Un sueño extenso

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Bueno, esta historia trataba sobre una mujer que amaba a un hombre, al fin y al cabo se casó con él.

Al paso del tiempo esta mujer, que se llamaba Sanae, comenzó a notar un comportamiento extraño en su esposo, este la rechazaba constantemente y la trataba mal. Se alejaba de todo el mundo, se aislaba, lo que ella no sabía era lo que había ocurrido antes de ese extraño comportamiento.

Él iba caminando por la calle, en la noche, y de repente del cielo cayó a gran velocidad una especie de aura negra. Acudió enseguida al lugar de los hechos y allí perdió el conocimiento por unos instantes. Luego esta especie de aura negra lo despertó, pero ya no se encontraba en este mundo, sino en uno diferente, poblado de angustias. Él ya no se sentía humano. Caminaba junto al aura, pero no decía nada, no tenía la intención de hablar. Pasando por todo el silencio y ruina de aquel lugar. Se detuvieron frente a un gran edificio, parecía de cristal.

Se miró en el cristal y vio su reflejo, se asustó muchísimo, porque ya no se veía como una persona normal, era mitad animal, tenía orejas de tal, cola, marcas como tatuajes en partes de su cuerpo, sus brazos y piernas se transformaban en armas. Esto lo dejó muy traumado. Tal fue su horror que intentó suicidarse en ese mismo instante, pero no lo logró, ya que en ese instante despertó de lo que para él fue una pesadilla.

Después de unos meses, este trauma fue desapareciendo poco a poco, pero no por completo.

Sanae descubrió que estaba embarazada. Esto llenó de felicidad a la pareja. Pero al momento del nacimiento, quién nació niña, era mitad animal, al igual que su padre en aquella pesadilla.

El padre quedó sumamente asustado, nervioso, se llenó de enojo, y descargó su ira sobre su mujer, maltratándola a golpes e insultos.

Sanae supo la verdad del trauma de su marido, ya que cada noche él soñaba con eso, y hablaba en vos alta sin darse cuenta.

Laura, que era el nombre de la niña, sufría mucho al ver eso, y siempre que ocurría esto, se escondía en un armario, desde el cual veía todo y se protegía, aunque el hombre no le haría nada a Laura, ya que sentía miedo de solo verla.

Tanto era esto que una noche, este hombre, tomó un cuchillo de la cocina y asesinó a la que algún día, tal vez, fue la mujer que más amó.

Después de unos segundos de pensarlo entró en pánico y huyó. Laura, que tenía 7 años entonces, salió de su escondite, movió a su madre y vio que no despertaba, y que estaba cubierta de sangre. Comenzó a llorar. A pesar de su corta edad juró que se vengaría de él y de cualquier hombre o persona con maldad en el corazón.

Habían pasado ya casi ocho años desde aquel asesinato. Laura había crecido bastante, era muy linda, tenía el cabello largo, espíritu fuerte, pero débil a la vez.

Un día por la calle una anciana le habló, parecía algo loca, pero savia. Esta miró a los ojos a Laura, y un poco sorprendida le comenzó a hablar en un tono muy alto. Decía que su alma tenía un gran rencor, que este crecería con el paso del tiempo, que sus extrañas habilidades sería incontrolables. Ya no pararía, se convertiría en un verdadero monstruo, como una maldición que la atormentaría por siempre y para siempre.

Laura miró a su alrededor y vio que aquella escena había atraído la atención de algunas personas, así que se fue enseguida.

Pues así fue, su odio hacia la mayoría de la gente había crecido, y la mayoría de las veces era incontrolable, asesinaba sin piedad alguna a aquel que desconfiaba, se oponía a ella, de corazón y pensamientos malos.

Laura iba de escuela en escuela buscando amigos, pero cuando alguno de ellos descubría lo que era, mataba sin pensarlo dos veces, por miedo a que alguien más lo supiera y se alejara de ella.

La joven del listón azulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora