Era viernes y me encontraba en mi habitación echándome el último vistazo en el espejo antes de que Javier llegará a recogerme. Opté por un vestido color cereza que llegaba por encima de mis rodillas e iba ajustado a mi cintura haciéndola ver diminuta, llevaba unos zapatos de tacón. Y el pelo suelto, con poco maquillaje. Solo era una cena de amigos, sólo eso, me dije.
El timbre sonó y tras la puerta apareció Javier con una brillante sonrisa.
- Preciosa. - Dijo asombrado.
- Gracias. - Dije sonriendo.
Al llegar al restaurante, Javier me cedió la silla para sentarme.
- Vaya, ¿tienes modales? No me lo esperaba de ti, Javier. - Dije riendo.
- Me esmero si me importa la persona. - Dijo sin más.
- ¿Qué tal la semana? - Pregunté con intención de cambiar el rumbo de la conversación.
- Te vi poco en clase, cosa que me empezó a preocupar. Peligraba mi cita, ¿eh? - Bromeó.
- Fue una semana complicada. -Contesté.
El camarero pasó por nuestra mesa y nos dio la carta. Después de un leve silencio para pensar en qué pediría me fijé en el precio.
- Javier.. El precio es muy alto. - Dije.
- Ya te dije que invito yo, no tienes por qué preocuparte. - Miraba la carta de vinos. - Bien, yo ya sé lo que quiero, ¿y tú?
- Yo tomaré lo mismo que tú. - No quería complicaciones. Ya que, no entendía bien a qué se refería cada nombre.
La comida fue fluida, tranquila y bastante agradable.
- Y bueno, —dijo— ¿qué tal con Alex..? - Su voz era cautelosa y sus ojos mantenían curiosidad.
- Rompimos, sin más. - Aclaré.
- Espero que no te moleste, pero lo considero un total imbécil. - Bebió agua.
- Javier, ¿puedo preguntarte algo? - Ignoré su comentario.
- Ya lo hiciste, pero claro que puedes. - Dijo sonriendo y colocando sus manos enlazadas debajo de su barbilla.
- ¿Por qué os expulsaron a ti y a Alex después de que me desmayara? - Pregunté.
La duda me había con comido desde que sucedió. No le pedí explicaciones a Alex, tampoco después de todo, encontré el momento de hacerlo. Pero bueno, quería saber aquello y no me quedaba otra forma de enterarme.
- ¿Alex no te lo contó? - Dijo sorprendido.
- No. - Dije encogiéndome de hombros.
- Bueno, ¿recuerdas que prometí que no te llegaría ningún balón? —asentí, no recordaba aquello, pero no era momento de decirlo— Pues te llegó.. Me centré en otra cosa por un momento y cuando levanté la vista estabas en el suelo. Alex, fue a ver cómo estabas, cuando el profesor Tony te llevó a la enfermería Alex quería acompañarte, pero se lo impidió radicalmente. Me miró, con los ojos inyectados en sangre y bastante enfadado —no me costaba creer aquello— se acercó y espetó “¿Qué haces? ¿Acaso no tenías que controlar la puta portería?” Yo simplemente me defendí diciendo que no me percaté, a lo que respondió “Deja de hacerle promesas a mi chica, y menos si no puedes cumplirla. Porque te juro que como tenga el más mínimo rasguño, no respondo a lo que te podría hacer”. A lo cual yo me defendí diciendo que no era mi problema aquello, que no fui yo quien te golpeó.
- ¿En serio? Estaba muy enfadado.. ¿Y qué siguió pasando? - Dije sorprendida.
- Él soltó “No quiero verte cerca de ella, ni que la mires, ni que la toques, ni que respires a su lado. Y menos si sé que puede llevarse otro golpe gracias a tu estupidez, ¿entendido?” La vena de su cuello se marcaba de forma descomunal y yo, solté "La miraré si quiero, y más si no sé qué hace con alguien como tú", y me golpeó, sé que lo que dije fue doloroso, quizás, pero no pensé. Comenzamos a golpearnos y nos separaron, lo último que dijo fue “Atrévete a tocarla y no respondo. Ella es mía.” Sonó tan posesivo, que no entendí nada.
- Vaya.. No sabía aquello Javier. Lo siento. - Dije. Alex me quería, todo indicaba a ello. Sentí ganas de besarle. De perdonarle, de volver a él y sentirme segura.
-No tienes la culpa de nada. -Respondió.
Mi teléfono sonó y era el número Celia.
- ¿Sí?
- Marta, en tu casa, ya, en diez minutos. Es.. Importante. -Dijo ahogada. Y colgó.
- Necesito que me lleves a casa, enseguida.
Recogí mi bolso, y salí de allí.
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Eres mi futuro perfecto.
Genç KurguMarta Drew es una chica que podríamos definir como "normal"con una conciencia juguetona y perspicaz, ella jamás ha destacado en nada, ni ha conocido el amor como tal más allá de las anécdotas que le contaba su mejor amiga Celia Rossel, con la cual s...