Durante varios días seguí viéndome con Elizabeth en la plaza e íbamos a lugares divertidos.
Yo había de tener 24 años y Elizabeth 21. Como ya era adulto necesitaba un trabajo, en realidad no me hacía falta por necesidad económica, sino que de sobra de tiempo. Había terminado mis estudios en enseñanza media, pero nunca me había decidido qué carrera seguir. Vivía con mi padre, mis padres se habían divorciado cuando yo tenía diez años, mi madre ya tenía otra pareja y de vez en cuando la visitaba, mi padre sufrió mucho pero en parte lo superó, nunca me explicaron las razones de su separación. Esto tampoco me afectó, lo tomé de buena manera, crecí normalmente, porque lo que es problema de ellos no es mío, además cada quien afronta las situaciones de forma diferente. Él trabaja en viajes de negocio y rara vez lo veía, técnicamente vivía solo, pero gracias a eso ganaba mucho dinero y no me hacía falta tener un trabajo, pero estaba solo en casa y necesitaba un pasatiempo, ahora pasaba mucho tiempo con Elizabeth, pero yo quería tener un trabajo como todos.
Un día de aquellos le pregunté a ella, Elizabeth, que pensaba sobre que iría a trabajar y que consejos me daba, cuál sería el trabajo ideal para mí.
-Tienes una buena presencia, eres amable con la gente, tendría que ser algo en que te relaciones con las personas, mmm… ¿Qué tal vendedor de zapatos o de ropa, mesero o cajero…? , mala idea, verdad…
-no es tan mala idea, ¿y cómo me verías a mí con un uniforme de mesero de algún restaurante?
-Pues no sé, yo diría que muy guapo- se le puso la cara algo roja y comenzó a reírse.
-Y tú, ¿qué haces para ganarte la vida?, o no trabajas, ¿o qué?
-mmm…yo… ¿cómo lo explico?...pinto cuadros… ¿y qué te parecería ser repartidor de pizzas?, estarías todo el tiempo fuera y visitarías varios lugares de la ciudad…
-Es una buena idea- Realmente lo era, simplemente Elizabeth era bella e inteligente, y obviamente le haría caso.
Después de dos días comencé a buscar pizzerías en las cuales les hiciera falta un repartidor, me costó mucho, pero lo encontré. Eso sí, tuvieron que enseñarme a usar la motocicleta en la cual se llevan las pizzas, porque no tenía ninguna experiencia en ello, con suerte recuerdo que alguna vez usé una bicicleta, y que en el primer intento no supe como parar y caí, uno de mis tantos fracasos. Después de ese ‘‘entrenamiento’’ comencé mi trabajo, me tocaba el turno de la mañana de seis horas que empezaba a las nueve a.m.
Cuando terminé ese primer día de trabajo me dirigí a la plaza para ver a Elizabeth, pero ella no estaba, pensé que tal vez se cansó de esperarme, porque no le había avisado que ese día comenzaba a trabajar, pero en fin, no había nada que pudiera hacer, no sabía su dirección o número de celular, y me dispuse a ir a mi casa, pero en el momento en que me iba alguien gritó mi nombre, era la inconfundible voz de Elizabeth, venía corriendo y se le veía muy cansada, llegó donde yo me encontraba y casi sin aliento me habló.
-Supuse que porque ya no llegabas habías comenzado tu trabajo…
-Sí, ¿pero por qué estás aquí?, yo creía que te habías aburrido esperando y que te habías ido.
-Me había ido, pero a averiguar dónde estabas trabajando, pregunté en varias pizzerías si habían contratado a alguien recientemente, y en la que me respondieron que sí, dijeron que ya te habías ido, supuse que habías venido a la plaza y vine corriendo hasta aquí.
-Bueno… Aquí estoy, ¿qué necesitabas de mí?
-Yo…yo solo quería darte esto…- y puso en mi mano un collar que tenía un gravado, este decía ‘‘Felicidades por tu nuevo trabajo’’- lo tenía guardado para cuando llegara este día, para que te dé suerte…- me puse el collar, ella tenía una cara de felicidad y la abracé.
-Gracias, estoy seguro que me traerá mucha suerte, igual que tú- pero se apartó rápidamente, con la cabeza a agachas, noté que su cara estaba enrojecida, dijo adiós y se fue como si nada.
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La joven del listón azul
RomanceEl protagonista de esta historia es un joven solitario que por casualidad conoce al amor de su vida, quien cambiará su vida totalmente, incluso desde antes de lo que él recordaba. A lo largo de la historia se presentan situaciones cómicas y hasta a...