Capitulo VI

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Narrado por Terry..

Había roto muchas reglas en mi vida, pero tener relaciones con una pasante era, probablemente, una de las más graves. No había ningún precedente, y eso me aterrorizaba.

En el momento en el que salí del apartamento de Candy, hice lo que acostumbraba a hacer siempre que me tiraba a alguien que había conocido online: me fui a casa, me duché, me serví un vaso de mi whisky favorito y encendí la portátil, dispuesto a buscar a la siguiente mujer.

Salvo que esta vez no quería buscar a nadie. —Quería hacerlo con Candy una y otra vez. Quería hacerla gritar más fuerte, sentir su cuerpo contra el mío y mirar su cara cuando estuviera profundamente enterrado en su interior.

¡Maldita sea!

No lo podía creer. —Podía contar con los dedos de una mano las mujeres en las que había pensado después de largarme de un hotel, porque ninguna de ellas era lo suficientemente memorable para recordarla. —Y las que eran buenas eran solo buenas, no increíbles como Candy.

Una parte de mí se sentía mal por haberme marchado justo después de terminar, por no decirle una palabra, pero tuve que salir de allí.—No mantenía conversaciones casuales después de tener sexo. —Nunca.

Descubrir que Candy era virgen, que no era una experimentada mujer, como me había hecho creer todos estos meses, que yo fui el primero en entrar en ella, me llenó de orgullo y satisfacción, me sentí muy tentado de regresar en ese momento y volver a reclamarla, tenía que aceptar que, por muy duro que fuera, no iba a volver a estar con ella. —Iba en contra de mis reglas.

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Miré el reloj que tenía en la pared y lancé un profundo suspiro antes de finalizar la llamada. —Por alguna razón, tenía los nervios de punta, y no me gustaba nada.

La noche anterior me resultó imposible conciliar el sueño. —Ignoré deliberadamente el mensaje de texto que Candy me envió a medianoche:

"No puedo dormir... ¿Podemos hablar de lo que ha pasado entre nosotros?"

La respuesta fue no.

Las conversaciones entre nosotros se habían terminado. —No teníamos que hablar sobre nada más..—Habíamos hablado. —Luego tuvimos relaciones sexuales ... —No había más.

Entré en la página de ligues, firmemente decidido a sacarla de mi cabeza. —Lo único que tenía que hacer era encontrar a otra, y ella se convertiría en una gota más en el mar de mujeres sin fin, en un polvo fugaz que apenas recordaría cuando viera su hermoso rostro.

Había muchas mujeres nuevas en la web, pero muy pocas me llamaron la atención. Las que lo hacían eran demasiado buenas para ser verdad, así que no me molesté en entrar en sus perfiles.

Justo cuando me estaba interesando en una profesora de matemáticas, apareció una taza de café sobre mi escritorio.

—Buenos días —susurró Candy.

No respondí. ...Continué desplazándome por los perfiles de la red social; ella se daría cuenta de mi indirecta en cualquier momento.

—Terry... —suspiró.

—Soy el señor Granchester. —Levanté la mirada y, de inmediato, deseé no haberlo hecho. —Candy estaba todavía más impresionante que el día anterior. —Llevaba el mismo vestido que se había puesto para la entrevista, y le quedaba más apretado que aquel día. —El cabello le caía en suaves rizos sobre su espalda. —Noté que le brillaban los ojos de esperanza.

—¿Podemos hablar un segundo? —me preguntó.

—¿Es sobre su trabajo?

—No...

Y Llegaste TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora