Capítulo 33

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La serie de Once Upon a Time y sus personajes aquí mencionados no me pertenecen.

Hemos llegado al final de la historia.

Quiero agradecer cada like, kudo, estrellita, follow y cada palabra en los comentarios. Muchas gracias por haberle dado la oportunidad a la historia a pesar de que el género no les era familiar.

Profundamente agradecida con quien me acompañó de principio a fin con sus comentarios y palabras de aliento durante todo este tiempo que duró la historia.

De todo corazón espero que cada persona que lea se encuentre muy bien de salud, así como también sus familiares y seres queridos.

Sé que son tiempos difíciles, de mucha incertidumbre y miedo, así que espero este capítulo final pueda ayudarles a hacer un poquito más llevadero todo mientras salvan al mundo desde casa.

Agradecimientos a autumnevil5 por su incondicional apoyo durante estos años.

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La mañana llegó con David y Regina desnudos entre las suaves sábanas de la cama que compartían.

El alfa fue el primero en despertar. Lo hizo cuidando de no moverse mucho ni hacer ruido alguno para no despertar a su bella omega embarazada que seguía durmiendo profundamente a su lado. Estaba un poquito alejada, pero de frente a él.

El príncipe no pudo evitar sonreír divertido al percatarse que él tenía sólo una almohada y Regina, tenía una bajo la cabeza, otra debajo de la hermosa pancita y una más entre las esculturales piernas.

Soltó un largo suspiro sintiéndose inmensamente feliz de verla dormir tan tranquila sin que los malestares la estuvieran aquejando. Tal parecía que ya habían pasado esa etapa del embarazo y ahora podían dedicarse a disfrutar plenamente del mismo.

Y vaya que lo estaban disfrutando...

Habían hecho el amor después de que él le entregó el anillo y ella aceptó ser su esposa. No tenía idea cuántas veces la había anudado. Lo cierto es que ninguno de los dos quería parar y afortunadamente tenían un hechizo de insonorización en la habitación porque ambos habían sido muy audibles y con seguridad Henry habría resultado con algún tipo de trauma de no tenerlo.

David tenía marcas de las uñas de la omega en el pecho, espalda, brazos y nalgas, mientras que Regina, tenía una reciente mordida en el cuello que de momento no podía ver, pero lo sabía muy bien porque él la había marcado, y Dios, su miembro amenazó con despertar al recordar ese erótico momento en que la reina le suplicó lloriqueante y enardecida de deseo que la reclamara una vez más.

Sin duda alguna había sido la mejor manera de comprometerse en matrimonio.

Una tenue e ilusionada sonrisa se dibujó en el apuesto rostro al ver el reluciente anillo en el dedo anular de la delicada mano que estaba sobre la almohada bajo la cabeza de la omega que estaba despertando.

Y no, no había sensación más maravillosa que ver esos hermosos ojos chocolate y esa encantadora sonrisa enamorada al inicio del día.

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El primero en saber que estaban comprometidos fue Henry y el pequeño lloró para sorpresa de ambos.

Lo hizo de felicidad porque no cabía de emoción al saber que su mamá, después y a pesar de todo, tendría un final feliz.

Al poco rato ambos estuvieron en sus lugares de trabajo.

Tinkerbell, al igual que Henry, se soltó a llorar con la noticia y no había poder humano que la hiciera parar. Azul estuvo ahí a los pocos minutos y al menos logró que el hada verde se tranquilizara un poco, aunque ahora sollozaba y se secaba las lágrimas

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