Me quedé callada ante aquellas palabras, no sé si fue que no pude procesar las palabras que salieron de su boca o que no me esperaba aquello en un momento como aquel.
Me callé y esto hizo que él se apartara de mi, esperando una respuesta o quizás una reacción.
Salió de la ducha, se vistió y se fue, yo apenas pude decir palabra.
No fue lo mejor que pude hacer, pero tampoco me salió hacer nada. ¿Acaso no le quería yo también? Claro que sí, pero no sé por qué no lo dije. ¿Estoy segura de que le quiero? Claro que sí. Genial, ni yo misma me entendía, pero me sentía culpable por no haber reaccionado.
Llamé a Celia, pero no contestaba al teléfono. Lo intenté una y otra vez, necesitaba desahogarme, poner mi mente en orden e intentar entender aquel bloqueo que tuve. Pero seguía sin contestar, a la noche, decidí no hablar con Alex hasta el día siguiente o hasta que yo misma tuviese respuestas firmes. Intentar aclarar las cosas y poder explicarle algo, que aún no sabía ni yo.
Me pasé horas y horas tumbada en la cama, pensando, quizás esperando una llamada de su parte o una visita inesperada, pero no fue así. Las luces de su habitación estaban apagadas y me pareció extraño, ya que nunca se encontraban así. Pensé en llamar a su puerta y pedir que saliera, pero no quería más problemas con mis padres, ni con él.
Pasaban las horas y no conseguía conciliar el sueño, me sentía mal, frustrada por no haberle dicho nada, por reaccionar así. Pero creo que sentí miedo, sí eso, miedo. Miedo al ver que me quería alguien que dijo que nunca quiso a nadie. Miedo al enfrentarme a mi misma y aceptar que estaba enamorada de él. Miedo ante mi primer amor, miedo a corazones rotos y miedo a asumir todo aquello. Y por eso me quedé así, sin decir palabra, sin saber qué decir. Porque todo aquello se apareció de golpe. Quería decirle que lo sentía y explicarle por qué no dije nada, quería decirle que le quería, querías abrazarle y pedirle perdón. Porque mi culpabilidad aún seguían ahí, acuchillando cada pensamiento que tenía. Dispuesta a ir a su casa y decirle todo aquello, me asomé a la ventana para ver la luz de su habitación, esta estaba encendida y él se encontraba en ella. Pero no estaba solo.. Sentí que me quebré al ver que estaba besando a Ángela. A Ángela, ¿qué? ¿Cómo? ¿Por qué? Mil preguntas y mil lágrimas se deslizaban por mis mejillas.
Ya sabes, vota, comenta si quieres que siga y las cosas que no te gustaron. Gracias por leer.
ESTÁS LEYENDO
Eres mi futuro perfecto.
أدب المراهقينMarta Drew es una chica que podríamos definir como "normal"con una conciencia juguetona y perspicaz, ella jamás ha destacado en nada, ni ha conocido el amor como tal más allá de las anécdotas que le contaba su mejor amiga Celia Rossel, con la cual s...