Reflexión 2

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Jaime

Simplemente estoy feliz de verla a ella feliz. Cada día me gusta más esa chica. Es risueña, cada día más, y es muy graciosa. Sus chistes me recuerdan a Sheldon, son para intelectuales, la digo, y nos acabamos riendo los dos. Dice que casi nadie los entiende, y no comprendo por qué. La gente ya sólo se ríe de los vídeos tontos de internet. Nadie parece tener ya suficiente cordura. Ahora se aparta a las personas inteligentes, la verdad no comprendo por qué, ya que son los que pueden dar esperanza en este tiempo tan revuelto con tantos conflictos. Y te pierdes a las personas como ella, que no siempre encajan en la sociedad. Para mí, se lo merece todo. Ha luchado mucho durante toda su vida, sin nadie que la apoyara. Ha destruido muros que la separaban de sus objetivos, ha desafiado a la sociedad que la ha apartado para ayudar a gente que quizás a mi criterio no se lo merecía. Y esa es ella. Rechazada, hundida y aún así es incapaz de no ayudar a quien lo necesita. Creo que es un ejemplo de persona. La verdad es que la admiro. Queda una semana para el baile y voy a sorprenderla con un traje, un poco moderno, del príncipe azul. Unos vaqueros, una camisa azul y una capa, aparte de unos zapatos marrones, porque no me gustan las botas. La verdad que la ambientación de la fiesta me viene genial, ya que la quiero demostrar que es una princesa, fuerte y decidida, que puede con todo lo que venga en su camino.

La Casualidad del DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora