de sus voces en el gran lugar vacío, se acerca y la abraza, ella se deja abrazar por su madre y se ríe al sentir sus pechos en su cara. 

—¿Por qué soy la única bajita? ¿Ya viste donde me llegan tus senos, mamá? ¡A LA CARA!.— exclama divertida mientras se aleja. Admite que se siente extraña aún al recibir cariño, más un abrazo de parte de Moira. Le sigue la risa. 

  —Tal vez de tu abuela, mi madre era muy chaparra, y le hacía burlas porque a mis diecinueve años yo era más alta por una cabeza.— ríe mientras le acaricia el pelo. Se escucha como un auto derrapar, es extraño ya que los únicos en la casa eran Marlon, Santiago, Donova y Bush quienes no podían dejar solo el "cuartel" por protección. Jala a su madre con fuerza hasta dentro de la sala donde hacen las juntas, afuera se escuchan voces, dos exactamente que hablan con mucha impaciencia. Mueve el escritorio y quita una alfombra bajo este, hay una escotilla algo pequeña. La abre y ve unas escaleras que dirigen abajo a un pasillo. 

  —Mamá, métete, háblale a papá y dile que hay problemas muy grandes. El pasillo te dirige a la casa y a otra escotilla en un arbusto cerca de la carretera.— habla rápido.— La derecha es la la casa y la izquierda la de la carretera. ¿Pattie y Jazzy?.— pregunta asustada de que alguien esté en casa lastimándolas. 

—En la ciudad de compras.— habla rápido sin asimilar las cosas.—Vente conmigo no puedo dejarte.— dice rápido alarmada.

—Lo tengo bajo control, mamá, déjamelo a mí, son dos.— dice rápido, sin saber si de verdad son dos, Moira iba a negar pero la empuja para que baje diciéndole que ahí va.—Te amo, mamá.— le dice al verla abajo, cierra y pone la alfombra junto al escritorio. 

La escucha levemente gritar, pero asegura después que llamará a su padre, que de seguro ya está en camino.

Monet toma una AK-47, mete una arma Browning 9mm en su pantalón y una Tangfolio T95  en su bota de soldado. 

Sharing Lives → Justin BieberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora