Realidad.

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Las cosas no eran tan fáciles. Nunca sería así.
Habían pasado varias semanas desde que la pesadilla de la choza había "terminado", pero resultaba que todos seguían actuando de una manera extraña; hacía varios días que no sabía nada de mi hermano ni de Toru, y Joseph venía y desaparecía constantemente, de verdad no sabía qué era lo que pasaba. Los cambios de personalidad de Joseph seguían y eran cada vez más extraños. Por otra parte, mis padres ya no ponían ni un solo pie en la casa ( o lo hacían mientras yo no estaba) simplemente me dejaban exagerada suma de dinero. Estaba completamente abandonado. Mis padres se han ido, mi hermano se fue hace mucho y Joseph me abandonaba constantemente… estaba completamente solo.
Además, Armin había estado teniendo comportamientos destructivos, de pronto comenzó a fumar y beber descontroladamente, no quería hablar con nadie y se perdía durante días —al igual que todos los demás—, ya ni siquiera sabía si se quedaba en su habitación todo el tiempo o si iba a algún otro lugar.
Todo estaba hecho un desastre y mi corazón se desmoronaba con cada día que pasaba en esta vacía casa. Lo único que podía hacer era esperar a que Joseph regresará a mi lado otra vez. Había veces en las que llegaba de madrugada y sólo se quedaba a dormir, suele pedir que lo abrace y le dé suaves caricias mientras su mirada está perdida y su mente está ausente.

Y ahora estaba yo, a las 2:30 AM, con una botella de cerveza en las manos. No solía beber, nunca me había gustado, pero sinceramente lo único que he estado deseando desde hace bastante tiempo es olvidarme de todo, incluso de Joseph. No, sobretodo de él, quería olvidarlo desesperadamente, quizás si llegaba a olvidarme de él mi vacío desaparecía, y todo volvería a ser como antes; sin felicidad, pero tampoco sin ese hueco en el corazón, sin ese pesar en el cuerpo y sin las titánicas ganas de esfumarme para siempre, de fundirme con la tierra y ser uno con la naturaleza.
Otra de las razones por las que me encontraba despierto era porque no podía hacer otra cosa más que esperarlo a él. Es lo único que puedo hacer ahora que no tengo nada y a nadie.
A veces sueño despierto. Fantaseo con volverlo a ver, volver a ver sus hipnotizantes ojos y escuchar su adictiva voz, y tocarlo… y volver a besarlo, a sentir su cuerpo, poseerlo y hacerlo complemente mío, hacerlo parte de mí y que no quiera escapar nunca más.
3:30 AM, estaba complemente ebrio, tirado a un lado de la puerta principal, mirando el techo y deseando escuchar el sonido de la puerta abrirse.
Y así fue, después de semanas esperando a que Joseph regresará por fin lo había hecho. Metió las llaves que le había dado y empujó la puerta con fuerza, pegándome con ella. Agachó su mirada para poder ver qué era lo que interponía su camino y entonces sonrió dulcemente. Apestaba a alcohol y tabaco. Olía a sudor e inclusive podía notar un sútil olor a algo que había sido quemado.

—Hola —volvió a poner su sonrisa boba mientras se balanceaba de un lado a otro—, he venido para hacerte compañía una vez más.

Pedazo de imbécil.

—Pero quizás no hace falta —dirigió su mirada a las botellas de cerveza que estaban esparcidas por todo el suelo y me echo una sonrisa socarrona al mirar los pañuelos que estaban en el piso— hasta te has dado placer de tú solo.

Así es, estúpido Joseph, me había estado masturbando mientras pensaba en tu maldito rostro angelical.

—Que imbécil eres —balbucee lo suficientemente alto. El pelinegro sólo se rió.— ¿Hasta cuándo te vas a comportar de esa manera? Te saqué de esa estúpida choza para que pudieras estar lejos de toda esa porquería, pero sales a buscar más de eso, dime qué es lo que quieres.

Su mirada estaba perdida otra vez.

—Nadie te pidió ser mi príncipe azul.

Lo miré molesto. ¿De verdad se iba a comportar así?

—Además, estás haciendo cosas que un príncipe no hace.

—Es que así es como te gustan, ¿No? Te gustan los otros con buen físico —me levanté y me puse frente a él—, te gusta que te humillen, que te traten mal y se burlen de ti —solté cada palabra lentamente con la intención de lastimarlo—. Me gustas, me gustas tanto que voy a convertirme en lo que te gusta.

Entonces me acerqué ferozmente a él y lo besé con fuerza, sentí que se había sorprendido y su cuerpo se había tensado un poco, pero no me separaba de él, me seguía el beso a un ritmo un poco más lento, pero intentando ponerse al nivel.

—Agáchate —le ordené y él me miró incrédulo.

Hice que se incara y entonces desabroché mi pantalón y me bajé los boxers, dejando a la vista mi pene erecto. Estaba deseoso de él, necesitaba hacer algo para que no se fuera de mi lado nunca, tenía que someterlo e inclusive estaba dispuesto a encerrarlo con tal de que no me abandonará.
Con fuerza metí mi pene en su boca y lo embestí en repetidas ocasiones sin siquiera dejarlo respirar, mis movimientos eran fuertes y rápidos, sólo bajaba el ritmo de mis embestidas cuando sentía que Joseph no podía respirar. Una vez me corrí dentro de su boca, esparcí el resto de mi semen en su cara.
Hice que se recostara en el suelo boca abajo y como un animal salvaje lo despojé de sus ropas. Acaricié sus pezones erectos y de vez en cuando le daba fuertes pellizcos haciendo que el pelinegro gritara de dolor.

—Bastian, por favor, para, me estás lastimando demasiado —se quejaba en voz baja.

—Solo hago lo que te gusta, cariño —le susurré mientras mordía su oreja.

Roce su pene con mi mano haciendo que soltará un gemido.

—Estas completamente erecto —sonreí—, dices que pare, pero estás disfrutando más que nunca, ¿Cierto? Eres un lascivo de mierda, Joseph, sólo quieres estar de cama en cama, sólo buscas atención, pero desprecias a la única persona que tiene buenas intenciones contigo. Me das asco.

Después de esas palabras sentí como su cuerpo luchaba para separarse de mí, pero no se lo permití, no se lo permitiría nunca más. Escuché sus sollozos, su dolor estaba saliendo mediante sus lágrimas, pero nada de eso pudo hacer que yo me detuviera…

Separé sus nalgas con fuerza y metí mi miembro sin siquiera haberlo preparado antes.
Una vez más escuché su grito de dolor.

—Por favor, para ya —suplicó entre lágrimas—, Bastian, no te conviertas en algo que no eres —y fue ahí cuando lloró de verdad. Su respiración estaba entrecortada y sus gritos de dolor no paraban de escucharse por todo el lugar.

—Tú creaste esto —y me quebré con él, mis lágrimas salían una detrás de otra sin esperar turnos, se deslizaban sin parar y mi corazón dolía un montón, como si lo hubiesen apuñalado— tú me estás orillando a hacer esto.

A pesar de todo mis fuertes movimientos no paraban, no podía detenerme, no quería hacerlo y salir de su interior. Así me sentía parte de él, me sentía como un solo ser, me sentía completo y no quería dejar de sentir esa sensación.
Joseph no dijo nada más, lo único que hacía era llorar y gemir del dolor que sentía.
Unas embestidas más y volví a correrme, entonces me resigné y tuve que aceptar que tenía que volver a separarme de él.
Salí de su interior y Joseph se dió vuelta, me miró a los ojos con su mirada llena de dolor.

—No fue esto lo que me prometiste.

—Y tú no eres lo que me mostraste en algún momento. Bienvenido a la realidad, Joseph.

°^°

Okay~ aquí estamos de nuevo, con un capítulo de verdad esta vez.
Sé que esto pudo ser algo retorcido, pero desde un inicio quise una historia que fuera bastante cruel con todos los personajes. Hay algo en especial que quiero transmitir, pero no sé si lo vaya logrando realmente, quizás hasta el final de la historia lo aclare (si es que nunca logro cumplir con el propósito de esta historia).
En cualquier caso, quizás el próximo capítulo sea especialmente dedicado a Armin.
Tengo que admitir que había pasado tanto sin escribir esta historia que ya ni siquiera recordaba el nombre de los personajes :( entonces quizás de ahora en adelante haya cosas que no "cuadren" tan bien, precisamente por este olvidó que tuve jiji, pero el contexto seguirá siendo el mismo (que es lo que realmente no he olvidado).
Espero les haya gustado el capítulo y también espero escribir el otro pronto.
Gracias por leer ^^

Fría Perfección. (Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora