Capítulo 21

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La serie de Once Upon a Time y sus personajes aquí mencionados no me pertenecen.

Muchas gracias a todos por leer, por las estrellitas y muy especialmente a quienes me dejaron algún comentario para haceme saber que la historia les gusta.

Espero que les guste y que puedan perdonar cualquier error...

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Regina despertó al momento en que sintió todo muy mojado en su intimidad. El nudo del alfa había bajado lo suficiente y salió de su interior seguido de la evidencia del orgasmo de ambos.

Sintió un beso en su cabeza y volvió a cerrar sus ojos soltando un largo suspiro.

Estaba sobre el amplio pecho de David quien la sostenía firmemente entre sus fuertes y protectores brazos. Podía escuchar su apacible corazón latiendo a un ritmo perfecto y arrullador que la tenía en un estado de sopor que no le permitía moverse.

Aunque la verdad, es que no quería dejar de estar así. Quería quedarse ahí por siempre, entre los brazos de su alfa, sintiéndose segura y protegida como tanto había prometido que la mantendría.

Los dedos del príncipe pronto comenzaron a proporcionarle caricias que amenazaban con hacerla caer en la inconsciencia del sueño de nuevo y el único motivo por el cual Regina luchaba por no quedarse dormida en ese momento, era su hijo

- Henry - murmuró suavecito y adormilada, con la esperanza de que David la escuchara

- Vuelve a dormir - indicó subiendo su brazo izquierdo para acariciar su cabeza mientras el derecho hacía lo propio en la espalda y el inicio del divino trasero de infarto de su omega - Le llamaré para decirle que estás bien y que mañana iremos por él - besó su cabeza de nuevo

- Pero... - trató de debatir inútilmente, con el mismo tono de voz anterior. Se sentía muy cansada, tenía mucho sueño y las palabras de David junto con sus caricias no estaban ayudando en nada a mantenerse despierta

- Sin peros. Alfa se hará cargo de todo, pequeña omega. Tú solo descansa - empezó a masajear su cráneo con cuidado y no detuvo ninguna de sus caricias hasta que la sintió quedarse dormida una vez más.

Aguardó algunos minutos hasta que consideró que había caído en un sueño profundo y reparador. Con sumo cuidado, la bajó de su pecho y la depositó en la cama.

Se levantó en su gloriosa desnudez y se agachó para tomar su chaqueta donde estaba su celular para comunicarse con Henry. Pero justo en ese momento, llamaron a la puerta de su apartamento.

Inmediatamente entró en un estado de alerta y adoptó un porte amenazante y territorial. Tomó sus pantalones, se los puso lo más rápido que pudo y salió cerrando la puerta tras de sí, dejando a la reina profundamente dormida y segura ahí dentro.

Caminó hacia la puerta esperando que no fuera la princesa quien estaba ahí afuera. No tenía deseo alguno de verla en esos momentos y la quería lejos, muy lejos de su omega

- ¿La encontraste? - el rostro molesto de Emma fue lo único que vio cuando abrió. La rubia entró sin esperar invitación

- Sí - respondió David volteando a verla sin soltar la puerta.

No quería que se quedara. Acababa de tener sexo con su omega y no quería a nadie, absolutamente a nadie, mucho menos a otro alfa cerca.

Y no, no le importaba que se tratara de su propia hija.

El enojo de Emma incrementó en cuanto su padre abrió la puerta y le vio semidesnudo, con marcas de rasguños en sus brazos, oliendo a sexo y a Regina, y ahora que estaba dentro del apartamento percibía el mismo aroma

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