La verdad

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Ya me mejoraba y en un día de esos mi padre se acerca a hablarme, decía que tenía algo importante que contarme. Yo estaba acostado en mi cama cuando llegó y Elizabeth estaba a mi lado. Papá pidió por favor que saliera de la habitación para hablar a solas conmigo, ella salió y él se sentó en mi cama, cuando estaba a punto de hablarme lo llamaron de su trabajo, era muy urgente y se tuvo que ir enseguida. Elizabeth entró en la habitación e intentaba tener una sonrisa en la cara, pero notaba en ella preocupación, no le quise preguntar, ahora las dudas me invadían, quizás ella sabía algo que yo no.

El viaje de mi padre duró días, cuando volvió era como si hubiera olvidado que me iba a decir algo, a lo mejor no era tan importante como yo creía.

Hay cosas que no me acuerdo de mi infancia, al menos recordé a Elizabeth, de allí a la enseñanza media, y luego nada, no hacía nada, pero es extraño que no recuerde la mitad de mi vida, o por qué no tuve muchos amigos, o por qué me comportaba tan amable con todos a pesar de que algunos me insultaban y me trataban mal, tampoco se me ocurrió preguntarle alguna vez a mis padres. Sé que ahora eso es lo que menos importa, pero... igual siento curiosidad. En este último tiempo me he dado cuenta que lo poco y nada que sé de mí mismo gira entorno a Elizabeth, pero por qué. Pronto lo descubriría, tuve la razón, todo lo que pasa es por ella, quizás en esta historia ella es la personaje principal y yo soy sólo un peón en el azar.

Sucede que esta vez mi padre si me contaría lo que sucede, pero no entendía por qué no me lo había dicho antes lo ocurrido. Yo me encontraba en casa con papá, Elizabeth había ido a comprar cosas que las mujeres necesitan, en ese tema yo no me meto, así que no fui con ella. Estaba viendo televisión en el living, sentado en el sillón, cuando mi padre se sienta al lado mío.

-Hijo...

-¿Qué pasa papá?

-Había algo que tenía que decirte, hace tiempo, pero como siempre estaba ocupado no tenía tiempo de decirlo.

-¿Es eso que me tenías que decir aquella vez cuando te llamaron del trabajo?

-Sí... ¿alguna vez te has preguntado qué fue de tu infancia?, es que yo nunca te he oído mencionar algo de cuando eras niño pequeño.

-Pues un poco... realmente no le tomo mucha importancia a eso...

-Está bien, te contaré todo hasta que entraste a la enseñanza media, si tienes preguntas puedes hacerlas...

-Okey...

-Bueno, todo comenzó cuando conociste a Elizabeth, cuando tenías seis años. Cuando ella se fue por la enfermedad se su padre, mi gran amigo que descanse en paz, tú te pusiste mal.

-¿Cómo mal?

-Te dio una enfermedad muy extraña. Tu caso fue único, y mejoraste, pero hace unos días tuviste una recaída- esto explicaría lo que oí del doctor en el hospital cuando hablaba con mi padre.

-¿Qué clase de enfermedad?

-Es difícil explicarla. Más que física era sicológica. Porque tú mismo creaste un mundo para ti, en donde jugabas con Elizabeth, estabas como poseído, no hacías más que nombrarla. Y tú cuerpo se debilitaba, en un estado casi vegetal, te mantuviste hospitalizado años... no querías tener contacto con ningún niño, ni tener amigos, rechazabas a todos, y te ponías agresivo. Cuando te mejoraste te era difícil hacer amigos, casi no tenías, y tratabas ser amable con todos, tú decías que era para enmendar lo mal que te portaste durante tu enfermedad, y con el tiempo te olvidaste de todo.

-¿Cuánto duró todo eso?

- Duró desde que Elizabeth se fue hasta los trece o catorce años, desde allí fuiste olvidando hasta que entraste a la enseñanza media...

-¿Cómo mejoré?

-Fue gracias a Elizabeth.

-¿Elizabeth?

-Sí, aunque no lo creas. Tal vez no recuerdes cuando tu madre y yo nos separamos y la razón fue tu enfermedad. Susan no soportó verte en ese estado, y yo sólo buscaba a quién echarle la culpa... Cuando nos dimos cuenta de cuál era la solución ya era tarde para nuestra relación. Contactamos a Elizabeth y le dijimos que tú estabas mal. Ella vino y creó un método, algo que hizo que te olvidaras de ella, esa era la solución para tu estado, ya que Elizabeth era la razón de todo lo que te pasaba. Por si no lo sabes Elizabeth nunca fue al colegio...

-¿Cómo?, ¿por qué no fue?

-La razón es simple, nunca lo necesitó, ella es superdotada...

-Yo no sabía eso.

-¿Por qué crees que es cómo es? Es inteligente, una artista, canta excelente, es bella... en general es perfecta. Pero lo más triste para ella es que nunca logró la cura para la enfermedad de su padre.

-¿Cómo es posible entonces que curara mi enfermedad y no la de su padre?

-Lo que se usó contigo fue algo de sicología, lo de su padre era más complicado. El método que se usó contigo fue el siguiente. Sólo tenías la imagen de Elizabeth cuando era pequeña, no una versión de más edad o más adolescente. Eran terapias en las cuales se te mostraban imágenes de una Elizabeth modificada, cosa que ya no la reconocieras y te olvidarás. Esas terapias eran echas por ella misma...

-Espera un momento... eso quiere decir que... ¿la vez que nos juntamos desde que era pequeño fue cuando tenía más de diez años?

-Así es, no fue el verano antepasado como tú creías.

-¿Por qué no me lo dijiste?

-Pues porque pensaba que si Elizabeth se iba de nuevo podrías caer en lo mismo, como hace unos días, el diagnóstico fue una recaída por el tiempo que Elizabeth sufrió el trauma y para ella no existías, ¿entiendes ahora?

-Todo es tan confuso, pero me alegro de saberlo, tenía la sensación de que me escondían algo, tenía razón, eh vivido una mentira...

-No digas eso, todos queríamos tu bien.

-Pero ese no era motivo para mentir de esa forma, ahora soy un adulto, no un niño, al menos lo hubieran mencionado, ya no se en quién confiar...

-Lo siento hijo, pero yo sólo tenía que velar por tu bien...- en esos momentos llegó Elizabeth, me paré del sillón, y sin mirarla, me fui a mi habitación, no quería saber nada de nadie.

La joven del listón azulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora