Semanas

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-¿Estás seguro Ángel?

Pronunció Hiroto con el teléfono en la mano, mientras con la otra servía a los clientes, prestando poca atención a lo que le decían, terminó dejándolo en manos de alguien más, el sonido del lugar no lo dejaba concentrarse y sabía que su amigo ahora necesitaba toda su atención, dejó la botella y se retiró lo más rápido que pudo a la parte trasera mientras sus clientes eran atendidos

-Ahora si, dime ¿seguro?

Del otro lado, Morinaga se paseaba por su habitación, caminando de un lado a otro y asomándose a la ventana cada vez que tenía la oportunidad, lo hizo una vez más y contestó

-Si, digo, ese era el punto de la visita, sucedió lo que tanto temía así que eso comprueba todo, es así

-¡Pero querido!, ¿es que no te das cuenta de lo que dices?

-Me doy cuenta, por eso tengo miedo

-Miedo, Ángel, es que como no tenerlo, nisiquiera quiero imaginar como tomaste esta decisión

-Hiroto, esto será horrible... No se como se lo diré

-No será fácil, pero eso es lo que debe hacer; decirle, pero antes que nada dime de nuevo ¿estas seguro?

-El dijo que me amaba

-¡Que! ¿Que paso exactamente cuando veniste Ángel?

-El dijo que me amaba, Hiroto prepare todo tan bien para convencerme de que sólo estaba confundido, creí que si el me trataba mal me haría más fácil darme cuenta de si todavía lo quería...  Pero ahora, después de que me dijo que me ama, y yo no sentí nada... Solo me termino de confirmar...

-...

-Yo ya no lo amo, y no tengo idea desde hace cuanto me engañe o por que apenas me di cuenta, pero ya no lo amo

-Oh querido, no se como se lo dirás después de eso

-Yo tampoco, no puedo ni contestar sus mensajes desde ese día

Colgar el teléfono, escuchar la voz de su amigo, en la oscuridad de la habitación asomándose a la ventana una vez más, esta vez... Esta vez sabía que debía hacer, pero no quería hacerlo, quería saltarse esa parte y que nada hubiera pasado.

Se encontraba sentado en el sillón, aún con la camisa puesta, el saco tirado a mitad del camino, dormido, su cabeza ligeramente inclinada en su hombro, el timbre del celular lo despertó, en medio de la ensoñación lo tomo y contesto

-¿Si?

-¡MORINAGA!

-¡Ah! ¿Senpai?

-¿Dónde estás?

-¿Dónde? Pues en mi sillón

-En tu sillón, te quedaste dormido

-Así es Senpai, fue una semana difícil

-Eso lo explica

-¿Que cosa?

-Ah, nada, como no contestabas el celular estaba... Pues...

-¡Oh! Lo lamento, no me di cuenta de ello

-De las llamadas, no, no, lo mejor será que descanses en ese caso, parece que tu jefe es peor que yo

-No es eso Senpai, es más exigente

-Te exige demasiado ese idiota

-Senpai por favor, aprecio su preocupación pero no tiene que gastarla en mi

-¿Ah? ¿Y en quien más?

-En su familia Senpai, ¿como están?

-Están bien, además no olvides que también eres parte de mi familia, incluso ellos te ven de esa forma, así que es completamente normal la...
¿Estas bien?

-¿Ah? Que pregunta tan extraña, claro que estoy bien

-Algo... Algo no está bien ¿verdad?

-Esta exagerando, todo esta perfecto

-Mori...  Tú, algo te preocupa ¿que es?, puedes decirme, te prometo no molestarme, ¿te pasó algo?

Un suspiro, le helo la piel a Souichi, que permaneció en silencio

-Senpai, todo esta bien, de verdad, no tiene que preocuparse

-Bueno, entonces te dejo descansar

-Gracias Senpai, hasta luego

-Hasta lue...

Le colgó en medio de la frase,   en medio de la despedida, sostuvo el teléfono con los dos manos y lo llevo a su rostro, pudo ver el nombre de aquel a quien juraba amar

-No Senpai, nada está bien, lo estoy dejando y no lo sabes... Y no se como te lo diré, si no puedo ni verte, ni escucharte

Souichi estaba sentado a la mesa, con una sopa frente a él, un cerveza justo al lado, miro la pantalla unos minutos más antes de que se apagará, su mirada estaba fija a la pantalla, dejó el celular justo al lado, esperando un mensaje como siempre, pero esta vez con más necesidad pues sabía que si no llegaba era claro que algo no estaba bien

-Él de verdad esta cansado, si, es eso, ¿que más puede ser?

Término su comida y recogió, limpió la mesa un par de veces y volvió a revisar el celular; Nada

-Ese idiota, el definitivamente no está bien, en toda la semana no contesto ni un mensaje, yo... Estaba tan preocupado, y ahora sólo contesta como si nada, olvidando por completo que hoy vendría...
No, el no esta bien, él que siempre me informaba por cada pequeña cosa que hacía, ahora me deja sin noticias por toda una semana ¿por que? ¿lo olvido? ¿Cómo puede olvidar? Yo... Yo que todo el tiempo lo estaba esperando...
¿Lo hice enfadar?
¿Por qué no me lo dice?
No, no, el sólo está cansado, el idiota de su jefe le hace trabajar de más, seguro que no lo deja descansar ni un minuto por eso no pudo pensar en nada, mañana me llamará, como antes
Tskg, estoy pensando tonterías como siempre, siempre hace pensar tonterías

Se acomodó para dormir, miró por mero instinto la ventana, Morinaga no había llegado, pero quizá más importante; lo había olvidado

“Él, no puede olvidarlo, debe Recordarlo”

Pero pasó otra semana, en la que sólo contesto una llamada, otra y otra...

Sólo una llamada fue contestada cada semana
Hasta que al fin se atrevió a preguntar

-Morinaga ¿vendrás?

-¿Ah?¿Senpai? Es verdad, iré...

-¿De ver...,  bien, eso significa que el trabajo esta mejor

-Si, en el trabajo si, lo veo mañana

-Gracias

-Por?

-Ah... Por nada, olvídalo te veo mañana...

-Si, Senpai, mañana

Una sonrisa se dibujo en su rostro, al fin lo vería, podría verlo
Y el otro, tan solo angustia se dibujo en su rostro, mañana lo vería, mañana al fin lo vería, y al fin se atrevería a decirle, que ya no lo amaba.

Fecha de caducidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora