Capitulo IX

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Narrado por Candy..

Narrado por Candy..

Para que conste, fui a la escuela de derecho de Nueva York. Era el mejor de mi clase.

Terry

p. d.: Como metas un par de bragas más en el cajón de mi escritorio con la etiqueta "Tu Fetichismo", voy a pensar que quieres que duerma con la cara hundida en medio de tus piernas. —Me muero de ganas de hacerlo desde la primera vez que te vi, así que no es necesario que me lances más indirectas...

—¿Candy? —La voz de mi madre me borró la sonrisa de la cara—. ¿Candy, estabas escuchando lo que te decía tu padre?

—No, lo siento...

Suspiré, temiendo lo que podía esperarme en una comida con ellos. —Me llamaron justo cuando acababa el ensayo y me exigieron que fuera a casa para poder ir todos juntos a nuestro restaurante "favorito"—Era el lugar donde comían de forma regular todos sus amigos del club, y sabía que solo querían que acudiéramos allí para ofrecer la imagen de típica familia feliz.

—¿Y ahora me estás escuchando? —Mi padre arqueó una ceja.

—Sí...

—Te hemos traído aquí para comunicarte que voy a lanzarme para gobernador en las próximas elecciones —anunció.

—¿Quieres mi voto?

—¡Por Dios, Candice! —resopló mi madre al tiempo que chasqueaba los dedos para avisar al camarero—. Es uno de los momentos más felices de tu vida.

—No... —Negué con la cabeza—. Estoy segura de que no lo es.

—Tantos años de duro trabajo, levantando día a día la firma para que fuera uno de los bufetes más impecables de la ciudad... —dijo mi madre con emoción mientras miraba a mi padre a los ojos— es una gratificación increíble. —Tenemos varios compromisos verbales para el presupuesto de la campaña, y ya que vamos a ser un equipo, tienes que...

—Estoy segura de que tienes muchas posibilidades de ser elegido gobernador —la interrumpí—. Felicidades, papá.

Estiró los brazos por encima de la mesa y me apretó la mano.

—Vamos a tener que sacar fotos de familia —añadió mi madre, que parecía incapaz de guardar silencio—, ¿sabes? Necesitamos imágenes para que la prensa las utilice en sus artículos, así que olvídate de ese peinado de bailarina.

—Es un moño.

—Es horrible.

—Paula... —le advirtió mi padre—. No es horrible. Solo...

—¿Solo qué? —Miré primero a uno y luego al otro.

—Es importante que parezcamos una familia norteamericana unida durante el tiempo que dure la campaña electoral. —Mi madre le indicó al camarero que le llenara la copa y esperó a que se alejara antes de seguir hablando—. Es posible que tengamos que asistir juntos a algunos actos.

—Te lanzarás para gobernador, no para presidente. ¿Qué chica de veintitantos años acompaña a sus padres durante su campaña?

—Nuestro adversario tiene unos gemelos de veinte años que están muy entregados a la familia —comentó mi madre—. Además, se pasan los veranos en países del Tercer Mundo para ayudar a los pobres, por lo que estoy segura de que van a estar muy presentes en la campaña electoral.

Respiré hondo...—¿Y por qué tratas de competir con gente auténtica? ¿No les parece que ese tipo merece ganar?

—Candice, esto es serio. —Mi padre parecía molesto—. Es lo que he soñado desde hace mucho tiempo, y queremos asegurarnos de que nada se interpone en mi camino.

Y Llegaste TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora