Valor

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Llegó la mañana, como las ganas de no despertar.
Parecía el escenario roto después de una obra maestra, el actor principal, quizá el escritor preparándose para poner el punto final.

Sus ojos se abrieron lentamente, estaba sentado con la mano sobre la ventana y la otra justo al lado, sentado frente a él estaba un hombre ya mayor inmerso en su lectura, se asomó por la ventana; pronto llegaría, pronto terminaría y deseaba tener tan solo más valor ahora

-¿Estas perdido?

-Oh, no para nada, se a donde voy

-Pareces perdido

-Gracias por preocuparse, voy por buen camino

-Si es así, ¿Por qué tienes la mirada tan triste?

-Uh, es solo que... No me emociona la idea de romper su corazón

-Entiendo... Pero es mejor así,  nadie debe estar con alguien que ya no te ama, todos merecemos que alguien nos ame, si no puedes amar, alguien más lo hará

-¿Y si ya no puede amar más?

-No tendrás que preocuparte por ello, después de eso ya no necesitas preocuparte por él

-Él... De verdad lo dañare

-Si, eso harás, si de verdad de ama no hay forma de que no sufra

-Soy un desgraciado

-Fue un error, no puedes atormentarte por un error muchacho...
Me voy, encuentra el valor y has lo que tengas que hacer

-... Adiós

Ese hombre llevaba un abrigo gris enorme, un sombrero que tapaba sus ojos sin querer, el cabello canoso asomándose un poco, Morinaga difícilmente podría olvidar a ese hombre, como nunca lo vio entrar y como jamás pudo diferenciar su rostro, pero nunca podría olvidar la paz que le transmitió en ese momento de soledad, sin duda necesitaba valor y ese valor se lo dio un hombre mayor en el viaje a un final...

Estaba acercándose al final, acercándose al departamento, era un poco noche ya pues había salido de trabajar tarde, estaba tan desconcertado en el trabajo cuando le dijeron que podía ir  a casa en lo que se le informaba de la decisión, pensar  que ahora desearía que la oportunidad fuera negada con tantas cosas en mente, lo único que pudo hacer fue pedirle a Hiroto que lo dejará quedarse con él a partir de mañana ¿que más podría hacer?

Frente a la puerta con las llaves en las manos, abrió la puerta encontrándose con el que una vez fue su gran amor sentado en la sala con un café en la mesa y un libro en las manos, se encontró con su mirada, aquellos ojos que tanto amaba, que una vez iluminaron su vida, pudo ver que brillaban y no le importaba, no le causaba nada

-Morinaga

-Hola Senpai

-Bienvenido, ¿tienes hambre?

-No Senpai, ya comí

-Bien

-...

-¿Qué esperas ahí parado? ¿Tengo que decir que pases? Pasa

-Oh, lo siento, es que estoy algo cansado

-Por eso te sentaras, tonto

Sentado a su lado estaba muy nervioso, no podía ni verle aún cuando antes deseaba tanto verlo, Souichi se mantuvo leyendo cinco minutos más dejo el libro entre sus piernas y le miro con el ceño algo molesto

-¿Qué pasa?

-Senpai

-Dilo

-No puedo

-OH, vamos, solo dilo, estas poniéndome nervioso

-Es que...

-¿Te hicieron algo?

-No Senpai, nadie me ha hecho nada

-¿Te hice algo?

-No Senpai, ¿que podría hacerme?

-¿Entonces?

-Senpai, yo...

-...

-No, nada olvídalo... Solo estoy cansado fue un semana difícil

Se levantó de manera ensayada quitándose el saco y dando la espalda dirigiéndose a la habitación

-Es eso... Entonces duerme, será lo mejor para ti, mañana cuando vayas a trabajar te sentirás mejor o puedes faltar, si se atreven a decirte algo ¡los mataré! Después de lo abusivos que han sido contigo, solo m...

-Estoy bien, gracias...

Dio unos pasos más y escuchó un titubeó, seguido de la voz un poco asustada y alta del hombre aún sentado

-Esta bien, ¿lo sabes verdad? Sea lo que sea, estoy aquí... Tus problemas son igual míos así que puedes decirme cuando quieras, mientras estemos juntos no tienes que preocuparte

-Hasta mañana Senpai

La puerta quedo cerrada, Souichi levanto el libro de nuevo solo para cerrarlo después fuertemente, Morinaga no estaba bien y eso lo notaba, y le dolía demasiado no saber como ayudarlo.

Despertó en la madrugada, junto a Souichi, su mente se llenó del recuerdo cuando deseaba tanto dormir con él, ahora daría lo que fuera por que existiera otra habitación, así podría alejarse pero ahí estaba al lado, durmiendo pacíficamente.

No pudo esperar más y se levantó, se vistió y lo dejó durmiendo, probablemente se sintió abandonado pues en medio de su sueño un miedo lo invadió, al lado ya no había nadie más.

Unas horas después un sonido leve lo despertó, aún era temprano, no presto atención a la cama vacía y contesto la llamada

-¿Hola?

-Perdón por despertarte Senpai...

-¡¿Morinaga?! ¿QUE CARA...

-Senpai, no se molesté es que recordé que tenía una junta muy importante y no termine de preparar nada... Tenía que regresar

-¿A esta hora?

-Si, era urgente, luego te llamo, adiós

Souichi se levantó repentinamente como buscándolo, esperando que fuera mentira que se había ido sin despedirse, ¿Por qué?
Era tan raro, tan imposible que fue hasta abrir la puerta esperando encontrarlo en la calle a lo lejos y pedirle; exigirle una explicación, pero después de cerrar la puerta con cierta tristeza y enojo se aferró a lo ultimo que dijo en la llamada
“Luego llamo” y retomó la calma falsa...



Tras colgar, miró a su lado encontrándose con su amigo

-Así que ¿luego le llamarás?

-Gracias por dejar que me quedé Hiroto, no pude decirle ayer... Me falto valor

-Y ¿que harás?

-Pues... Tendré que hacer algo para que deje de amarme

-Que cruel eres Ángel, no puedes arrebatarle el amor que dice tenerte

-No hay otra opción

-Si la hay, ya que no lo amas lo mínimo que debes hacer es decírselo de frente y no hacer que el te dejé, no seas cobarde

-¡YA!, lo sé, soy un cobarde por dejarle todo el, por no atreverme a decirle, pero simplemente no puedo... No puedo verlo a los ojos y decirle que ya no me gusta, que verlo no me provoca nada, que sus labios no me invitan a besarlo, que su voz ya no me hace feliz ¿Cómo lo miro y le digo que todas las veces que le jure amor eterno se termino ahora?
¿Cómo lo hago?
¿Cómo le explico que le deje de amar y solo necesitaba confirmar y lo confirme en el momento que se me declaró?

Hiroto se acercó lentamente a su amigo, tocó su hombro

-Ángel, tranquilo ya pasará

-Hiroto, se que estoy equivocado en como pienso hacer las cosas, pero no necesito que me lo digas, necesito un amigo

-Y aquí estoy, seré ese amigo Ángel

Fecha de caducidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora