Capítulo 3

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La serie de Once Upon a Time y sus personajes aquí mencionados no me pertenecen.

La serie de Once Upon a Time y sus personajes aquí mencionados no me pertenecen

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Despertó de pronto al sentir el cuerpo enseguida de él ardiendo. Volteó a un lado y ahí estaba ella. La reina estaba dormida pero su temperatura corporal había subido de nuevo, respiraba agitada, tenía su ceño levemente fruncido y la boca entreabierta

- Regina... - susurró intentando despertarla, no quería simplemente comenzar a tocarla sin que estuviera al menos consciente. Estaba sonrojada a más no poder, muy pegada a él y su olor era fuerte, penetrante y era sumamente delicioso para el alfa.

Un poco inseguro llevó su mano a su bello rostro y acarició su mejilla. Su piel era tan suave, tersa y ardiente a la vez, parecía un sueño estar así con ella. Tragó pesado asimilando que jamás se le hubiese ocurrido llegar a tanto con la reina y esperaba que cuando comenzara a ser más ella no estuviera furiosa con él por lo que había pasado... por lo que estaba pasando

- Hey - intentó de nuevo esperando que al fin abriera sus ojos. Como respuesta Regina dejó escapar un pequeño gemido que era prácticamente un lloriqueo apenas perceptible.

Estaba a punto de sacudirla ligeramente cuando la omega abrió sus ojos desenfocados pero claramente nublados de placer y llenos de lágrimas. Suspiró entre aliviado que ya hubiese despertado y un poco apesadumbrado de que Regina no pudiera salir aún de ese estado

- Ven aquí - dijo con el afán de tranquilizarla, la abrazó contra él y comenzó a acariciar su espalda mientras ella respiraba contra su cuello y comenzó a besarle de pronto ahí mandando agradables sensaciones a todo su cuerpo. Deslizó su mano por entre las nalgas de la reina y bajó más acariciando todo a su paso sintiendo de pronto la humedad entre sus piernas. Ella gimió cuando alcanzó su entrada posterior que estaba mojada de su esencia y jadeo entrecortadamente al momento que apenas tocó sus pliegues.

No pudo evitar comenzar a mover sus caderas contra él y esa mano que le acariciaba tiernamente y que ahora apenas tocaba su excesivamente húmeda intimidad, le estaban matando de anticipación, necesitaba con urgencia de David.

Fue ella quien le urgió al príncipe a colocarse sobre su cuerpo sorprendiendo al alfa un poco, quien no perdió tiempo al tenerla bajo él y empezó a besar entre sus pechos, la reina se abrazó a su cabeza moviendo sus caderas contra su fuerte y varonil cuerpo. Aferró el cabello de David entre sus dedos y lo guió hacia su pezón derecho e inmediatamente sintió como la boca del alfa se prendía de su ya endurecida protuberancia que demandaba por atención y comenzó a succionar deliciosamente haciéndola gemir.

Era un poco más consciente de todo lo que sucedía y podía sentir claramente que su esencia resbalaba en abundancia de su intimidad y muy seguramente caía en la cama. Sentía su sexo palpitante y ardiendo, alzó más sus caderas buscando fricción en su necesitado clítoris con la piel del hombre sobre ella.

Cambió sus atenciones hacia el otro pezón y con su mano izquierda tomó el que acababa de soltar y lo estrujó levemente entre sus dedos, jalaba un poco haciendo sisear a Regina por la sensación. Era el punto exacto entre placentero y un poco rudo el trato que en ese momento le daba, algo que a la reina le encantaba

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