Descubriendo

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Han pasado diez días, Souichi decidió pasar unos par de días con su Tía, la soledad lo estaba matando, la incertidumbre, solo unos días y no podía soportar el estar lejos de Morinaga, el ignorar que pasaba, en un acto de buscar frenarse en su impulso de ir a buscarlo decidió resguardarse en su familia.
Se sintió tan débil, tan incompetente, tan perdido, la llamada que recibió de Morinaga con respuestas tan frías le hizo sentir feliz sólo unos momentos, sólo esa noche, la felicidad se termino rápidamente, y buscó protección desesperado pensando que así podría estar calmado, sintiéndose ridículo por como le hacía sentir.

No funciono, la única diferencia era que había gente pero estaba escondiéndose, dormía hasta tarde y apenas se le veía fuera de la habitación, su tía estaba preocupada, pero se negó a hablar asegurando que no pasaba nada, incluso jurando que en unos días todo volvería a la normalidad, no sabia exactamente a que normalidad se refería, Souichi lo ignoraba pero esperaba la normalidad en la que Morinaga lo amaba y era feliz, entro de nuevo a su habitación, acarició la cabeza de su hermana que estaba tan callada y observadora, decidida.

Souichi tomó un baño, cepillo su cabello durante un largo rato, perdiendose en el tiempo inútilmente, no estaba pensando sólo se perdió en el tiempo una voz le devolvío a la realidad repentinamente: era su pequeña Kanako que hablaba sin parar por teléfono, sin querer la curiosidad empezó a surgir, se levantó y fue a buscarla.

Kanako estaba sentada a la mesa, con una manzana en la mano medio mordida moviendo los pies inconscientemente con el celular en la otra mano

-Es verdad, esta muy extraño

-¿?

-No, de verdad te lo digo, esta actuando raro y lo peor es que parece que no se da cuenta... Algo le afecta pero parece ni saber que es... Estoy preocupada aunque quizá exagero, esta comiendo muy bien... Tal vez es por el trabajo... Sería bueno que hablaras con él

A esas alturas era claro que hablaba de él, se empezó a acercar más cruzó los brazos y con un tono severo hizo que la niña diera un brinco del susto

-Kanako, ¿con quien hablas?

La niña tomó el celular en sus manos tapando la bocina y un tanto nerviosa

-¡Hermanito! Has salido de tu cuarto, corre vuelve a entrar

-¡Kanako!

-No es nadie te digo, ya lo estaba convenciendo de venir

-¿Mor...

-Isogai siempre te hace entrar en razón rápidamente

Souichi se detuvo, se llevó la mano a la cabeza maldiciendo su idea loca, pensar en que Kanako hablaba de Morinaga... Idiota

-Damelo, hablaré con él

-Claro que si, mañana

-¿Que? ¿Ese idiota no tiene nada que hacer?

-No seas grosero es muy amable al venir

-Es muy innecesario, estoy bien niña metiche y preocupona

-Claro, ¿Quién tiene la culpa? Tú me preocupas... Hermano malvado

-Ya damelo para que no venga

-Pero va a venir, está de paso,  ya no molestes

-Kanako, dame ese celular

La niña le miro desafiante y puso el celular en la mano de su hermano de mala gana

-Bien pero no se te ocurra cancelarle

-Claro, como ordene la reina... Pero definitivamente no lo veré aquí

-Hermano malo, ¿que tal quiere vernos?

Fecha de caducidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora