Narrado por Terry..
Meses después...
El otoño llegó y pasó, llevándose consigo las cambiantes hojas de los árboles y los atardeceres anaranjados. —Aparecieron pasantes nuevos en BAG, casos y clientes diferentes abarrotaron las agendas. Y mientras el invierno envolvía la ciudad, me quedó clara una cosa: Chicago estaba a un solo paso de convertirse en una mierda tan grande como Nueva York...—tal vez era el momento de regresar a Inglaterra.
En la sala del juzgado en la que me encontraba había mantas cubriendo las ventanas en vez de contar con el aislamiento adecuado.
Apenas había camiones para esparcir sal por las calles heladas, muy pocas personas sabían conducir con este clima y, por alguna razón, ya no había mujeres adecuadas disponibles.
—¿Terry? —Albert me tocó el hombro—. El fiscal ha acabado con la testigo, ¿vas a repreguntar? La última frase que ha dicho podría llegar a influir en el jurado.
—Pido permiso para repreguntar, señoría. —Me levanté de la silla.
Cuando la juez asintió con la cabeza, miré a la mujer que había en el estrado. Había estado mintiendo desde que comenzó el juicio y ya me había cansado de aquella mierda.
—Señorita White... —Me aclaré la garganta—. Quiero decir, señorita Whitnie, ¿cree usted que abandonar a su marido en este momento de crisis fue lo mejor para su empresa?
—Sí —replicó ella—. Lo dije en nuestro primer encuentro.
—No. —Negué con la cabeza—. Dijo que lo amaba y que su única razón para dejarlo fue que pensaba que ya no lo quería, ¿no es cierto?
—Lo es, pero...
—Por lo tanto, dado que no le dijo que la amaba como usted quería, porque él en realidad solo le dijo que era incapaz de amarla así, decidió abandonarlo, ¿verdad?
—No... Lo dejé porque estaba gastándose el presupuesto de la compañía en cosas innecesarias y me engañaba.
—¿Alguna vez ha pensado en los sentimientos de su marido? —incidí—. ¿Se ha preguntado acaso si le afectaría que usted se marchara, estuvieran o no en buenos términos?
—Es que... —La mujer estaba viniéndose abajo—. Es que estaba engañándome.
—¿Estaba engañándola de verdad? ¿O simplemente usted le exigía más de lo que él estaba dispuesto a darle desde un punto de vista emocional, señorita Whitnie?
—Por favor, pare...
—¿Es posible que usted se lo haya inventado todo?
—No, nunca. —Jamás mentí...
—¿Es posible que usted sea una jodida mentirosa?
—¡Orden! ¡Orden en la sala! —La juez dio un golpe con su mazo mientras el jurado contenía el aliento.
—Abogados, a mi despacho. ¡Ahora mismo!
Me quedé un instante mirando las lágrimas fingidas que resbalaban por las mejillas de la señorita Whitnie. —Este caso estaba chupado.
Entré en el despacho de la juez y cerré la puerta.
—¿Señoría?
—¿Es que se ha vuelto loco?
—¡Perdón!
—Acaba de decir que su testigo es una "jodida mentirosa".
Miré por la ventana mientras el alguacil entregaba a mi testigo una caja de pañuelos de papel.
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Y Llegaste Tú
Fiksi PenggemarTerrence Granchester, es un prestigioso abogado que esconde un secreto, el cual, lo obligó a autoexiliarse de la ciudad que un día lo vio triunfar, y otro lo vio hundirse en la desesperanza, que lo convirtió en un hombre insensible que buscaba su p...