*Quiero aclarar que en este capítulo el que piensa y habla es Alex, no Marta. Y será así siempre que ponga Alex en el título del capítulo. Gracias por leer*.
Tumbado en la cama, con la música a un volumen potencialmente dañino para mis tímpanos pensaba en ella.
Hoy vuelvo a verla, no sé si quiero. No sé si quiero volver a mirarle a la cara o si por el contrario solo tengo ganas de besarle hasta que el tiempo deje de ser tiempo.
Y joder, me dejé llevar, dije algo que nunca había sentido en el momento que más sentí decirlo, ¿y ella? Ella solo pudo quedarse callada, como si no se lo creyera o simplemente como si ella no sintiese nada. Fue humillante para mi.
Jamás pensé en decirle a una chica te quiero, jamás pensé que llegaría alguien que en tan poco tiempo le diera una vuelta a mi vida. Pero llegó, llegó esa mirada aquel día que la vi en su ventana, aquella noche que salió con aquel pelo alborotado y ese pijama tan poco seductor. Su notable inteligencia, su brillante manera de hacer que mi sonrisa siempre estuviera en mi cara. Llegó esas ganas de protegerla, de abrazarla, de decir eres mía y así será siempre. Y yo, nunca sentí esto.
Aún me dolía la mano de aquella pelea contra el imbécil de Javier, gilipollas.
Ese estúpido quiere algo con ella y ella ni siquiera llega a darse cuenta, cosa que me alegra. Ya me cansaba las miraditas que le echaba. Y la verdad, es que debí haberle dado más fuerte en esa cara de imbécil que tiene. ¿Celos? Puedes llamarlo así. Pero Marta es mía y así será.
Miré por la ventana y la suya se encontraba cerrada, no la vi salir desde que lo dejamos y eso, me preocupaba. Aparte de para ir al instituto, no salía más que eso. La seguía de camino a casa. Sentía esas ganas de protegerla y ese miedo de que le pasara algo. Así que decidí ir tras ella.
Me quedaba mirando su forma de andar, en cómo recogía su pelo por el calor, calor inexistente que solo ella sentía.
El teléfono sonó.
- ¿Quién es? - Contesté.
- Cariño. ¿Vienes a recogerme? - La voz de Ángela habló tras aquel teléfono.
- Ah, hoy no puedo. Llego tarde, aún no me duché. - Mi capacidad de mentir, era sorprendente.
- Mm.. Vale, entonces nos vemos en clase. Adiós, te quiero.
Y colgué, ni siquiera la tenía aún guardada en el teléfono. Si esperaba una respuesta a esas últimas palabras es que estaba jodidamente equivocada.
No me gustaba Ángela de hecho la odiaba al igual que Marta, y por eso la utilizo. Solo salgo con ella para entretenerme, porque ella es fácil, hago lo que quiero cuando quiero y ella me lo permite. Si quería tirármela, lo podía hacer que ella también querría. Era sumamente fácil que me aburría, era lo contrario a Marta. ¿Tan difícil era pedirme explicaciones Marta? No pensaba que era tan orgullosa. Sé que me quiere, solo que le cuesta asimilarlo. Quizás si le sigo dando celos con Ángela, si sigo aguantando un poco más, me pida explicaciones y pueda por fin hablar con ella.
No iba a ser yo el primero en hablar. Fui el humillado, el que se quedó diciendo te quiero sin respuesta. La quiero y aún después de lo que pasó volvería a repetírselo.
Joder Alex, qué a hecho esta chica contigo. Tu antes no eras así, para ti una chica era un juguete. Algo de lo que disfrutabas y al rato te cansabas. Llega ella y te vuelves el ser más cursi y romántico del mundo, dan ganas de pegarte. Me dije a mi mismo.
Me puse la chaqueta y me subí a la moto. Al llegar al instituto ella aún no había llegado, como no.. Tardona siempre. Y Ángela ya se había enganchado a mi cuello.
Comentad si os gustó que hablara Alex o no y votad. Gracias por leer.
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Eres mi futuro perfecto.
Novela JuvenilMarta Drew es una chica que podríamos definir como "normal"con una conciencia juguetona y perspicaz, ella jamás ha destacado en nada, ni ha conocido el amor como tal más allá de las anécdotas que le contaba su mejor amiga Celia Rossel, con la cual s...