15. Aprendiendo a lidiar con los demonios

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Yo sí te quiero.

Como seas, amigo,

siempre vos y yo.

Como luz-fuego

Echamos a los demonios

y somos libres.

Bruno


Después de clases, Javier viene a casa. Tenemos que hacer una tarea de literatura. Mis viejos están en sus trabajos, así que quedamos solos y tranquilos. Pongo la tele a todo volumen y le paso el control remoto a él. Luego, voy hacia la heladera y saco la comida que mi mamá nos dejó preparada. La caliento en el microondas mientras Javier pasa los canales en la tele.

—Dejá ahí —le digo, una vez que llega a Canal Esotérico, donde está el programa de Flavia Nermal.

Justo suena el microondas. Sirvo la comida y nos sentamos a la mesa.

—Cada vez hay más avistamientos de arcanos en Argentina —asegura Flavia, parada en el centro de un estudio de televisión. A sus espaldas, se ven pantallas que reproducen imágenes de estrellas y planetas, intercaladas con fotos borrosas de figuras humanas volando a lo lejos, entre los edificios—. En especial en la ciudad de Costa Santa, mi hogar. —Se lleva una mano al pecho en un gesto exagerado de emoción.

—Por favor, sacá a esa mina, Bruno. No tengo ganas de escucharla. —Javier hace un bufido.

—¿Qué pasa? Si antes te divertía...

—¿De verdad creés en esas cosas? —Levanta las manos en el aire, fastidiado—. ¿Tenés alguna prueba de su existencia?

—Eh, pará, calmate...

—¿Y por qué a vos te interesa tanto? Ni que vos fueras uno de... de... —Javier cierra los ojos y sacude levemente la cabeza. Es como si no encontrara las palabras— de ellos. —Termina por fin, tras unos instantes.

—Javi, ¿estás bien?

—No me contestaste —dice, ignorándome.

La garganta se me seca.

—Obvio que no —respondo, nervioso.

Me mira serio; eso, más su comportamiento extraño de recién, me hace sentir escalofríos. ¿Qué le pasa? ¿Ahora odia a los arcanos?

—Hace poco, Costa Santa fue escenario de un hecho que parecería fabuloso, al menos para las mentes que no han traspasado el velo de lo mundano —dice Flavia, y Javier pone los ojos en blanco—. Recibí en mi oficina un informe, de una de mis fuentes más secretas, sobre el accionar heroico de un arcano que creíamos desaparecido: El Fantasma, el protector de antifaz con el poder del fuego blanco y negro.

Mi amigo ya no se resiste, fija los ojos en la pantalla.

—De acuerdo con los testigos, de identidad reservada, el arcano se enfrentó a una de las sectas ocultas en Costa Santa, que trataba de abrir un portal en el bosque —continúa Flavia.

En cuanto la escucho, pienso en Sebastián y en sus monjes carmesíes. Así que ahora le tocó al Fantasma detenerlo... Es bueno saber que se encuentra de nuestro lado.

—Gracias al Fantasma, mi querida ciudad natal está a salvo de nuevo —asegura Flavia—. Los espero en la próxima emisión, donde les hablaré sobre los avistamientos de una nueva arcana: la Dama Dragón.

El programa termina y Javier se queda de brazos cruzados con expresión seria.

—Menos mal que terminó. Esas teorías conspirativas me tienen harto —asegura—. Más vale que, si hay algún arcano dando vueltas, me lo cruce pronto así compruebo que existen...

Somos Arcanos 2: Secretos que nos unenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora