Raquel
Me despierto con el primer rayo de sol. Jaime me sigue abrazando, igual que como se quedó dormido. Disfruto un poco más de ese refugio que siempre encuentro en sus brazos, tan fuertes y a la vez tan delicados. Me levanto con cuidado de no despertarlo, y antes de salir de su habitación le vuelvo a observar dormido: tiene las facciones relajadas, y parece que nunca ha roto un plato. Sonrío e intento salir sin hacer ruido para dirigirme a la cocina. Ahora viene lo complicado: buscar las cosas del desayuno. Lo primero fue lo más fácil, ya que solo tenía que abrir la nevera y sacar la leche. Después busqué los tazones en el armario en el cual recordaba que estaban los platos. Después de indagar un rato, ya lo tenía todo preparado. Cuando cogí la bandeja y me encaminé hacia su habitación, no llegué a dar ni dos pasos pues estaba parado tranquilamente en la puerta observándome con una sonrisa traviesa en la cara.
- ¿ Cuánto llevas ahí?
- Pfff, desde que intestaste calentar la leche en el microondas.
Dejo la bandeja en la encimera y me giré rápidamente para empezar a correr detrás de él por toda la casa. Al final, en vez de ir yo detrás de él, acabamos los dos huyendo de Sugar, que se pensaba que estábamos jugando igual que cuando íbamos al parque. Después de un rato conseguimos calmarlo y poder disfrutar del desayuno que había preparado. Justo me dio tiempo a acabar y cuando miré la hora me di cuenta de que era la hora de marcharme. Me despedí y fui hacia mi apartamento. Al entrar me encontré a la bruja de Alba hablando animadamente con Laura. Pasé sin mirarla siquiera, y me encerré en mi habitación hasta estar segura de que se había ido. Al tiempo, llamaron a la puerta, era Pilar. Era un poco más alta que yo, con un pelo negro como el azabache que le cubría hasta la mitad de la espalda. Sus ojos verdes junto con su sonrisa la hacían una de las chicas más guapas del campus.
- ¿Puedo pasar?- dijo asomando la cabeza ligeramente por la puerta.
Asentí y me senté en el suelo como los indios, dando a entender que estaba dispuesta a hablar de lo que propusiera. Cerró la puerta y se sentó enfrente mía.
- ¿Qué quieres?
- Mira, sé que Alba no te cae bien, por no decir que la odias, y yo también me doy cuenta de lo mala persona que es y no me acaba de caer... Así que, ¿qué te parece... si nos unimos contra ella?
Abrí los ojos como platos. Realmente no me esperaba aquello.
-¿Estás hablando enserio?
- Sí Raquel - dijo seriamente. - No te he visto nunca tan feliz como ahora, y no quiero que pierdas a Jaime. Sé que te importa mucho.
- Gracias Pilar, de verdad- le di un abrazo y nos caímos al suelo las dos.
- ¡Oyeee! ¿Y yo qué?
Laura se abalanzó sobre nosotras,consiguiendo un aplastamiento masivo hacia mí. Es verdad que ninguna de las dos abultaba mucho, y mucho menos Laura, que era la más bajita y delgada de las tres, junto con su ondulada cabellera castaña clara y unos ojos grises penetrantes pero vivarachos que mostraban que no le daba miedo nada, como acababa de demostrar abalanzándose sobre ambas. Cuando después de todo pude dejar de reírme y conseguir que se levantaran, empezamos a idear un plan con el cual Alba desapareciera totalmente. No del mapa hombre, no somos tan brutas. Solo quiero que no me arrebate lo mejor que tengo en la vida.
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La Casualidad del Destino
Teen FictionDos jóvenes universitarios se conocen por casualidad en una fiesta. Empezarán a salir y parece que su destino es estar juntos, ¿pero será cierto?¿ Son uno el alma gemela del otro? Sigue leyendo para comprobarlo :) #221 España 29/5/2019 #204 univers...