La joven del listón azul

Visita

-Emmm… ¿al menos podrían explicarme lo que está pasando?

-Sí hijo, Eli volvió.

-¿Cómo que volvió?, ¿de qué hablan?

-Hijo siéntate para que conversemos…

-Pues eso sería lo indicado, porque no entiendo nada- Elizabeth y yo nos sentamos.

-Lo que pasa es que hacen tiempo, cuando tenías seis años, te llevaba casi todos los días a una plaza, un día encontramos a una niña llorando, porque se le había perdido su mamá, ella era Elizabeth. Después de ese día, ustedes dos se hicieron amigos, jugaban casi todos los días, a veces ella iba a casa- bueno hasta aquí esto explicaría varias cosas, mis sueños, desde que Elizabeth llegó los había tenido, que papá lo había mencionado… un momento, ¿papá también lo sabía?, excelente, era un completo idiota, todos lo sabían menos yo, además ella sabía dónde vivía, también explicaría por qué sentía algo familiar en ella, y porque se había puesto tan nerviosa cuando fuimos a ver a mamá.

-Y luego ¿qué pasó?, yo no lo sé.

-Después de un año tú no quisiste ir más a la plaza…

-¿Pero por qué?

-Yo puedo explicarlo- dijo al fin Elizabeth- lo que pasó fue que yo no volví. Mi padre tuvo una enfermedad, y nos tuvimos que mudar a un lugar donde pudieran curarlo, o atrasar un fatal final, así fue hasta hace cuatro meses. Los doctores le dijeron a mi padre que no le quedaba mucho tiempo de vida y decidió volver a la ciudad donde nació y donde creció, por eso yo también volví…

-¿Y cómo está tu padre ahora?- preguntó mi madre.

-Él murió hace ya casi dos meses y medio…

-Oh, lo siento linda, mi más sentido pésame, estimaba mucho a tu padre, un muy buen hombre…- un silencio se tornó por unos momentos. Yo estaba atónito, no sabía que eso había pasado. Por mi mente pasaban muchas cosas, ahora me daba cuenta que conocía muy poco de Elizabeth. Miraba como volvían a hablar muy lentamente, pero no escuchaba que decían. Era posible que conociera a Elizabeth desde antes, pero ella lo sabía, nunca me lo mencionó, ¿por qué habrá sido?

Luego nos fuimos cada uno por su lado a nuestras casas.