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Monet Strain

Después de todo el tiempo que necesité termino de pintar mi obra maestra. El sol casi se va, el frío ha llegado junto con la humedad.

Un escalofrío me recorre, siento como si algo va a salir mal, pero lo único que he hecho hoy es portarme bien, acatando órdenes.

Chris deja el celular en la mesa, me voltea a ver con una sonrisa sin percatarse de lo que he hecho.

― ¿Ya quieres entrar? Está empezando a hacer frío. ―sonrío asintiendo, baja su mirada a pintura, abre su boca en grande y con emoción lo toma, grita levemente. ― ¡Wow! ¡Esto es increíble! ¡Tienes mucho talento!

―Gracias, realmente agradezco tu cumplido.

― ¿Cómo has aprendido tanto?

―Creo que el tiempo ha sido un gran maestro. ―susurro, me encojo de hombros.

― ¿Crees que me lo pueda quedar? ―pregunta con una gran sonrisa, asiento, tímida ante su emoción y felicidad.

Entramos a la casa, mi barriga suena ruidosamente, no he comido desde la mañana, se me olvidó que uno se tenía que alimentar para existir.

― ¿Qué quieres comer? China puede hacerte lo que se te plazca.

Pienso unos segundos, tengo muchas ganas de Hot Cakes rellenos de chocolate.

―Hot Cakes rellenos de chocolate con frutas y un vaso de leche. ―sonrío ante la idea.

Camina hasta la cocina dejándome sola en la sala, aún con la cadena en mi cuello, todo el tiempo que pasé con ella no noté aquel sentimiento de vulnerabilidad o degrado, ni la sentí, se me olvidó su existencia después de salir y pensar en el hermoso clima.

Creo que, por la presencia de Chris, es un chico muy guapo, tierno, comprensible e incluso un héroe para mí, un ancla a la realidad y una nube de felicidad que no me llueve cuando las cosas más mal están.

Las horas pasan, ambos comimos y esperamos con paciencia la hora de llegada de Lounie, aún antes dicho que tal vez llegara por la mañana, mientras quito con suavidad una pieza del Jenga la puerta es abierta fuertemente y cerrada con la misma fuerza al segundo después.

Volteamos a la puerta de entrada, Lou entra con una cara no muy buena, sin compañía y los ojos colorados, es algo menos estresante verlo entrar solo como si fuera una persona normal llegando a casa.

―Hola, ¿Todo bien, Lou? ―pregunto como si no estuviera informada de su notorio mal humor. Dirige su mirada llena de furia reprimida a mí, cierra con fuerza los ojos y mueve la cabeza rápidamente sin responderme realmente a la pregunta que le he hecho.

―Arriba. Ahora. ―ordena con rudeza, frunzo el ceño.

―No he hecho nada malo, he obedecido. ―mi voz tiembla un poco, me ve durante unos segundos en silencio.

―Amigo, no ha hecho nada malo, se ha portado muy bien hoy. Incluso fue su idea esperarte para que cenaras con nosotros. ―se mete en la guerra de miradas donde el único activo en enojo era él. Mi mirada era más bien de confusión ante su actitud.

―Ese no es mi problema, tampoco me interesa, quiero que suba ahora. ¡AHORA! ―ese grito me hace saltar, la presión en su voz y en sus ojos me hacen ponerme por inercia de pie y caminar sin separar los ojos del uno al otro. Hasta que Chris que pone su mano en mi hombro haciéndome detener. Sus ojos azules me dicen en un cálido ambiente que me cuidará.

Veo mis pies aceptando eso.

―Recuerda lo que hablamos, no porque estés enojado con el mundo tienes qué desquitarte con ella, menos cuando lo único que ha hecho ha sido obedecer y ser feliz en su nuevo hogar, piensa en lo que haces antes de que te arrepientas de lo que harás. ―habla con un tono serio, muy formal al gusto de una amistad. Gruñe guturalmente del otro lado, suspira varias veces sin autocontrol hasta que se calma.

―Bien, necesito hacerlo. Estoy enojado, estoy fúrico, necesito descansar, pero necesito también hacerle el amor a mi niña. ¡Comprendes! ¿Acaso tengo que decírselo a todo quien habite en la casa que tengo ganas de follarme a mi mujer? ―pregunta con sarcasmo y molestia. ―Si quieres lo publico en mi puto estado de Facebook las ganas de dármela.

Posiblemente todo lo dicho deba de hacerme sentir incómoda y asustada, lo cual no son sentimientos alejados a lo que siento ante lo dicho, pero la risa me gana. Me río bajo y fluido, ambos hombres me voltean a ver.

―Lo lamento, puede que no sea algo que quiera, pero es muy gracioso esta situación. En un segundo voy. ―le digo a Lou quien simplemente está impresionado ante mi reacción. ―No te preocupes, Chris, es algo que tiene que pasar y no puedo evitar, mañana continuamos con el juego, de igual manera ganaré. ―río otra vez, ese sentimiento de risa me abarca al imaginarme el estado y que me tuviera etiquetada en él. Riendo camino a la cocina dejándolos a ambos atrás con ambas barbillas hasta el suelo.

Abro la alacena que casi siempre está cerrada, veo un bote de pastillas rojas, cuando de tomas una te adormece casi todos los sentidos, si estaré en esa situación de nuevo prefiero tomar tres. Me las iba a dar para cuando lo hiciéramos, después de ello, mejor decir.

La tomo con un vaso de agua, salgo de la cocina, en su mismo lugar continúan ambos.

―Te espero en la habitación. ―le digo, subo las escaleras, estando dentro de la habitación me desnudo, solamente dejo mi ropa interior. Me pongo un poco de color en los labios y me acomodo boca arriba en el medio de la cama.

Lounie está sobre mí, entra con fuerza en mí mientras me remuevo un poco en sus brazos, a pesar del sedante siento el dolor, pero no le tengo una reacción, cada movimiento está lleno de la rabia ya antes presenciada, a cada suspiro dice alguna cosa cochina y algunas palabras al respecto de su enojo, aunque en el limbo que estoy no logro hilar alguna correctamente.

―Eres mía, no se meterán en nuestras vidas. ―susurra mientras cambia la posición en la que estábamos, sin poder sostener mi cuerpo me pone de lado, sosteniendo mi pierna arriba y enterrando su miembro a lo más profundo de mis entrañas. Jadeos de dolor salen casi indescriptibles de mi boca, ni siquiera me toma en cuenta por estar metido en su mundo.

Agradezco que no note en el éxtasis que estoy gracias al sedante, y no, en un éxtasis referente a una "delicia" de orgasmo, si no, en un éxtasis donde pasa por mi cabeza mil lugares donde puedo estar y no en la realidad.

De la nada, en aquel verde prado en donde mi alma está se torna oscuro, las lágrimas brotan de mis ojos sin dejarme sacar alguna expresión de mi rostro, prontamente me siento como en una avalancha de sentimientos, siendo arrasada por ellos y dejándome en un estado lamentable.

Interrumpe mi llanto su gran gemido, aprieta mi pierna y se corre en mi interior, sale de mí.

Un malestar me abarca, náuseas, mareaos, dolor de cabeza y de ojos, siento como si en mi estómago hubiera un pequeño hombre cortando de mi espada hasta mi ombligo. La respiración me empieza a fallar, siento que vomitaré, pero una arcada llega, comienzo a expulsar espuma. Veo cómo se vuelve loco al ver mi estado, convulsiono. Entre mi vista borrosa veo cómo se mueve buscando su ropa y la mía.

Todo se apaga. El ruido sordo se desvanece y vuelvo a estar en aquel verde prado, con felicidad y sintiéndome en paz. 

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¿Todo fine? ¿Aún siguen esperando la mierda de mi novela?

¡¡Muchxs grxcias por el apoyo!!

Lamento la tardanza como siempre, pero normalmente me entran los bloqueos de escritor en estas novelas, me llegan el doble de ideas para nuevas novelas y las escribo, aún no las publico por el hecho de que de seguro las olvidaré si las publico. 

all lxve evaxxx

Sharing Lives → Justin BieberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora