Operación Celada

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Capítulo 19

Operación Celada

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- ¿Me repites lo que acabas de decir? ¿Qué pediste?

- Pedí cinco platos de espagueti, tres botellas de cola de las grandes y el pastel chocolatero más grande que tenga el restaurante al que me vas a invitar.

- ¡No te invitare tremendo menú!

- Bueno, tenía que intentarlo.

Una risa jovial le siguió, podía oírla perfectamente a través de la línea.

- Con mis compañeros iremos la ciudad en un par de horas, ¿No quieres conocer a mi escuadrón?

- ¿Estas de broma? Los títeres de Neferpitou están por doquier.

- Nah, puedo quitarlos del radar en dos minutos.

- Te confías demasiado.

- No confió, sé exactamente que hacer- La voz se volvió grave de repente- Si no vas a invitarme a comer, te pediré otra cosa. ¿Puedes conseguirme un mapa de la ciudad capital?

- ¿Quieres dártelas de turista?

- Ikalgo, sabes que no hablo de un mapa normal.

El pulpo se sobresaltó, incrédulo porque le estuviera pidiendo esas cosas por teléfono.

- Lo sé, Killua, ¿No te basto con conocer el hospital al que te lleve para hacerte una idea de lo difícil que es esa ruta?

- Quiero conocerla mejor.

- ¿Qué planeas?

- Es un secreto. Por si las dudas, Ikalgo, ¿Ascendiste a guardia del palacio real?

- Ni cerca- Ikalgo inmediatamente entendió a lo que su amigo se refería- Pero tengo un contacto, lo convencí de ser compañeros para la misma causa.

- No me digas, ¿Cómo lo hiciste?

- Gyro.

- ¿Ese quién es?

- Es la palabra mágica. No soy solo yo, hay otros que saben lo que significa. Las Hormigas Quimera comienzan a recordar su pasado como humanos aunque no lo admitan y Gyro es...Una memoria de un amigo que nos une.

- Así que conseguiste gente que piensa igual como tú, me alegro. ¿Puedo pedirle un favor a tu contacto?

- No te abuses, que bastante me costó convencer a Welfin.

- Por favor, necesito saber unas cuantas cosas sobre el interior del palacio, ¿Me ayudas, amigo?- Sin verlo, podía imaginar a Killua sonriendo como gato persuasivo.

- Me estas poniendo en una difícil.

- Ikalgo, no seas mezquino que se te sube la tinta.

- ¡Ese chiste es malísimo!

- ¿Hay chistes de pulpos buenos?

- ¡Que no soy un pulpo! Por la reina hormiga, ¿Por qué no renací como un calamar?

Intercambiando una que otra palabra en código para que no se filtrara la información, Killua quedó satisfecho.

- Te llevare el bendito mapa. ¿Puedes venir al mismo lugar que nos conocimos?

Tenía que hablar con referencias para que Killua captara el mensaje sin muchos detalles. Por supuesto, el niño recordó donde y desde que distancia le disparo sus pulgas chupasangre.

Al Estilo del MalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora