39.

328 20 4
                                    

Las discusiones comenzaron a ser más altas y calurosas, en Canadá y en Londres estaban ambas bandas vueltas locas, con los nervios en punta y la furia atravesando sus sistemas. 

Estaban en un límite; George tratando de hallarlo con docenas de sus chicos y amigos buscando su paradero en London, Lounie vuelto loco porque dos veces lograron entrar en su sistema y por poco desvela su verdadera ubicación, también tenía al tanto que muchos hombres de su enemigo estarán buscando su culo para quemarlo.

Comiéndose las uñas de los nervios, jalándose el pelo con molestia y susurrando maldiciones como un loco, lo único que lograba calmarlo es ir hacia su habitación donde Monet esposada a la cama lo espera, ni si quiera se puede decir esperar. 

Desde aquella situación todo cambió para ella. Con la violencia que se hubiera defendido antes pondría a Monet como un arma letal, pero ahora está en shock. Se siente como una niña asustadiza y en esa semana que ha estado ahí come lo que le llevan, es tratada como reina en ese lado pero mientras más le niega algún rastro de hospitalidad se vuelve loco y golpea su rostro hasta dejarla con las mejillas moradas. 

Sentada viendo hacia la ventana; le concedieron estar sin esposas y sin somníferos en su cuerpo, merodea por la amplia habitación completamente cerrada. Siente la necesidad de pensar en una salida o en dar su ubicación para que alguien quien se moleste por ella la rescate. 

Perdida en una nueva actitud que no optó nunca de lleno se sienta en el suelo frustrada, se balancea en su lugar mientras se jala el pelo con fuerza, se repite una y otra vez:

Piensa, piensa, necesitas salir de este lugar. 

Monet Strain

Por dios, quita tu maldita mentalidad de infante en estos momentos, Monet. Me regaño internamente, tengo en cuenta que no estoy utilizando nada de lo que he aprendido en toda mi vida, por ello estoy reprendiendo mi existencia. 

¡Enciende las neuronas, maldita puta!

Miro con desesperación mi alrededor, el ventanal es muy grande y no hay barras de metal o madera que interrumpan algún golpe para destruir todo el cristal, pero sé que si la rompo un gran estruendo causaré, volverá a esposarme y a sedarme, es algo que no puedo permitir, menos estando cien por cien consciente.

—Entraré, Monet.—avisa Lounie con un tono acaramelado tras la puerta, respiro rápidamente mientras veo como poco a poco se abre la puerta y su rostro se asoma por el umbral.—Te he traído un plato con frutas picadas, para que te nutras. No has estado comiendo lo que te he traído. No querrás que me ponga rudo, ¿O sí?.—habla con suavidad y carisma, pero sus palabras no tienen nada de eso.

Asiento teniendo una brillante idea. 

—Sí, Lounie... ¿Puedo llamarte Lou?.—pregunto con una voz angelical, su ceño se arruga ante mi voz y más que nada mi pregunta, asiente lentamente y da paso a una sonrisa muy contenta. 

—¿Por qué ahora quieres llamarme así? ¿Qué es lo que quieres?.—pregunta dudoso, viendo que algo anda mal. 

Es hora de actuar.

—Me siento muy sola, ya no sé ni quién es el malo, no sé nada.—sollozo muy creíble y dejo caer lágrimas.—Mi padre no me quiere, nadie me quiere, quiero saber lo que es amar.—sollozo bajo volviendo a caer en el suelo, veo a la nada, escucho como suspira con tristeza, se acerca a mí y toma mi rostro, me hace ver sus hermosos ojos verdes cristalinos y pronuncia dulcemente:

—Yo puedo enseñarte lo que es querer, yo te quiero.—susurra bajo, besa mi frente y sé que en ese momento mordió mi carnada. 

Lounie es muy guapo pero tiene un alma podrida, empezamos mal, es muy posesivo y está loco, se volvió el enemigo de mi padre por mí, por sus tratos y por su obsesión conmigo, desde que lo conocí me dio un poco de miedo por como se acercaba a mí y buscaba estar alrededor de mí. 

Tal vez si hubiera sido diferente me fuera enamorado de él porque es tierno cuando quiere y todo un caballero cuando quiere. Aunque es violento, si me esa faceta se mostraba mientras nos conocíamos o anduviéramos obviamente lo mandaría a volar. 

—No sé si quiera volver con mi padre, tal vez esté mejor contigo, aunque me hayas hecho algo horrible.—susurro haciendo un puchero inocente y no muy pronunciado.

Sus ojos van al suelo y luego a mi rostro.

—Perdóname, fue estúpido, debí respetarte, puedo hacerlo, simplemente dame una oportunidad, amor.—pide con urgencia, con intención de que crea que lo amaré asiento sonriendo suavemente y limpiando mis lágrimas. 

—Okey, pero por favor, hazme feliz.—susurro, muy detrás de mi tono fingido sé que mi ser humano interior quiere que alguien la haga feliz, que dé todo por ella y la ame sin control para que le enseñe lo bueno de el amor, no solamente la locura y la ignorancia. Hago referencia a el amor de mis padres. Mi madre nunca supo de todo lo que me hacía hasta nuestra reconciliación. 

------------------------------------

omg... qué tal qué pex¿?

all love eva,xxxxxxxx

Sharing Lives → Justin BieberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora