¿Dónde está?

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Jaime
 

- Venga chicos último partido antes de las vacaciones!!!

Todos estábamos súper motivados. Vamos muy bien en la liga y con este partido podríamos acabar primeros a mucha distancia de los segundos. Después de la charla del entrenador, nos quedamos unos cuantos en el vestuario para hacer tiempo porque todavía quedaba un buen rato hasta salir a calentar y no me quería congelar.

- ¿ Qué tal os va en el amor chavales?- preguntó Adrián, el portero.

Todos nos miramos con cara de satisfacción. Si no me equivoco, todos teníamos novia.

-  Pues muy bien, oye - respondió en general Carlos.

- Claro, así llegáis tan cansados a los entrenamientos.

Todos empezamos a reír. Verdaderamente Adri sabía como hacernos pasar un buen rato.

- Creo que todos pillamos cacho casi a diario, ¿o me equivoco?

Más risas en el vestuario.

- Lo siento amigo, pero te equivocas.

- ¿Quién lo dijo? 

Todos se quedaron callados al instante.

- Fui yo- respondí.

- Lo dejaste con tu novia??

-No, ¿por qué dices eso?

- Porque sino no me explico como el don Juan del grupo es el único que está a régimen.

Me reí para quitarle importancia y contesté :

- Mira Adrián, ella no está preparada, y hasta que no lo esté no lo vamos a hacer. No la quiero presionar porque no me va a servir. Es una chica que no se deja comer la cabeza fácilmente y es muy sensata. Y a mi por ella no me importa esperar.

Vi como todos se quedaban mirándome como si acabaran de ver un cachorrito. Ver a todos con lo amenazantes que parecen así casi me dio risa. Antes de que pudiera decir nada,  una chica no muy alta,  con mechas rosa chillón y con el uniforme de las animadoras del equipo, entra en el vestuario con aires de grandeza.

-¡Alba! - se adelanta Rubén a todos. Es el mejor defensa del equipo.

La chica se deja abrazar y mimar un poco por Rubén, pero de repente veo que me mira y vocaliza:

-Tú también podrías ser mío.

Nadie más se dio cuenta de aquello. Me quedé un poco asombrado. Todo el mundo sabía que tenía novia. Y me acordé de lo que me dijo Raquel. Para mi suerte, era hora de salir y demostrar que podíamos ganar este campeonato. Alba se quedó en los vestuarios, algo muy raro pues las animadoras deberían estar ya fuera preparadas. Decidí quitarle importancia y centrarme solo en el partido. Cuando salí, el estadio estaba abarrotado. Con una mirada rápida busque a Raquel, pero no la encontré donde debería estar. Empecé a preocuparme de verdad, pero debía disimular para no levantar sospechas en las demás animadoras. Intenté pensar que estaría en el baño o se habría retrasado. Pero tenía claro que eso no iba a quedar así. El pitido que daba el comienzo al partido retumbó por todo el campo. La pelota pasaba de un lado a otro rápidamente, hasta llegar a la portería contraria por la escuadra. Toda nuestra afición se puso en pie y las animadoras hicieron uno de sus bailes. El partido continuó. En el descanso pregunté por Raquel, pero nadie la había visto. Me senté en el banquillo para pensar, y noté que alguien se sentaba a mi lado.

- Te dije que serías mío.

Volví la cabeza y me encontré a esa chica odiosa a mi lado.

-¿Dónde está?

- Seguramente se habrá olvidado de tu partido. ¿Cómo puede tu novia olvidarse de un día tan importante? Yo nunca me olvidaría de ningún partido tuyo, Jaime - dijo con una voz sospechosamente dulce.

Un escalofrío me recorrió la espalda. No me fiaba de ella. Me levanté para irme a otro lado,  pero me agarró de la mano obligando a girarme.

- Por su bien, yo no iría a buscarla.

La miré con furia y ella sonrió. El entrenador nos llamaba porque se había acabado el descanso. No me quedaba otra nada más que jugar y esperar que no la hubiera pasado nada malo.

La Casualidad del DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora