22.

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Zayn Malik

Un poco nervioso tomo asiento, Monet se encuentra mejor que cuando llegamos, está en un estado crítico pero a salvo de la muerte, o al menos la doctora me lo dijo apenas hace unos minutos. Después de llamar a su familia para que no vinieran ni se preocuparan la doctora salió con buena cara a darme las buenas nuevas. 

Aunque no estoy del todo contento, sigue estando mala por un descuido mío, debí llevarla a la farmacia en vez de llevarla al cine..., de igual manera no servirá de nada lamentarme si ya estamos aquí, creo que debo de esforzarme para verla mejor y salir de aquí lo más rápido posible. Me dijeron que está dormida, que estará aquí hasta mañana por la noche que la den de alta, iré por un poco de su ropa a mi casa, le traeré un poco de pasta, champú, jabón y cremas para su suave piel de color canela.

Me levanto de nuevo aún temblando, camino por el pasillo blanco iluminado de la luz del mismo color, el aroma a lejía ya me hizo arder mis fosas nasales y lo helado me quema la garganta a cada respiro. 

Por la oscura calle camino viendo los locales cerca con sus luces fluorescentes que indican que están cerrados a esta hora,  pienso mil veces a lo nuestro, ¿Acaso somos amigos, novios, amigo con derechos? 

No lo sé, nos tratamos de amigos, no nos besamos pero nos vemos de una manera como que quisiéramos estar besándonos, nos queremos y queremos lo mejor para cada uno. Ni siquiera puedo definir qué siento hacia ella, tal vez hablando con Badá, mi padre o Harry (mi mejor amigo junto a Liam) pueda resolver un poco más los embrollos de mi cabeza. 

Rato después de ir por lo necesario, comprarle sus artículos de limpieza y llevar un libro para pasar la noche ambos leyendo ya que a ella no le gusta mucho ver la televisión, le gusta pero no le llama la atención a la primera. 

Regreso en mi auto más cómodo; un Kona de la marca Hyundai, Al regresar bajo sintiéndome extraño, diviso una moto que no estaba cuando me fui, se me hace conocido el diseño negro mate y el número de matrícula. G45R34j

Doy vuelta en el pasillo donde se encuentra su habitación, me desaparecí una hora y media y pienso que debí apurarme.

Me encuentro con Justin fuera de la sala hablando con la doctora de Monet muy concentrado en lo que dice, se le nota preocupado pero no puedo confiar en los que viven dentro de esa casa.

—¿Qué haces aquí?.—le pregunto un poco agresivo en cuanto lo veo, estrecha sus ojos en mí con recelo.

—Vengo a ver a Monet, Malik.—su voz dura me hace fruncir mis labios con molestia.

—No sé por qué si no eres bienvenido, ni siquiera le hablas bien o la ayudas, cabrón. No tienes vela en este entierro así que caminando a la puerta.— le digo con molestia, me percato que la doctora desapareció de nuestra vista. 

—Sí, caminando pero a su puerta.—dice burlesco, camina decidido dentro conmigo detrás, no estaba muy cerca por lo que evitó que lo detuviera. 

Al entrar nos llevamos la sorpresa de que Monet estaba con los ojos llorosos arrancándose todos los tuvos con fuerza, dio zancadas hasta la ventana que intentaba abrir con fuerza. 

—Monet, tranquila. Recuéstate.—hablo rápido yendo a ella.

—No,no,no. Ellos estarán aquí muy pronto, vendrán por más venganza.—susurra aterrorizada viéndome con los ojos abiertos de par en par. 

Frunzo mi ceño tomándola y llevándola a la cama, posiblemente tuvo una pesadilla que la llevó a un colapso. 

—¿De qué hablas. corazón?.—pregunto recostándome con ella, me ve y rompe a llorar fuertemente.

Lounie y sus Panters.—suelta dejando boquiabierto a mí y Justin. Si ellos desaparecieron del narcotráfico desde hace dos años que ambos de nuestros padres les quitaron lo que más quería, sus familias, negocio y dignidad. Ella se metió en problemas cuando eso pasó, Lounie se la intentó llevar en esos momentos donde nuestros días era como las guerras de la antigüedad.


Sharing Lives → Justin BieberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora